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El malestar sindical amenaza el plan de futuro de la Ertzaintza

Seguridad “seguirá adelante”, pero la contestación interna va en aumento

“Vamos a seguir adelante porque esto es un proyecto de futuro por el que se ha apostado”. En el Departamento de Seguridad no se advierte una especial inquietud por el significativo vacío que deja la dimisión voluntaria del jefe de la Ertzaintza, Jorge Aldekoa ni, sobre todo, por el refuerzo electoral de Erne, el sindicato mayoritario y su principal azote. La falta de entendimiento es tan evidente que el malestar sindical puede comprometer la viabilidad del proyecto Horizonte 2016. Bajo su criterio, todo se reduce a una apuesta fallida. “Este caos es por el capricho de Gabirondo”, dicen en Erne en alusión al director de la Ertzaintza.

De momento, Josu Bujanda, actual responsable de las Divisiones de Protección Ciudadana, asumirá “gran parte” de las funciones que desempeñaba Aldekoa. En ningún caso se cubrirá la plaza de jefe de la Ertzaintza, al menos hasta que se resuelva el curso que proporcionará seis nuevos intendentes y en el que participará Aldekoa dentro de la veintena de aspirantes. Según los planes del Departamento, este curso, con una duración aproximada de cinco meses, comenzará “a lo largo de diciembre”.

Seguridad antepone el objetivo del plan de funcionamiento a las cuestiones personales, aunque admite que “en su momento ya contempló” la posibilidad de que se produjera este fallo judicial. “Lo veíamos como algo que se podía producir en un plazo de dos años teniendo en cuenta los recursos y que íbamos disponiendo de ese tiempo para ir adelante con la reorganización”, que ha supuesto pasar de cinco a dos divisiones, Protección Ciudadana e Investigación Criminal.

“Este caos es por el capricho de Gabirondo”, dicen desde Erne

Erne lo reduce a “una chapuza”. En su balance se acumula las críticas sobre la operatividad dispuesta por Gabirondo, a quien conceden “todo” el poder en el Departamento. “Se está sacando a patrullar a la calle y a perseguir a delincuentes a cientos de agentes que hasta ahora han estado haciendo labores administrativas, se les da simplemente un billete de Metro y ni siquiera se les ha hecho un cursillo de formación”.

Seguridad conoce este “malestar” y también ha interpretado “los 400 ó 500 votos más”, dicen en el Departamento, que ha sumado Erne, su implacable secante en la gestión. “Es un cambio de mentalidad que hay que ir consiguiendo con el tiempo en las comisarías porque se trata de un cambio muy grande y pesa la inercia de tantos años”, admite un colaborador directo de la consejera Estefanía Beltrán de Heredia. En Erne, en cambio, detectan en el Departamento “un fuerte cabreo porque esperaban que pincháramos”. “Ni siquiera nos han llamado”, dicen en Erne. “Hasta ahora, todos los consejeros lo primero que hacían después de unas elecciones en la Ertzaintza era llamar para reunirnos”.

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“No hemos tenido ningún contacto todavía”. La agenda inmediata del Departamento de Seguridad no contempla reunión alguna con los sindicatos de la Ertzaintza. Sin embargo, estas centrales van a reunirse “en breve” para acordar un plan de acción que agudizará más aún las tensas relaciones. “Gabirondo se equivocó desde el primer día cuando dijo que no quería a los sindicatos en la organización de la Ertzaintza y así le va”, dicen desde Erne, conscientes de que su línea crítica está reforzada.

“Es un cambio de mentalidad muy grande”, admiten en el Departamento

En realidad, las dos partes se reconocen muy alejadas y ni siquiera comparten el punto de partida de la actual situación. “Se ha invertido la proporción de agentes en los servicios, la movilidad geográfica está empeorando el servicio y cada vez hay más malestar”, critican desde Erne donde recuerdan que “ha quedado demostrado que nuestras críticas no eran por motivos electorales como dijo cuatro veces la consejera en el Parlamento”.

Pero Seguridad mantendrá inalterable su apuesta. “Estamos convencidos de que la Ertzaintza tiene que ofrecer ese servicio de proximidad y adecuarse a una nueva realidad”, reiteran en el Departamento. En este cruce de interpretaciones sobre la misma realidad también han aflorado las razones económicas. Los sindicatos aluden a unas “peores condiciones de trabajo” y en el Departamento lo incluyen como un tema más en las relaciones laborales. “Así va a ser difícil que nos entendamos porque va a aumentar la confrontación”, advierten desde Erne.

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