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El BNG rechaza negociar una alianza con Podemos y EU para las gallegas

Una mujer, la diputada Ana Pontón, liderará por primera vez la formación nacionalista

Sonia Vizoso
La nueva líder del BNG, Ana Pontón, vota durante la asamblea de este domingo.
La nueva líder del BNG, Ana Pontón, vota durante la asamblea de este domingo.ÓSCAR CORRAL

El Bloque Nacionalista Galego (BNG), la organización que hasta 2012 aunaba a casi todo el nacionalismo gallego, no combatirá sus zozobras electorales cambiando el rumbo de sus alianzas. El 79% de la militancia ha rechazado este domingo en una asamblea celebrada en A Coruña la propuesta del sector crítico para intentar una gran coalición de cara a las elecciones gallegas de este año que incluya contactos con fuerzas estatales como Podemos o Esquerda Unida (EU). De la reunión, con un 86% de apoyos, sale una nueva cúpula liderada por primera vez por una mujer, la diputada autonómica Ana Pontón (Sarria-Lugo, 1977), la portavoz nacional más joven de la historia del BNG.

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Pontón ha reconocido que el Bloque se encuentra en una "situación crítica" tras el "revés electoral" de las generales, en las que perdió todos sus diputados en el Congreso. "El BNG existía antes de tener representación en el Congreso y seguiremos existiendo. ¡No podrán con nosotros!", ha afirmado la nueva portavoz nacional, para quien el objetivo "no es resistir, sino avanzar".

La asamblea del BNG, en la que han participado más de 3.000 afiliados aunque poco más de 1.300 han emitido su voto sobre las alianzas electorales, ha bendecido las tesis aprobadas por la dirección saliente, que acusa a Podemos de fagocitar las reivindicaciones nacionalistas de En Marea, la marca con la que concurrió el partido de Iglesias en Galicia el 20-D de la mano de los nacionalistas de Xosé Manuel Beiras y EU. La cuestión que el BNG ha debatido este domingo sigue siendo la misma que en 2012 provocó precisamente la marcha de los seguidores de Beiras, partidarios del mestizaje con otros partidos de izquierda rupturista no nacionalistas. El Bloque, que en las últimas citas electorales ha sufrido un grave retroceso concurriendo en solitario, se ha enfrentado de nuevo pues al viejo dilema para resolverlo como hasta ahora.

"Habrá una papeleta nacionalista sin dependencia ni tutela de nadie de fuera", ha proclamado el responsable de Organización, Bieito Lobeira. La propuesta de la dirección oficial, controlada por la UPG, el partido que siempre ha sido hegemónico en el Bloque, consiste en intentar una coalición solo con fuerzas nacionalistas para la campaña de las gallegas y abrirse exclusivamente a posibles acuerdos poselectorales con formaciones estatales para impedir que el PP repita al frente del Gobierno de la Xunta. "Es vital mantener el proyecto nacionalista, también en su expresión electoral y, aunque el BNG deba tener una estrategia postelectoral con el fin de mudar el Gobierno de Galicia, no puede participar en proyectos capitalizados por iniciativas estatales", insistía Pontón al comienzo de la cita. El partido se propone "mejorar su capacidad de introducción social".

Las tesis que han triunfado en la asamblea no son las defendidas en su discurso de despedida por el portavoz nacional saliente, el economista Xavier Vence. Vence ha dicho adiós al cargo con una llamada a que el Bloque afronte su declive con la “flexibilidad de un junco”, buscando “alianzas”, atrayendo “nueva gente y nuevas formas” y “combatiendo la idea de que el nacionalismo en un asunto identitario”. “Derrotar al PP es la prioridad en 2016”, ha proclamado el exlíder de una formación que mantiene una treintena de alcaldías, siete diputados en el Parlamento gallego y que cogobierna con el PSOE las diputaciones de A Coruña, Lugo y Pontevedra.

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Con una incesante pérdida de votos sobre todo en las ciudades y ya sin diputados en el Congreso, la palabra “refundación” ha estado presente en todos los discursos pero no con un significado igual de intenso. Para quienes han presentado las propuestas discrepantes con la línea oficial, firmadas por las diputadas Carme Adán y Tereixa Paz, entre otras personas, el proceso de salvación del BNG debería ser pilotado por una gestora que negociase la reunificación del nacionalismo gallego y una coalición electoral lo más amplia posible para las autonómicas. Los críticos han defendido también sin éxito que la transformación debería conllevar la desaparición del formato de frente de partidos que hasta ahora ha posibilitado la hegemonía imbatible de la UPG, la fuerza que ha marcado siempre los designios de la organización desde su nacimiento en 1982 y que más se ha opuesto a confluir con partidos como Podemos o Esquerda Unida.

La asamblea se ha cerrada con una baja anunciada. El histórico Carlos Aymerich, exportavoz parlamentario del BNG y exdiputado en el Congreso que lleva años intentando disputarle la hegemonía interna a la UPG, abandona la formación, informa Europa Press. "Los que no seamos ni la UPG ni del Movemento Galego ao Socialismo, estamos obligados a hacer nacionalismo desde otros lugares. No hay mucho más que decir", ha zanjado.

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.

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