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RAFAEL ARENAS, PRESIDENTE DE SOCIETAT CIVIL CATALANA

“Lo que hizo la Generalitat el 9-N fue escandaloso”

Arenas dice que la entidad antisecesionista celebrará el 12-0 el domingo porque no quieren sacralizar fechas

Àngels Piñol
Rafael Arenas, presidente de Societat Civil Catalana.
Rafael Arenas, presidente de Societat Civil Catalana.Juan Barbosa

Rafael Arenas (Vegarrozadas, Asturias 1967), catedrático de Derecho Internacional, es presidente de Societat Civil desde el día 28 en sustitución de Josep Ramon Bosch, que quería dejar el cargo y ha sido denunciado por proferir supuestamente amenazas e insultos a independentistas desde un perfil falso de facebook.

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Pregunta. ¿Están seguros de la inocencia de Bosch?

Respuesta. El caso está en fase previa de instrucción. No está imputado. Nuestra impresión es que está tranquilo. Nosotros, también.

P. ¿Por qué no celebran hoy el 12 de Octubre?

R. Vamos a hacer un acto político el domingo. Hace tiempo que no celebramos las fechas simbólicas el mismo día: el año pasado, festejamos el Día de la Constitución el 4 de diciembre y esta Diada, el 9. Pensamos que podíamos alargar la fiesta nacional una semana. Y queríamos que fuera un domingo. No queríamos sacralizar la fecha.

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P. ¿No es un poco raro en la situación actual?

R. No. Lo que es normal es que haya distintas celebraciones y se hable antes y después.

P. ¿No es para evitar las comparaciones con la Diada?

R. Seguimos nuestro camino. Lo normal es hacer distintos actos y lo extraordinario son las grandes movilizaciones de masa. Si miramos a los países de nuestro entorno, es así. No seguimos la política de la ANC.

P. A García Albiol le molesta que abran hoy los comercios. ¿A usted también?

R. No especialmente. Pero lo que me molesta es el intento de hacer pasar a Cataluña por un país que está fuera de España. Es como eso de no celebrar el 12-O porque 'no nos afecta'. Es algo planificado y lo he sufrido. El año pasado, presenté una queja en el colegio de mi hija porque en 62 páginas que se dedicaban a la historia de Cataluña no aparecía ni una sola vez la palabra España. Era hasta la Baja Edad Media. Ni siquiera que Tarraco fue la capital de la Hispania citerior.

P. Con un Cámara independentista. ¿Cambia su estrategia?

R. Sí: se ha visto que no hay una mayoría independentista y lo lógico es que no se implante la hoja de ruta y que haya cierto impasse. Nos permitiría no ser tan reactivos con campañas de denuncia, acciones a los tribunales y explicar más nuestro idea de una Cataluña orgullosa y cómoda en una España que entiende que la diversidad es una riqueza. Nacimos para dar este mensaje. A veces no se escuchó porque había muchísimo ruido. Lo lógico es que Junts pel Sí y la CUP, que han apostado muy fuerte, acaben pactando.

P. ¿Cómo ve la situación?

R. Difícil. La sociedad está fracturada políticamente en posturas irreconciliables. Mas acertó cuando hace cinco años defendió que no quería ir más allá del pacto fiscal porque habría una Cataluña partida y no se podría gestionar. Hay que olvidarse de soluciones a corto plazo. Una fractura así no se recompone de un día para otro ni con mercadeos ni con negociaciones. Se hace con diálogo de verdad con calma y paciencia. Va a ser largo.

P. Habla de fractura política. ¿Comparte la idea de la muerte civil que defendía su antecesor?

R. Pues depende. Hay ambientes y sectores que sí y otros que no. A mí no me ha pasado nada en la Universidad. Tengo amigos independentistas con los que la relación no ha disminuido ni un milímetro y con otros ha cambiado. Lo que más me llama la atención es que en el trabajo hemos dejado de hablar de política. O lo que es peor: dependiendo de quién está hablamos o no. Y eso indica que hay cierta reserva.

P. Pero el proceso es muy civilizado

R. Hace poco hicimos una encuesta y una pregunta era si se tenían reservas de expresar públicamente sus opiniones políticas: un 60% dijo que no y un 30% que sí. Entre estos últimos había muchos más no independentistas. Es un dato objetivo.

P. Pero con una participación el 27-S del 77% ¿No se ha acabado ya lo de la mayoría silenciosa o la espiral del silencio?

R. No, existe aún la espiral del silencio. Hay gente que tiene reservas. Hay camino para andar y recuperar la normalidad.

P. ¿No se podría desatascar el bloqueo con un referéndum?

R. Nosotros estamos aquí para que no sea necesario. No fue la solución ni en Quebec ni Escocia. En Escocia se decía que iba a resolver el tema por una generación y ya lo piden. Si gana el “sí” el nuevo estado ya es irreversible. Por eso, se requieren siempre mayorías cualificadas. Los referéndums no son encuestas: se toman decisiones. Si se celebra es reconocer a Cataluña su capacidad de tomar decisiones.

P. Teniendo en cuenta que 99 diputados no están contentos con el actual status quo. ¿No debería el Estado dar un paso?

R. Si se abre el debate todo el mundo tendrá sus ideas sobre cómo recomponerlo. Seguramente el debate es al revés de cómo se plantea: hay que poner la mesa que es lo que queremos, analizarlo y ver si eso supone reformar el Estatuto, la Constitución o reformar lo que sea. Me parece que a veces se actúa más a partir del eslogan y no se concreta lo que se quiere. Por ejemplo, cuando dicen que vamos a reformar la Constitución. ¿Cuál es la reforma de la CE que propones? ¿Y el texto articulado y la memoria justificativa por favor? Lo que queremos es el titular. No estoy hablando del PSOE. Hablo en general. Sería mejor hacer el camino inverso y de hacer propuestas concretar: se puede hablar de competencias autonómicas, sobre el modelo de financiación, sobre el papel de las Comunidades Autónomas en el ámbito internacional, por ejemplo.

P. Usted presentó una denuncia el 9-N en el juzgado ¿No puede acabar beneficiando a Mas?

R. Podría ser: pero es lo que tiene el Estado de derecho. A veces hay que hacer cosas con independencia de que vayan a dar o no réditos políticos. Pero no está imputado por mi denuncia: lo está por el Ministerio Fiscal. Otros dos miembros de la junta de Societat Civil y yo, a título personal, pusimos en conocimiento del juzgado de guardia que se estaba celebrando una consulta que desobedecía una orden del Tribunal Constitucional y que la Generalitat lo capitaneaba. Era escandaloso. Es gravísimo que la Administración se salte el principio de sometimiento a la ley. Otra cosa son los ciudadanos.

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