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Centenares de militantes dejan el PSC por el derecho a decidir

La dirección socialista relativiza la fuga de afiliados y reitera su hoja de ruta

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, habla con el jefe del grupo parlamentario del PSC, Joaquim Nadal, en el Parlamento catalán en julio de 2011.
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, habla con el jefe del grupo parlamentario del PSC, Joaquim Nadal, en el Parlamento catalán en julio de 2011. Marcel.li Sáenz

“Una cosa es defender el derecho a decidir y otra muy distinta, acabar siendo mercenarios del derecho a decidir”. La frase de un dirigente del Partit dels Socialistes (PSC) que reclama el anonimato refleja la tensión interna vive el partido desde que Artur Mas lanzara su órdago soberanista.

La apuesta del presidente de la Generalitat alteró la convivencia en todas las fuerzas catalanas, pero ninguna como el PSC está viviendo una sangría incesante de bajas por discrepancias con la línea de la dirección. No es fácil evaluar la cifra de militantes que han entregado el carné, pero no resulta timorato afirmar que se cuentan por centenares. Solo una parte de las deserciones, las de los cargos públicos, trascienden a los medios.

La inmensa mayoría se localizan fuera de Barcelona y su área metropolitana, donde se reclama al PSC el abandono de esa tercera vía que lo sitúa entre el PP y Ciutadans, por un lado, y el bloque soberanista que de CiU, Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya, por el otro.

En la Cataluña interior se reclama un partido más catalanista

En junio, los cuatro concejales socialistas de Berga (Barcelona) anunciaron que dejaban el partido. Tres semanas después, un centenar de afiliados y simpatizantes de la comarca del Berguedà siguieron la misma senda y lo explicaron en un comunicado. En febrero, el exdiputado autonómico durante siete años José Antonio Donaire también dejaba la militancia. En octubre del año pasado desertaron tres concejales socialistas de Manlleu y hace solo unos días se fue el número dos del PSC del municipio de Torelló (Barcelona).

El partido defiende el no a la independencia, pero pide una consulta legal y pactada para que los catalanes se pronuncien sobre su futuro político. Para una parte de las bases de la Cataluña interior y de los cuadros eso no es suficiente y exigen un PSC más catalanista que no justifique el unionismo con su propuesta por el federalismo; los alcaldes metropolitanos claman por que no se confunda al electorado procedente de la inmigración, que siempre fue un granero de votos y el PSOE, por su parte, aprieta para que el PSC no deje de representarlo en Cataluña.

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Ese es el complicado escenario que vive Pere Navarro, quien admite sin reparos la montaña rusa en la que vive. “Estamos trabajando en las condiciones más difíciles de la historia de la democracia”, asegura. A la caída en picado del apoyo electoral de los socialistas, que parece no tener suelo en Cataluña ni en España, se suma en el caso del PSC una incesante retahíla de bajas, manifiestos y gestos de destacados cuadros contra de la dirección por la cuestión soberanista.

El último y más sonado ocurrió el pasado 30 de julio, cuando Joaquim Nadal, el exconsejero de Política Territorial durante los siete del tripartito, anunció que presidiría la mesa local de Girona por el derecho a decidir a propuesta del alcalde de la ciudad, Carles Puigdemont (CiU). El gesto se amplifica si se recuerda que Nadal fue 23 años alcalde socialista de Girona, otros 18 diputados del PSC en el Parlamento catalán, además de presidenciable a la Generalitat en 1995, y que Puigdemont, el alcalde con el que ha pactado, es uno de los cargos más independentistas de Convergència, hasta el punto de que en la Diada de 2012 el Ayuntamiento que preside contrató varios trenes para facilitar la asistencia a la manifestación de Barcelona.

Curiosamente, Joaquim Nadal es todavía presidente de la federación de Girona del PSC, un cargo que la dirección del partido se pregunta si no debería abandonar por coherencia. “No soy ni un traidor ni un héroe. Defenderé la libertad de todo el mundo”, escribió Nadal en su cuenta de Twitter la tarde del pasado día 30, cuando trascendió la noticia. Unos minutos después añadió: “Si alguien piensa que busco sillas está muy equivocado. Si alguien cree que es así tiene mi sitio disponible ahora mismo”.

Ni soy un traidor ni un héroe” El exconsejero Joaquim Nadal

La justificación de Nadal, de 65 años, viene a cuento de que, efectivamente, en la dirección del PSC se piensa que lo que buscaba el histórico dirigente es la silla que se le negó en algún organismo. “De repente ha cambiado su pensamiento de siempre”, dijo Navarro de Nadal. “Si hubiera leído lo que he escrito durante 40 años sabría cuál es mi pensamiento de siempre”, le replicó el exalcalde en Twitter.

El secretario de acción política del PSC, Antonio Balmón, considera que el gesto de Nadal no tiene influencia política, aunque reconoce que el derecho a decidir está tensando como nunca las costuras internas del partido. Frente a eso, Balmón reivindica la postura por la que ha optado la dirección y critica a los disidentes.

“No romperemos con el PSOE ni con España, ni tampoco abrazaremos la estelada”, la bandera independentista que hace meses se colgó en miles de balcones de Cataluña con motivo de la Diada. Y ahí siguen, pues no es fácil encontrar un municipio en el que no ondeen.

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