_
_
_
_
_

Las cinco claves de la estrategia de Mas

El presidente catalán quiere aglutinar el voto afín al proceso soberanista con el plan desarrollado esta última semana

Artur Mas, el sábado en Molins de Rei
Artur Mas, el sábado en Molins de Reialbert garcia

Artur Mas detalló en una conferencia en Molins de Rei (Baix Llobregat) y en una entrevista en TV-3 su plan para captar las entidades soberanistas (la Asamblea Nacional Catalana, Òmnium Cultural, y la Asociación de Municipios por la Independencia) para su lista electoral. La estrategia de Mas para el 27-S pasa por una ofensiva para captar el voto más afín al proceso de independencia.

La propuesta a las entidades: Mas pidió a ANC, Òmnium y AMI que configuraran su lista para concurrir a las elecciones del 27-S. Entidades a las que alabó por haber jugado "un papel determinante" en el proceso independentista y a las que pidió un paso más: "Hago un llamamiento a agrupar fuerzas del mundo soberanista, más allá del partido", proclamó en su conferencia. Tras la polémica suscitada, con el enfado de ERC, Mas apuntó dos argumentos en la entrevista a TV-3. El primero, que no tenía sentido que la ANC se rompiera si estaba creada para aglutinar una mayoría social a favor de la independencia. El segundo, que tiene derecho a pedirlo porque siempre ha respondido a las demandas de las entidades. Si la jugada le sale Mas, ya tiene el argumento planeado: él es el garante de la unidad, el que más lejos ha ido para garantizar que los soberanistas vayan juntos a los comicios. "Si finalmente no hay más remedio que hacer esto [ir en solitario], habré defendido la máxima unidad posible entre partidos y con la colaboración de la sociedad civil", remarcó.

El resto de partidos: Mas tiene señalados dos rivales para las elecciones. Las características del proceso soberanista obligan a que no pueda cargar directamente contra su principal rival, ERC, que a la vez es su principal socio en el camino hacia la independencia. Mas tiene que luchar con los republicanos, que se definen como más progresistas, y por ello pone el acento en la "justicia social", como evidenció en su discurso del sábado y con los cambios de gobierno del lunes. Poniendo énfasis en ese aspecto, también busca frenar el impulso de un rival que sí cita directamente: las fuerzas emergentes, como las que han llevado a Ada Colau a la alcaldía de Barcelona. "Los del sí se puede", avisó, "quieren hacer otro tipo de plebiscito, el de la lucha de clases", que no es el que no interesa a Mas. Capítulo aparte merece Unió Democràtica. El líder de CDC quiere utilizar la ruptura de la federación para evidenciar que su partido va en serio en el camino hacia la secesión. "Tenemos un Gobierno 100% cohesionado con la independencia", celebró Mas. El presidente también pretende pescar en la división de Unió y atraer a su lista los soberanistas del partido.

El papel de CDC. Tras romper su federación con Unió, Convergència encara su refundación, obligada por los numerosos casos de corrupción que afectan al partido, empezando por el que afecta a su fundador, Jordi Pujol. El primer paso es difuminar las siglas si las entidades acaban accediendo a su propuesta. Mas reservó en su discurso del sábado un papel secundario para CDC en su oferta: "Se puede contar con el papel de CDC para este momento de gran servicio al país", proclamó. Pero el partido aguarda en la recámara: Mas especificó en TV-3 que si la ANC, Òmnium y la AMI no le hacen caso, CDC formará su propia candidatura, a la que intentará sumar independientes. En plena oferta, tuvo un gesto hacia los cuadros de su partido: aupó a Jordi Jané y Meritxell Borràs, siempre trabajando para la formación en segunda fila, a consejeros.

Su protagonismo. La estrategia relativa a la figura de Artur Mas ha cambiado tanto como para que  su imagen de campaña en 2012, abriendo los brazos como si fuera el profeta Moisés, virara hasta el momento actual, en el que Mas asegura que no hace falta que lidere ninguna lista. Ya cuando propuso la candidatura única de los partidos soberanistas, después de la consulta del 9-N, apuntó que, si hacía falta, sería el último de la lista. Una intención que repite ahora, cuando plantea a las entidades que él se situará donde quieran: "No penséis en la lista del presidente, sino en una lista con el presidente, que no es lo mismo", dijo el sábado, a lo que añadió en TV-3. "Quiero ser parte de la solución, no del problema". Parece difícil que las entidades, si valoraran su propuesta, apartan al principal líder del proceso soberanista, que ya dijo que encabezará la lista de CDC si su propuesta no sale adelante. 

El día después. ¿Qué pasa el 28-S? Mas lo tiene claro: con una victoria del sí, hay que seguir con la hoja de ruta pactada con ERC y las entidades soberanistas. "No habla de como se tienen que hacer las elecciones, sino qué se tiene que hacer después". Es decir, iniciar un proceso que dure 18 meses y que culmine con la constitución del Estado catalán. Eso si, en TV-3 Mas puntualizó que solo pasará si los partidos soberanistas ganan por una holgada diferencia, algo que no comparte Esquerra Republicana. "El problema es si quedamos justo por debajo o justo por encima, que significa que tienes fuerza para continuar pero te falta un poco para poder culminar el proceso", apuntó Mas en TV-3, donde sentenció: "O se hace en base a mayorías sociales muy amplias o no se puede hacer". En todo caso, Mas quiere la victoria. En su entrevista en TV-3 dejó claro que, aparte del plebiscito, lo que está en juego el 27-S es el liderazgo del proceso

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_