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Una soberanista convencida que conserva el carnet de UGT

La vicepresidenta creció en el sindicato hasta su fichaje por Mas

Neus Munté, en el Parlament.
Neus Munté, en el Parlament.Albert Garcia

Neus Munté (Barcelona, 1970) fue sindicalista antes que vicepresidenta de la Generalitat. Desembarcó en la dirección de la Federación de Servicios Públicos de UGT de Cataluña hace casi 20 años, antes de que el sindicato abriese sus puertas a Convergència y Esquerra. Desde entonces, ha compaginado sus militancias ugetista y nacionalista.

Criada en el vivero de las juventudes de CDC, Munté nunca escondió sus postulados soberanistas, que estaban en minoría en el partido cuando mandada Jordi Pujol. Ahora son hegemónicos y Munté sigue conservando el perfil socialdemócrata de entonces. Abogada, llegó a la secretaría de Servicios Públicos de UGT en 1996 al tiempo que, como diputada, se ocupaba de los asuntos de educación en el Parlament hasta 2003. De ahí arranca su fría relación con la actual consejera en funciones, Irene Rigau.

Los siete años de los Gobiernos tripartitos supusieron un paréntesis en la actividad política de Munté, quien siguió escalando en UGT de Cataluña hasta llegar al cargo de secretaria de Política Institucional.

Artur Mas la recuperó en 2010 para las listas del Parlament y ahí finalizó su doble actividad, aunque Munté sigue conservando el carnet de UGT. El ascenso definitivo le llegó el pasado mes de junio, con el nombramiento como vicepresidenta y portavoz de la Generalitat, además de ocuparse de la cartera de Bienestar Social y Familia, que ya ocupaba.

Quienes han trabajado con ella en el partido o el sindicato destacan su rigor, eficacia y capacidad, pero las entidades sociales le reprochan “que siempre dice a todo el mundo y no quiere quedar mal con nadie”. Como ejemplo, recuerdan la discusión que se produjo en la reunión del Gobierno catalán el 27 de octubre, cuando algunos consejeros mostraron su desagrado por el pacto con la CUP para aprobar la resolución independentista. Munté no tomó la palabra y dejó en el aire su posición.

Su nombre suena como el mejor situado para relevar a Artur Mas en la Generalitat gracias a esa pátina que se ha labrado. “Parece que nos quieren vender otra cosa, pero Munté es convergente hasta la médula”, recuerda una diputada del Parlament.

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