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Los ataques de lobos al ganado suben a 209, el doble que el año pasado

Las indemnizaciones superan los fondos presupuestados, y la Comunidad anuncia que en 2017 las aumentará

Un ganadero afectado por los ataques de lobos a sus ovejas y cabras.
Un ganadero afectado por los ataques de lobos a sus ovejas y cabras.Santi Burgos
Esther Sánchez

Los ataques de lobo al ganado de la sierra de Madrid han pasado de 91 de 2015 a 209 en 2016, que se han saldado con la muerte de 337 animales, según un informe de la Comunidad de Madrid al que ha tenido acceso EL PAÍS. El pago de las indemnizaciones a los ganaderos asciende a 89.625 euros, una cantidad que supera el presupuesto disponible de 60.000 euros. Se abonarán las solicitudes hasta donde lleguen esos fondos, el resto tendrá que esperar a la siguiente convocatoria, que se adelantará para que puedan cobrar los primeros meses del año próximo. Para evitar que la situación se repita, el próximo año la partida será de 120.000 euros. Los afectados se quejan de que hay muchos más ataques, pero se rechazan. El lobo volvió a criar en Madrid en 2013, tras 70 años extinguido.

Las agresiones de lobos a la cabaña ganadera madrileña crecen de forma imparable, y este último año la progresión ha sido sorprendente. En 2012 se produjeron 18 asaltos; en 2013, 15; en 2014, 54; en 2015, 91 y 2016 se ha cerrado con 213 (cuatro de ellos de buitre, que también indemniza el Gobierno regional) denunciados por 76 ganaderos.

El director general de Ganadería y Agricultura, José Luis Sanz, apunta como causas más probables del fuerte incremento a las incursiones de lobos que viven en provincias limítrofes, a que los ganaderos denuncian más al estar mejor informados y a que los tres grupos reproductores de la región se encuentran cada vez más asentados. Añade que este año se ha ampliado el periodo de presentación de solicitudes para cobrar las indemnizaciones un mes más (el de octubre).

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La subida ha pillado por sorpresa a la Consejería de Medio Ambiente, que había presupuestado 60.000 euros para atender las peticiones de los ganaderos. Una cantidad que se ha quedado corta: los daños totales reconocidos ascienden a 89.625 euros, según datos oficiales.

La solución adoptada implica que se atienda en primer lugar las demandas más antiguas, hasta donde alcancen los fondos. El resto tendrá que esperar a la siguiente convocatoria de ayudas, y no se atenderán las 10 solicitudes por ataques de perros o cánidos no lobos. Sanz anuncia que el año que viene los fondos subirán a los 120.000 euros, el doble de la cantidad actual. Otra de las novedades es que se cerrarán trimestralmente las solicitudes de daños (hasta ahora el periodo era anual), por lo que los afectados no tendrán que esperar un año para recibir el importe. Alfredo Berrocal, presidente de la patronal del sector en Madrid (Ugama) advierte de que se producen muchos más ataques de los que finalmente reconoce el Gobierno regional.

Los lugares con mayor riesgo para el ganado son la Sierra del Rincón y el Valle del Lozoya. Los ganaderos, acostumbrados durante muchas décadas a un territorio sin depredadores, deben compartir ahora territorio con el cánido que cría en Madrid al menos desde 2013, tras unos 60 años sin hacerlo. El año pasado, los investigadores localizaron a tres grupos reproductores instalados en la vertiente meridional de la sierra del Guadarrama. Un lugar relativamente bien conservado con una densidad de población muy baja (20 habitantes por kilómetro cuadrado). En la zona, además del ganado, viven una gran cantidad de ungulados silvestres, entre ellos la cabra montesa.

