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El número de pobres energéticos en Cataluña sube el 77% en un año

La tasa de riesgo de pobreza se situó en el 20,9% el año pasado, 1,1 puntos más que en el periodo anterior, según Idescat

Camilo S. Baquero
José Fajardo en el piso donde viven sin luz ni agua en el barrio de Font de la Polvora de Girona. Imagen de archivo.
José Fajardo en el piso donde viven sin luz ni agua en el barrio de Font de la Polvora de Girona. Imagen de archivo.Pere Duran

Poder mantener el hogar a la temperatura correcta sigue siendo uno de los principales privaciones materiales en Cataluña. Las nuevas cifras sobre vulnerabilidad social, publicadas ayer por el Instituto Catalán de Estadística (Idescat), indican que un 9,5% de los catalanes (683.000 personas) sufre pobreza energética. Se trata de un aumento del 77% en relación con las cifras de 2013, cuando 385.100 personas mencionaron ese problema. La tasa de riesgo de pobreza se situó en el 20,9% el año pasado, 1,1 puntos más que en el periodo anterior.

Los nuevos datos sobre la tasa de riesgo de pobreza rompen con años de ligera disminución. Este indicador tendía a la baja desde 2011, si bien la situación de emergencia social llegó a un punto crítico. Ese año, la tasa había sido del 20,5% y al siguiente ejercicio se redujo 0,4 puntos. Para 2013, había logrado bajar la barrera del 20%, ubicándose en el 19,8%. La tasa de riesgo de pobreza está por debajo de la media española (22,2%) y por encima de la de la UE-28 (16,6%), explicó Idescat, que para hacer su informe utilizó los datos recopilados en 2013.

La población más afectada es la de menores de 16 años, donde la tasa de riesgo de pobreza sube hasta el 28,8%, un repunte de 1,5 puntos. “El discurso oficial dice que hay crecimiento económico, pero el reparto de la riqueza sigue perjudicando a los más pobres”, criticó Oriol Illa, presidente de la Mesa del Tercer Sector, que calificó las cifras de “pésima noticia”.

La tasa de riesgo expresa el porcentaje de familias catalanas cuya renta disponible está por debajo del umbral de la pobreza. Los cálculos han fijado esa figura en 9.767 euros netos anuales para un hogar unipersonal, un 3,7% más que en el año anterior. En el caso de una familia de dos adultos y dos menores, la cifra es de 20.512 euros.

Sin una semana de vacaciones

La privación material más extendida entre los catalanes es renunciar a una semana de vacaciones al año. Una situación que afecta al 42,6% del total, un punto menos que en 2013.

La pobreza infantil es la cifra más alarmante. Dentro de este colectivo, la tasa de riesgo de pobreza es de un 28,8%. Es casi ocho puntos mayor que la del promedio de la población (20,8%).

Las transferencias sociales logran reducir el riesgo de pobreza casi en la mitad de la población. Antes de éstas, la tasa es de 46,4%. Después de que se entregan prestaciones como la del paro o la renta mínima de inserción, la tasa baja al 20,9%.

Idescat también midió la tasa AROPE, un indicador estándar europeo que complementa el aspecto monetario con otras variantes, como la privación material severa y baja intensidad del trabajo. Un 26% de los catalanes estarían en riesgo de pobreza o exclusión social, un aumento de 1,7 puntos respecto al año anterior.

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La tasa AROPE expresa la proporción de la población que está por debajo del umbral de riesgo de pobreza (20,9%), vive en hogares con baja intensidad de trabajo (12%) y con privación material severa (6,3%). Dentro de estos tres elementos, el que tuvo un mayor repunte fue la baja intensidad de trabajo, que subió 1,2 puntos.

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Aparte de la pobreza energética, cuatro de cada diez catalanes no puede hacer frente a gastos imprevistos, un aumento de 1,1 puntos sobre el año pasado. Un subida idéntica tuvo la población que dijo no poder comer pollo, carne o pez al menos cada dos días: 227.700 personas, el 9,3% de la población. El porcentaje de personas que sufren retardos en el pago de gastos relacionados con el hogar roza el 10%.

“Es necesario fortalecer las medidas redistributivas y predistributivas: la ocupación, una fiscalidad más progresiva y las ayudas sociales”, agregó Illa. El nuevo presidente de la Mesa del Tercer Sector recordó que, antes de las transferencias sociales la tasa de riesgo de pobreza llega al 46,4%, casi la mitad de la población, de ahí la importancia de las ayudas, más allá de las pensiones. Idescat calcula que el 67,2% de los hogares catalanes (1.986.000) reciben prestaciones sociales, el 54% de ellas serían pensiones y de supervivencia. Respecto al año anterior, la cobertura de las prestaciones sociales solo ha aumentado 1,2 puntos.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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