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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Función de Títeres

La responsabilidad de un concejal de Cultura no termina despidiendo a un programador. ¿Qué directrices tenía ese programador? ¿Cómo se programa sin un visionado previo?

La delegada de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Madrid, Celia Mayer.
La delegada de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Madrid, Celia Mayer.Víctor lerena (EFE)

 La alcaldesa de Madrid ha dicho que se va a abrir una “profunda investigación” sobre lo ocurrido con la famosa función de títeres. Me gustaría aportar a quien corresponda algunas reflexiones para ayudar a esa “profunda investigación”:

1- En mi ingenuidad siempre he creído que el arte (y la cultura) no es de derechas ni de izquierdas. Siempre he pensado que la cultura (y el arte) es buena o mala, de la misma manera que los puentes están bien hechos o mal hechos, pero a nadie se le ocurriría decir que un puente es de izquierdas o derechas. Otra cosa bien distinta es a quien voten los profesionales de la cultura. Y también distinta es la utilización que hacen las formaciones políticas, con más o menos acierto, con mayor o menor fortuna, de las grandes creaciones humanas para transmitir y legitimar sus visiones del mundo. Y lo que es radicalmente contrario es la fabricación de productos propagandísticos encubiertos bajo etiquetas de “arte” o de “cultura”, y que no pasan de ser productos de propaganda. O sea, falsificaciones. Lo contrario de lo que imitan.

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2- El Ayuntamiento de Madrid decide acercar la cultura a sus ciudadanos. Empezando por los niños. Y estamos en Carnaval. Pero no se puede programar nada cultural sin conocerlo. Y si es para niños, además, debe ser adecuado y tratado con especial sensibilidad. Y, a partir de aquí comienzan los errores municipales: se ha programado un ‘espectáculo deleznable’, en palabras de la alcaldesa. ¿Por qué? ¿Quién?

3- La responsabilidad de un concejal de Cultura del Ayuntamiento no termina despidiendo a un programador. ¿Qué directrices tenía ese programador? ¿Cómo se programa sin un visionado previo? ¿Cómo se programa para niños sin un equipo de pedagogos? Etc., etc., etc…

4- Por ejemplo, no se entiende que actividades tan significativas como la Cabalgata de Reyes no se haga mediante concurso público. El problema de la Cabalgata de 2016 no es que estéticamente fuera bonita o fea, sino que se haya dado a dedo, al amiguete de turno. Es decir, seguimos con los modos y maneras de siempre.

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5- La cultura es para todos los vecinos, los que hayan votado a unos y los que hayan votado a otros. Es necesario ponderar muchos datos (costes, aceptación popular, calidad…) Por eso no se comprende que no haya un comité para consensuar la programación cultural. Y debe estar compuesto por todos los partidos presentes en el Ayuntamiento, con la ayuda de profesionales competentes que avalen las decisiones.

6- Ojalá que este lamentable episodio, sirva para que nuestros políticos de uno y otro signo entiendan que la cultura no es solamente la foto que se hacen en campaña electoral con los profesionales del medio, es algo más que hablar en diferentes tertulias sobre el 21 % del IVA cultural. Los escritores, los pintores, los actores, los cantantes, los cineastas… necesitan la complicidad con los gestores culturales para llevar a cabo su labor. Por favor, nos merecemos gestores eficaces, comprometidos con la cultura antes que con sus formaciones políticas.

Rosa León. Cantante, productora, concejal de Cultura en Madrid con Trinidad Jiménez y directora en los Institutos Cervantes de Casablanca y Dublín

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