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Sanitarios y maestros se levantan por la falta de Presupuestos

Los colectivos profesionales temen que no lleguen los nuevos recursos prometidos y que se perpetúen los tijeretazos de los últimos años

Jessica Mouzo
Sindicatos de educación se manifiestan en Barcelona el pasado mayo
Sindicatos de educación se manifiestan en Barcelona el pasado mayoMassimiliano Minocri

La falta de nuevos presupuestos ha empezado a jugar en contra del gobierno de la Generalitat en plena campaña electoral. La intención de Convergència y Esquerra era llegar a las elecciones del 26 de junio con el debate de Presupuestos ya superado, algo que la CUP ha impedido. Y las consecuencias comienzan a notarse en forma de voces de alarma entre los sanitarios y los maestros. Estos colectivos se han levantado por miedo a que no lleguen los nuevos recursos prometidos y a la perpetuación de los tijeretazos de los últimos años.

Una circular del Departamento de Enseñanza avisando a los centros escolares de que algunas de las mejoras prometidas el curso que viene no se podrán llevar a cabo, ha encendido la mecha en los docentes. “Están recortando en todo lo que anunciaron, como aumentar los recursos para atención a la diversidad”, criticó el secretario general de la Federación de Educación de CCOO, Manel Pulido. Enseñanza ha paralizado el despliegue del programa de la escuela inclusiva, el incremento de recursos para los colegios de alta complejidad y la cobertura de sustituciones. “Al no disponer del aumento presupuestario de 211 millones de euros que preveían las nuevas cuentas, algunos aspectos que se querían solventar tendrán que quedar en la reserva”, explicó ayer una portavoz del Departamento.

“La falta de presupuestos repercutirá en las políticas sanitarias y lo acabarán pagando los profesionales y los pacientes", critica Metges de Catalunya

Enseñanza insistió en que “no se recorta nada” con respecto al año pasado, sino que se congelan las previsiones para desplegar nuevos proyectos y dotaciones. “No se disminuirán dotaciones ni recursos actuales y los centros educativos dispondrán de plantillas suficientes para atender al incremento de escolarización prevista”, indicó el miércoles el Departamento. Según Enseñanza, el próximo curso aumentará la plantilla en 790 plazas.

Con todo, la alerta ya ha empezado a correr y los maestros se han puesto en pie de guerra. “Hay un recorte evidente este año porque el curso pasado se contrataron casi 300 plazas para la escuela inclusiva y ese programa ha quedado suspendido. Enseñanza no nos garantiza que se vaya a recuperar”, apuntó Pulido. El sindicato USTEC pidió ayer la dimisión de la consejera de Enseñanza, Meritxell Ruiz: “Se están cargando 1.300 dotaciones en los centros educativos catalanes”, denunció su portavoz, Ramón Font. “No nos creemos la excusa de que sea por la prórroga porque esto ya se dijo en 2011 y acabaron yéndose a la calle 5.000 profesores”, protestó Alex Castillo, de la Federación catalana de AMPAS (FAPAC).

Pero los maestros no son los únicos que han empezado a temblar por las consecuencias de la prórroga presupuestaria. “La no aprobación de los presupuestos es una muy mala noticia, muy grave”, valoró ayer el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB), Jaume Padrós.

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Enseñanza ha paralizado el despliegue del programa de la escuela inclusiva, el incremento de recursos para los colegios de alta complejidad y la cobertura de sustituciones

Sin nuevas cuentas, los sanitarios dicen adiós al plan de choque para reducir las listas de espera y a todo lo que venía con él: más contrataciones de personal y más actividad para los hospitales catalanes. Tampoco se reabrirán centros de atención primaria (CAP) cerrados, ni los profesionales pondrán recuperar las condiciones salariales que han ido perdiendo durante los últimos años. Las inversiones para investigación y mejora de equipamientos también se verán reducidas. “La prórroga es la peor noticia que podíamos esperar”, lamentó ayer el nuevo secretario general del sindicato Metges de Cataluña (MC), Josep María Puig. “La falta de presupuestos repercutirá en las políticas sanitarias porque se ha perdido una oportunidad de oro para recuperar parte de lo que se perdió con los recortes. Y lo peor es que lo acabarán pagando los profesionales y los pacientes”, sentenció.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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