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Hasta octubre de 2016, los ganaderos habían perdido a 337 animales por ataques de lobo desde el mismo mes del año anterior. La presa que menos se les resiste son ovejas y cabras de entre seis meses y siete años, con 201 animales muertos. Les siguen la cabaña bovina, que ha perdido 96 menores de seis meses. Los cánidos se han atrevido con nueve carneros y tres caballos menores de 36 meses. Este año, la Comunidad se ha hecho cargo de los gastos veterinarios de los animales heridos; por importe de 4.655 euros.

El imparable avance de la especie

“Los lobos se han extendido por Madrid con mucha rapidez”, explica Juan Carlos Blanco, biólogo y experto en la especie. El año pasado estudió a los ejemplares asentados en la región por encargo de la Comunidad de Madrid. En 2013, un grupo de investigadores de la Asociación Sierra Carpetania grabó a varios cachorros en la Sierra madrileña. Ya no había duda: el lobo había vuelto a Madrid para quedarse. Desde entonces, se han localizado tres grupos reproductores que crían cada año.

“No es nada extraño, porque los lobos llevaban mucho tiempo merodeando por la frontera de Madrid con Segovia, Ávila y Guadalajara”, explica. Y ahí han llegado los problemas con los ganaderos como en otras zonas loberas de Españas. Para Blanco, la incógnita es saber si la especie seguirá extendiéndose hacia el sur, “porque las manadas, aunque de forma lenta, seguirán aumentando”. El experto piensa que podrían continuar avanzando por el este, desde Guadalajara, debido a que es un terreno más despoblado. “Y quizá en algún momento puedan llegar a Sierra Morena, donde agoniza”.

José María García es propietario de 150 vacas que pastan libremente por el municipio de Prádena del Rincón, en la Sierra Norte. Los lobos le han matado este año a tres terneros y mordido a otros cuatro. “Los ataques comenzaron hace unos tres años y cada vez van a más”, relata. Cuenta que el lobo se ceba sobre todo con los terneros, al ser la pieza más fácil. “Cuando se despistan un poco y se quedan atrás, no hay salvación. Si están al lado de su madre, esta les defiende”, comenta.

García se queja de lo que tardan en llegar las ayudas. “Es una vergüenza que a mí me vayan a pagar ahora los terneros del año pasado”, critica. Desde que el lobo reapareció, ha cambiado algo su forma de actuar. Ahora recoge a las vacas cuando van a parir, y no regresan al campo hasta que los terneros tienen unos días y pueden andar bien.

Medidas de prevención

Theo Oberhuber, miembro de Ecologistas en Acción, explica que trabajan con unos 50 ganaderos de diferentes áreas loberas de España, que han modificado su forma de cuidar al ganado y están realizando un gran esfuerzo con el pastoreo, guardando a los animales por la noche o con perros mastines. Oberhuber piensa que en Madrid se ha cometido el error de no advertir a los ganaderos de que el lobo estaba llegando e informarles de cómo se podían proteger. “Lo que se necesita es apoyo económico para desarrollar una labor preventiva, porque lo que no tiene sentido pagar indemnizaciones año tras año sin hacer nada”.

Entre las nuevas medidas que ha puesto en marcha el Gobierno regional se encuentra la Mesa del lobo, a la que se ha invitado a todos los sectores implicados. “En la primera reunión se ha hablado de la posibilidad de reconstruir majadas, proteger al ganado con pastores eléctricos, de mastines o de controlar los movimientos del lobo con GPS”, dice el director general de Ganadería.

Al presidente de Ugama le parece “increíble” que la Comunidad hable de construir majadas. “¡Qué no piensen que vamos a retroceder lo poquito que hemos avanzado en 50 años y nos vamos a ir a dormir con las ovejas porque alguien quiera tener lobos!”, replica. Berrocal considera que una solución sería construir pequeños establos, con tejado y cerramientos, donde el lobo no pueda entrar ni los animales guardados salir del recinto. “Pero para eso hace falta dinero”, y lo que ocurre es que en la Comunidad no tienen ninguna idea de lo que es el campo”, protesta. 

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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