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El corte del tráfico en Gran Vía apenas provoca atascos esta tarde

Solo la Cuesta de San Vicente registra algunas retenciones al estar prohibido el giro hacia la derecha

F. Javier Barroso

El inicio de los nuevos cortes de tráfico en el centro de la capital han provocado esta tarde menos atascos y retenciones que en la primera restricción al tráfico de principios de este mes. Los conductores han optado por vías alternativas para evitar el cruce de Gran Vía, a diferencia de lo que ocurrió en la primera ocasión, el pasado 2 de diciembre. La zona que más se ha resentido ha sido la subida por la cuesta de San Vicente, que ha acumulado gran número de coches a los que se ha prohibido el giro a la derecha. Las vallas también han sido colocadas con mayor celeridad, lo que ha provocado que los peatones se hayan animado a pisar la calzada.

Un decreto rodeado de cierta polémica

Un motorista aparca a las siete de la tarde su sonoro vehículo frente al número 43 de la Gran Vía. Se baja y está a punto de quitarse el casco. Un peatón se le acerca y le dice que no debe dejarla allí si no quería terminar con una denuncia. “Aahhh, pues no sabía nada. Como siempre se puede dejar aquí, en la zona ancha de la acera...”, se justifica el conductor.

En lo alto de las farolas había unas señales que recordaban la prohibición para las motos. Eso es uno de los detalles que recoge el decreto firmado por la concejal de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés.

El decreto ha recibido tres reveses judiciales desde su aprobación, al permitir el paso de los vehículos de alquiler con conductor, los autobuses turísticos y las empresas de paquetería. Aún quedan otros dos: los conductores con movilidad reducida y los empresarios de los aparcamientos de la zona restringida. Hay un total de 36 estacionamientos afectados.

“Disculpe, agente, ¿qué va a pasar aquí? ¿Va a pasar alguna manifestación o va a haber alguna cosa en la calle? Es que como está todo cortado...”, le ha preguntado una turista italiana a un policía situado en la plaza de Cibeles, instantes después de que los agentes hayan puesto las vallas. El policía la ha mirado con cara de sorpresa y le ha respondido que se trataban de unos cortes de tráfico por la Navidad aprobados por el Ayuntamiento. “Esto no ocurre en muchos sitios. Al ver tantas vallas, me ha sorprendido”, ha explicado. La turista se ha marchado tras darle las gracias.

La noche se ha echado enseguida encima y los vehículos no se han apelotonado como en el primer corte en los paseos de Recoletos y el principio del paseo de la Castellana. Tampoco se han montado atascos en los alrededores de la plaza de la Independencia (Puerta de Alcalá), donde se realizaba el primer corte de tráfico de los vehículos procedentes de la calle de Alcalá y de Serrano. Salvo los coches autorizados todos los vehículos han tenido que continuar por la calle de Alfonso XII.

Los cortes continuarán en esta segunda fase hasta las diez de la noche de mañana domingo, en el que se levantarán las restricciones hasta las cinco de la tarde del viernes 23. El siguiente corte será el más largo de todo el periodo navideño. Se mantendrá hasta las diez de la noche del 8 de enero. Al igual que este fin de semana, tan solo podrán pasar los conductores que vayan a algún estacionamiento subterráneo o tengan alguna plaza alquilada, además de los vehículos autorizados. Entre estos están los autobuses de transporte público, los turísticos, las bicicletas, las motos, las grúas, los taxis, los coches de los servicios de emergencias, las unidades móviles de las radios y las televisiones y los servicios funerarios, entre otros.

Un carril por sentido

Los operarios de las vallas han acelerado sus trabajos y han colocado todas las protecciones de color azul para que los peatones pudieran pasear por la calzada. Tan solo se ha dejado un carril por cada sentido, salvo en el tramo que va desde la calle de San Bernardo hasta la plaza de España, donde se ha ampliado a dos para evitar que se formaran grandes atascos. El resto de la vía ha estado colapsado y alguna ambulancia se ha visto con dificultades para poder entrar a las calles secundarias.

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“Espera, espera, que me voy a hacer una foto, que no todos los días se puede circular por la zona de los coches de la Gran Vía”, le decía un hombre a su hijo, mientras este no paraba de buscar una tienda de una conocida marca de ropa deportiva. “Será muy importante, pero no veo para qué han montado todo esto”, le contestó el joven con tono despectivo.

Los más contentos con la medida son los vecinos de Centro, que ven cómo desaparecen los coches de las principales vías por las que andan. Es el caso de Fran Romero, un vecino de 36 años de la calle de Hortaleza, que pide que la medida se mantenga durante más tiempo. “Si cortan la Gran Vía, ganaremos todos en tranquilidad y en menos contaminación”, afirma este residente. “Deberían incluso plantearse cerrarla más a menudo incluso aun cuando no sean festivos porque tanto coche solo genera ruidos y molestias”, añadió.

El frío y la humedad tampoco han ayudado mucho a que el centro de la capital tuviera una gran afluencia de personas. Las que no se han librado de grandes aglomeraciones ha sido la plaza del Callao y las calles de Preciados y del Carmen, que son las más comerciales en estas fechas prenavideñas. Muchas de las vallas puestas en las calzadas se han quedado vacías ante la ausencia de público.

Los principales problemas de tráfico se han vivido en la subida de la cuesta de San Vicente, de los vehículos procedentes de la autovía de Extremadura (A-5) y del distrito de Latina. Muchos conductores han sido desviados por la calle de la Princesa, una de las vías que más atascos ha sufrido también por parte de los conductores que accedían al centro desde Moncloa y Argüelles.

Fuentes de la Policía Municipal han destacado “la tranquilidad” de estos cortes: “Se ha notado que muchos conductores ya lo sabían y han dejado los coches en casa o han utilizado el transporte público”. El servicio de Cercanías tuvo un incremento del 75% el pasado 8 de diciembre con respecto al mismo día de 2015. El día anterior, el 7, registró un incremento del 25%. Los autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) también tuvieron mayor número de usuarios en el pasado puente de la Constitución, según fuentes municipales. “El mayor riesgo que podemos tener es que a partir de las nueve de la noche venga mucha gente y podamos tener más problemas de circulación”, han añadido esas fuentes.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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