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La capital refinancia su deuda y se libera de la tutela de Montoro

El Ayuntamiento obtiene de la banca los 992 millones que necesita para cancelar el crédito negociado por el Ministerio de Hacienda que le puso bajo la intervención gubernamental

El Ayuntamiento de Madrid, gobernado por el Partido Popular desde hace 23 años, dejará de estar intervenido por el Gobierno central a finales de este año. Su alcaldesa, Ana Botella, ha anunciado esta mañana la refinanciación del crédito de 1.350 millones con el que el Ministerio de Hacienda rescató hace dos años y medio a la capital para que pudiera hacer frente a sus facturas impagadas.

El Ayuntamiento ha pedido prestado el dinero que le quedaba por pagar (992 millones) a ocho entidades bancarias, librándose así del crédito negociado con el Ministerio de Hacienda y, por ende, de su tutela económica, que obligaba a obtener su visto bueno para cualquier decisión política que implicara gasto (en resumen: la práctica totalidad).

Todo esto no significa en cualquier caso que el Ayuntamiento no siga arrastrando una deuda formidable de las fuertes inversiones acometidas por el anterior alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón (entre 2003 y 2011, gastó 10.000 millones de euros, la mayoría a crédito). Fuentes municipales aseguran que la capital cerrará 2014 con una deuda bancaria “un poquito” inferior a los 6.000 millones de euros.

La deuda de Madrid no terminará de pagarse hasta 2036, pero al menos el sucesor de Botella, que ya ha anunciado que no será candidata en las elecciones municipales de mayo de 2015, no seguirá tutelado por el Ministerio de Hacienda hasta 2022, como estaba previsto en el plan de ajuste impuesto tras el rescate.

Botella accedió a la alcaldía en diciembre de 2011 con una deuda financiera de 6.348 millones. Antes de Gallardón, prometió que para diciembre de 2012 se habría reducido a 5.624 millones. Cuando llegó esa fecha, sin embargo, había crecido hasta 6.623 millones. Y eso pese a que Botella no pidió a crédito ni un euro más (tampoco habría banco que se lo hubiera concedido; una empresa municipal en apuros lo intentó sin éxito: terminó quebrando).

Tras la llegada a La Moncloa del líder del PP, Mariano Rajoy, en noviembre de 2011, el Ministerio de Hacienda obligó a los Ayuntamientos, entre ellos al de la capital, a pagar sus facturas pendientes, que en el caso de Madrid se elevaban a 1.017 millones de euros. Esa deuda comercial se convirtió así en financiera, aumentando pues el monto total. Para diciembre de 2013, Botella había prometido reducir la deuda a 5.910 millones. Pese a los fuertes recortes sociales y a la subida de impuestos, la deuda creció hasta los 7.074 millones.

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Se sumaron después otros 334 millones para pagar facturas que la propia Botella había dejado pendientes, y 350 millones más por la quiebra de la mencionada empresa municipal y los apuros de otra. Para diciembre de 2014, la alcaldesa prometió bajar la deuda a 6.204, más o menos la que dejó Gallardón como herencia. Finalmente, será un poco menos, unos 6.000 millones. Y ello, después de haber pagado durante estos tres años casi 4.000 millones a los bancos (entre amortizaciones e intereses), dedicando a ello uno de cada tres euros de presupuesto.

Del préstamo recibido por el Ayuntamiento para pagar sus facturas pendientes, otorgado a través del Fondo para la Financiación de los Pagos a Proveedores, quedaban pendientes 992 de los 1.351 millones solicitados. El Ayuntamiento consultó a 25 bancos, y logró de ocho de ellos un crédito con mejores condiciones que el concedido a través del Gobierno, lo que permitirá ahorrar 92 millones en intereses de aquí a 2023. Eso, unido a que, gracias a los recortes (la ciudad funciona ahora con 500 millones menos de presupuesto al año, una rebaja superior al 10% respecto a 2011) el presupuesto municipal está saneado (no tiene déficit y se pagan las facturas en los 30 días legales, frente a los nueve meses o más de la etapa de Gallardón), permite ahora levantar la intervención del Gobierno. “Hay mucha política espectáculo ahora, pero esta es la política de verdad”, ha presumido Botella esta mañana, satisfecha del “deber cumplido”.

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