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El Ayuntamiento proyecta una pequeña reforma de la puerta del Sol

Se contempla cambiar de lugar la estatua ecuestre de Carlos III, la Mariblanca, y el oso y el madroño; reagrupar los quioscos de prensa e instalar bancos para sentarse

El concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo (Ahora Madrid), ha explicado esta mañana que el Ayuntamiento de la capital tiene en mente “una reforma a pequeña escala de la puerta del Sol” para “reordenar y organizar” algunos de sus elementos, dado “el desorden evidente”. Según Calvo, se podrían cambiar de lugar los elementos escultóricos (la estatua ecuestre de Carlos III, la Mariblanca, y el oso y el madroño), reagrupar los quioscos de prensa e instalar bancos para sentarse. No se prevén en ningún caso terrazas. En cualquier caso, la decisión final tendrá que tomarse en coordinación con la Comunidad de Madrid, puesto que Sol es un Bien de Interés Cultural que goza de la máxima protección por su valor histórico y patrimonial.

La Puerta del Sol, en 2010.
La Puerta del Sol, en 2010. GORKA LEJARCEGI
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Así lo ha reconocido también esta mañana el director municipal de Espacio Público, José Luis Infanzón, que ha señalado además que cualquier reforma tendrá que tener en cuenta que Sol es “el espacio de mayor movilidad peatonal de España y el que soporta la mayor carga simbólica de la ciudad”. Tanto Infanzón como Calvo han incidido en que esta reforma, adelantada por el diario Abc, “no es una prioridad” para el Ayuntamiento, sobre todo porque la plaza ha sufrido ya varias actuaciones en los últimos años.

Según Infanzón, “hay muchos aspectos manifiestamente mejorables” en la plaza, “pero no parece que la remodelación integral sea un objetivo puesto que la ultima es reciente”. En su opinión, la ubicación de la estatua ecuestre “no es la más adecuada”, “la boca de la estación de Cercanías [el conocido popularmente como tragabolas] no es muy afortunada, y sobran varios quioscos”. Así, “a corto plazo” se planean “intervenciones a pequeña escala como la colocación bancos, la eliminación de elementos negativos y la reordenación del zócalo comercial”.

El actual gobierno municipal ha incluido en los presupuestos de 2016 la peatonalización de la calle de Carretas, que une Sol con la plaza de Jacinto Benavente. También retomará el proyecto de la anterior alcaldesa, Ana Botella (PP), de remodelar esta última plaza y la calle de Atocha, cuyas aceras serán más anchas y cuya calzada incluirá un carril bici. La idea del equipo municipal es llevar a cabo una nueva ordenación del tráfico en la zona, que permita ampliar el espacio peatonal, según el concejal de Centro, Jorge García Castaño. La obra durará dos años y está presupuestada en 15,3 millones entre 2016 y 2017. Además, según indica Abc, el Ayuntamiento está valorando la posibilidad de impedir el paso de taxis a través de Sol (por la conexión de dos carriles entre la calle Mayor y la carrera de San Jerónimo).

Un siglo de reformas

La primera reforma moderna de calado de la puerta del Sol tuvo lugar en el siglo XIX y se encargó a Lucio del Valle. Antes, se había adoquinado para ordenar el paso de 3.950 carruajes y 1.414 caballos cada día entre las ocho de la mañana y las nueve de la noche, según relata el cronista Pedro Montoliu en su libro Madrid, Villa y Corte. El primer semáforo no se instalaría en Madrid hasta 1926, en el cruce de la calle de Alcalá con la Gran Vía.

En esa primera reforma, entre 1854 y 1858, se derribaron buena parte de los edificios existentes, entre ellos, la iglesia y el hospital del Buen Suceso. La plaza se concluyó en 1862, y en seis años se levantaron los nuevos inmuebles. "La reforma supuso la desaparición de las calles de Zarza, Duda y del callejón de Cofreros, aparte de una inversión de 63 millones de reales", señala Montoliu. La ciudad ganó, además, el reloj del edificio de Gobernación (actual sede de la Comunidad de Madrid).

Con el siglo XX llegó el enrejado de raíles y cables de los tranvías, la primera línea de metro, entre Sol y Cuatro Caminos, la reconversión de una pequeña sastrería de la calle de Preciados en los grandes almacenes de El Corte Inglés... y más reformas.

En 1950, el arquitecto Manuel Herrero Palacios eliminó líneas de tranvía para dejar paso a los coches, y plantó dos fuentes gemelas y la placa del kilómetro cero, a los que se sumó años después la estatua del oso y el madroño.

En diciembre de 1986, el entonces alcalde, el socialista Juan Barranco, inauguró la plaza en diciembre de 1986 tras dos años de obras (dirigidas por los arquitectos Antonio Riviere y Javier Ortega) y una inversión de seis millones de euros. El tráfico se redujo de cinco a tres carriles por sentido, y el área peatonal se concentró en la desembocadura de las calles de Preciados, Carmen y Montera.

Aquella reforma mantuvo la plaza paralizada y patas arriba durante dos años. La siguiente, y última hasta la fecha, duró el doble. Entre 2005 y 2009, aprovechando la construcción de una estación de tren (la obra se retrasó al hallarse restos de la iglesia del Buen Suceso), se limitó el tráfico a dos carriles entre Mayor y la carrera de San Jerónimo (a los que el Ayuntamiento arañó después un carril-bici) y se aumentó la superficie peatonal. Aquella obra costó 4,6 millones.

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