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Estados Unidos, un espejo para Artur Mas

El presidente catalán defiende en Nueva York unos "Estados Unidos de Europa" y traza paralelismos con la fundación del país

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, en Nueva York.
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, en Nueva York. Anna Buj

Nueva York es un buen termómetro para medir el clima político catalán. En junio de 2012, Artur Mas visitó la ciudad para participar en actos de promoción turística y reuniones empresariales. Casi tres años después, ha vuelto. El plato estrella de la visita del presidente de la Generalitat es una conferencia que ha impartido este miércoles por la tarde, madrugada del jueves en España, en la Universidad de Columbia sobre el proceso soberanista catalán.

En su viaje en 2012, el principal proyecto político de Mas era conseguir una mejora del reparto fiscal con España, una opción que la Moncloa rechazó. El objetivo ahora es obtener un apoyo mayoritario a la independencia en las elecciones autonómicas del próximo septiembre e internacionalizar la causa soberanista en un momento en que está perdiendo fuelle en las encuestas

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Mas no esconde su predilección por los Estados Unidos, que visita por tercera vez como presidente y que le gusta poner de ejemplo. “Cataluña puede aspirar a ser en Europa lo que Massachusetts es para los EE UU si un día fuéramos capaces de construir unos Estados Unidos de Europa”, dijo en junio de 2012 en Boston, primera parada de un viaje que lo llevaría también a Nueva York y Nueva Jersey.

Tras la masiva manifestación independentista del 11 de septiembre de aquel año, el presidente redobló el mensaje y subrayó que ese sería el marco “ideal” para Cataluña. Y este miércoles, en Nueva York, lo volvió a defender. “Esto quiere decir unos Estados diferentes, como los norteamericanos con poderes y autonomía real, compartiendo una gran federación política”, explicó en declaraciones a los periodistas después de visitar la sede de la delegación de la Generalitat en el corazón de Manhattan.

Pero, a la vez, admitió la dificultad de que un proyecto de este tipo avanzara y defendió el proceso soberanista como la mejor alternativa: “Nosotros queremos la misma autonomía, independencia o no independencia que Dinamarca y Austria”.

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No fue el único elogio a los EE UU, que Mas ve como espejo y dónde cree que el soberanismo tiene mejor comprensión. “El tema de la emancipación, de la autodeterminación, es un concepto que se entiende muy bien porque ellos son hijos de esto”, dijo en referencia a la independencia estadounidense respecto al Reino Unido en 1776. E intentó utilizar estos argumentos como contrapunto a la posición inmovilista del Gobierno de Mariano Rajoy: “Cuando nosotros explicamos que hemos intentado todos los caminos y procedimientos posibles para poder pactar un referéndum con el Estado español y que nos han bloqueado todos estos caminos y que incluso nos han judicializado estos temas [...]. Estas cosas aquí no se entienden”.

Pero de los conceptos a la realidad hay cierta distancia. Mas dijo entender que la posible independencia de Cataluña cree “incertidumbre” en Estados Unidos, pero se mostró confiado en poder rebatirla durante su visita de dos días, que incluye encuentros con centros de opinión e inversores financieros para intentar “disipar dudas”. Defendió la viabilidad económica de un hipotético Estado catalán y el componente pacífico y democrático del proceso soberanista.

Es una incógnita el grado de preocupación en EE UU respecto al independentismo catalán. La Administración de Barack Obama ha evitado en todo momento valorar el proceso al considerarlo un asunto interno español. Los medios de comunicación han mostrado interés por el debate catalán -con entrevistas a Mas incluidas-, pero bastante menos que en el caso escocés.

La Generalitat se está moviendo para dar impulso al debate. A mediados de marzo, organizó por primera vez dos conferencias --en las universidades de George Washington y Princeton-- sobre el proceso soberanista. Y la visita de Mas es una clara declaración de intenciones.

Antes de viajar a Nueva York, el presidente tenía previsto firmar en California un acuerdo de cooperación con el Estado más rico de EE UU, pero la muerte de la hermana del gobernador obligó a cancelar la visita, que ya se pospuso en junio pasado durante el viaje de Mas a Carolina del Norte. El acuerdo con California, que firmó el secretario de Exteriores del Gobierno catalán, y la visita en Massachusetts muestran, según Mas, la voluntad de establecer nexos con regiones punteras en innovación y desarrollo. En esto también hay un espejo.

A diferencia del objetivo de los soberanistas catalanes, el nacimiento de EE UU no fue pacífico. La independencia se consiguió después de vencer a Reino Unido en una guerra. Pero en un posible paralelismo con Cataluña, el origen del secesionismo fue una disputa fiscal con la metrópolis y la independencia de las 13 colonias se declaró unilateralmente. Hace una semana, Convergència Democràtica, el partido de Mas, y Esquerra Republicana acordaron una hoja de ruta que incluye una declaración unilateral de independencia en un plazo de 18 meses después de las elecciones del 27 de septiembre, que los partidos soberanistas consideran un plebiscito.

El amplio poder en materia fiscal o educativa que tienen los Estados -a pesar de que también hay algunas quejas con Washington- y el mantra de la libertad individual nace del aprendizaje tras la independencia de Londres: querer evitar un fuerte poder central.

El espejo norteamericano va más allá de Mas. En septiembre pasado, TV3 estrenó la serie John Adams, del canal norteamericano HBO, que retrata la vida del segundo presidente de EE UU, considerado uno de los padres de la independencia y que fue clave en la sostenibilidad económica del nuevo Estado.

Y un grupo de seis reconocidos economistas catalanes, algunos afincados en EE UU, bautizó un colectivo a favor del derecho a decidir con el apellido del expresidente norteamericano Woodrow Wilson (1913-1921), que defendió el derecho a la autodeterminación. Uno de los integrantes es Xavier Sala i Martín, catedrático de Economía en la Universidad de Columbia y partidario de la independencia. La introducción a la conferencia de Mas en Columbia ha ido a su cargo. En su libro, És l’hora dels adéus?, Sala i Martín traza paralelismos entre la lucha de los derechos de la comunidad negra en EE UU hace medio siglo y el derecho a decidir en Cataluña. Otro espejo.

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