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La CUP exhibe la salida de Mas para aplacar las críticas internas

El futuro de Antonio Baños sigue en el aire aunque ha solicitado quedarse en la formación

Antonio Baños, diputado de la CUP, a su llegada ayer al Parlament.
Antonio Baños, diputado de la CUP, a su llegada ayer al Parlament.Gianluca Batista

La CUP se felicitó ayer por “enviar a la papelera de la historia” a Artur Mas y al “pujolismo”. Pero la factura que la formación pagará por este pacto in extremis con Junts pel Sí para investir a Carles Puigdemont y dar estabilidad al Gobierno tendrá un alto precio. Los anticapitalistas deben sustituir a dos diputados y facilitar la mayoría absoluta para gobernar, mientras sigue adelante el proyecto de república catalana. Las críticas llegan desde sus filas: “Nos intervienen políticamente”, dijo una de las organizaciones con influencia en la CUP, contraria al acuerdo.

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La dirección de la CUP insiste en que no han contraído la obligados de apoyar medidas contrarias a su ideología y que el compromiso con Convergència y Esquerra se limita al proceso soberanista. Sin embargo, Junts pel Sí espera sacar adelante todas sus medidas, porque entiende que se ha pactado la estabilidad. La frase textual que recoge el acuerdo es la siguiente: “Nos comprometemos a no votar en ningún caso en el mismo sentido que los grupos parlamentarios contrarios al proceso y/o al derecho a decidir cuando esté en riesgo dicha estabilidad”.

El diputado de la CUP Benet Salellas aseguró que el acuerdo no les “liga” a Junts pel Sí “a la hora de aceptar ninguna política antisocial ni más recortes”. Pero las críticas llegan de sus propias filas: “Nos intervienen políticamente”, denunció la organización Lluita Internacionalista, vinculada a la CUP, en un comunicado de rechazo a dicho acuerdo.

La CUP también asegura que mantiene a sus 10 diputados “y un grupo con voz propia”. La formación todavía no ha decidido quiénes serán los dos diputados que se incorporarán a las reuniones de Junts pel Sí para seguir de cerca su actividad en el Parlament. Los anticapitalistas afirman que solo participarán en la “dinámica parlamentaria” de la coalición de Gobierno, pero que no formarán parte de sus filas.

Los nombres de los elegidos que servirán de puente entre ambas formaciones secesionistas, se designarán en el grupo parlamentario de la CUP este mes, paralelamente a la configuración del nuevo Gobierno catalán. “Está todo en el aire”, apuntan fuentes de la CUP respecto al papel que jugarán los diputados “cedidos” al otro bando secesionista.

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Así pues, la CUP concluye que el acuerdo no garantiza la estabilidad del Gobierno y salva al proceso independentista de someterse a otros comicios. Solo se comprometen a apoyar las medidas necesarias para proclamar la independencia en el plazo de 18 meses que Junts pel Sí marcó en su programa electoral. No proporcionará la estabilidad “cómoda” que pretende la coalición de Mas.

“¿Por qué atan de pies y manos a nuestros diputados?”

La organización Lluita Internacionalista, próxima al grupo con más peso en la CUP, Endavant, instó al partido a convocar una nueva asamblea extraordinaria para debatir “con las bases” el pacto con Junts pel Sí. “¿Cómo es posible que se ate de pies y manos a nuestros diputados?”, apunta el comunicado de este colectivo.

La CUP ha procurado salir ilesa de la presión. De hecho, las voces discordantes con el acuerdo de estabilidad están tardando en aflorar. El riesgo de ruptura de la formación anticapitalista es tan alto que el diputado Albert Botran volvió a afirmar ayer que la formación saldrá “fortalecida” de este proceso.

En todo caso, la formación anticapitalista verá mermado su poder para ejercer como partido de la oposición. La decisión final en la CUP la tomó la cúpula del partido: el consejo político junto al grupo de acción parlamentaria y el secretariado. No se celebró otra gran asamblea. Si bien, Salellas señaló que seguían el mandato de la asamblea del día 27 de diciembre: “Ni Mas, ni marzo”.

La CUP celebró ayer que se han librado de la “piedra del camino” que representa Mas, y de ser los “culpables” de anticipar otras elecciones en Cataluña. Por el camino han perdido a los diputados Josep Manel Busqueta y Julià de Jódar, que dejan su escaño por “generosidad” hacia Mas, y serán relevados por Mireia Vehí y Joan Garriga. Pero también a su líder, Antonio Baños, que anunció su renuncia antes del pacto y luego dijo haber dejado la decisión de volver en manos de la CUP. Ayer, la formación aseguró que no le consta que Baños quiera volver.

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