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La candidatura de Fabra, en el alero

Cargos del PPCV postulan en privado a Isabel Bonig como cartel electoral El presidente se muestra confiado mientras Génova analiza la situación

Isabel Bonig y José Ciscar en una comparecencia del Gobierno valenciano.
Isabel Bonig y José Ciscar en una comparecencia del Gobierno valenciano. JUAN CARLOS CÁRDENAS / EFE

Los malos resultados de los sondeos electorales, que vaticinan una derrota del PP en los comicios de 2015; las tensiones internas existentes en el Consell y el PP valenciano; y el trato que prodiga el Gobierno de Mariano Rajoy al presidente de la Generalitat han terminado por colocar la candidatura de Alberto Fabra a los comicios de 2015 en el alero.

“Las próximas semanas serán decisivas para saber si Alberto Fabra será el candidato del PP a la presidencia de la Generalitat”, advierte un destacado cargo del Gobierno central.

“Génova está analizando con detalle cuáles son los mejores perfiles, bien para intentar conservar las opciones de gobernar, bien para poder formar una buena línea de oposición ante coaliciones de izquierda”, admite un destacado miembro del Consell.

La posible alternativa a Alberto Fabra se llama, según diversas fuentes consultadas, Isabel Bonig, consejera de Infraestructuras y coordinadora general del PPCV.

Bonig ya contó con el respaldo de los tres presidentes provinciales del PP —el alicantino José Ciscar, el valenciano Alfonso Rus y el castellonense Javier Moliner— y la alcaldesa de Valencia, Rita Barbera —la principal interlocutora de Mariano Rajoy en la Comunidad Valenciana— para sustituir a Serafín Castellano en la secretaría regional del partido.

La coordinadora general de los populares ha sorprendido a un buen número de cargos del PP por el esfuerzo que dedica a revitalizar las agrupaciones locales del partido y la elaboración de un discurso beligerante frente a la izquierda, que ha elevado la baja moral de la militancia conservadora.

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El presidente de la Generalitat ha insistido en los últimos días en que tiene el apoyo de Génova y del Gobierno, pero lo cierto es que sus relaciones se han deteriorado mucho desde que en junio de 2013, Rajoy afirmase en una convención del PP en Peñíscola: “Apoyad a Alberto, porque lo que está haciendo está bien hecho”. Desde entonces el crédito del jefe del Consell ante la dirección nacional del PP ha menguado. Rajoy dejó claro hace un mes que Barberá era su interlocutora al difundir la existencia de un largo encuentro de más de tres horas en Moncloa para repasar conjuntamente la situación del partido, en general, y en la Comunidad Valenciana, en particular. Una larga conversación que Barberá ha administrado, de manera reservada y como ha considerado pertinente, con los principales barones del PPCV.

Mientras tanto, Fabra ha tenido que cambiar su discurso frente al Gobierno; soportar los desplantes del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, a su petición de una entrevista con los empresarios; y gestionar el escándalo de la caza del topo del Palau, que ha sido seguido con especial atención desde Génova.

La entrevista de Fabra con la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, el pasado martes, no sirvió para despejar los nubarrones sobre la nominación del presidente del Consell, que espera un gesto de Génova que acalle las dudas existentes en el seno del partido. Fabra acudió solo a la entrevista con Cospedal para analizar la situación en la Comunidad Valenciana. Y ello, pese a que Bonig, que lo acompañó a un acto oficial en el Ministerio de Fomento, también estaba en Madrid.

Fuentes conocedoras de los cenáculos populares señalan que tras las dudas sobre la candidatura de Fabra a la presidencia de la Generalitat se oculta también la batalla por la confección de las listas electorales del año que viene y la gestión del cambio de ciclo en el PP. Según estas fuentes, si Fabra desistiese finalmente de ser candidato, Barberá y Rus, a quien las encuestas tampoco vaticinan buenos resultados en sus ayuntamientos, podrían pilotar más fácilmente la transición entre lo que se ha dado en llamar “el viejo y el nuevo PP”. Un relevo, según estas fuentes, también beneficiaría a Ciscar, cuyas relaciones con Fabra pasan por su momento más bajo.

Mientras Génova deshoja la margarita para definir la arquitectura electoral del PP valenciano, las direcciones provinciales y la propia Bonig han activado ya el comité de campaña propuesto por Fabra para la puesta a punto de las municipales.

La presión sobre Castedo aumenta

J.F.

La presión para que la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, doblemente imputada en casos de corrupción urbanística, renuncie a seguir en su cargo va en aumento. El propio Fabra remachó ayer al ser preguntado por Castedo: “Los imputados por corrupción no van a ser candidatos en las próximas elecciones”. Fabra intervino en Benidorm en la clausura de una convención del PP provincial de Alicante, que dirige José Ciscar, que acordó exigir a todos sus candidatos una declaración jurada de que dimitirán si son imputados por corrupción. Ciscar dijo que no dejará que los militantes agachen la cabeza cuando se hable de corrupción.

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