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La capital destina ya uno de cada tres euros a pagar a los bancos

Pese a que Botella prometió que, en diciembre de 2013, la deuda se habría reducido a 5.910 millones, en ese mes llegó a los 7.074

“La deuda de Madrid es la historia interminable. Por mucho que se paga, sigue creciendo año a año. Y no se terminará de pagar hasta 2036, tres décadas después de la llegada de Alberto Ruiz-Gallardón y Ana Botella al Ayuntamiento”, señala el líder municipal socialista, Jaime Lissavetzky. Botella heredó la alcaldía en diciembre de 2011, y con ella una deuda financiera de 6.348 millones, fruto de dos mandatos de fuertes inversiones de Gallardón. Antes de irse, el exalcalde prometió que para diciembre de 2012 se habría reducido a 5.624 millones. Cuando llegó esa fecha, sin embargo, la deuda había crecido hasta 6.623 millones.

Y no porque Botella hubiera pedido un euro más; al contrario, aprobó un ajuste que recortó drásticamente el gasto social. Pero el Gobierno le obligó a pagar las facturas que Gallardón había ido atrasando, y para ello tuvo que pedir un préstamo adicional a los bancos de 1.017 millones. Aun así, Botella prometió que, en diciembre de 2013, la deuda se habría reducido a 5.910 millones. Cuando llego esa fecha, la deuda había crecido a 7.074 millones. Una vez más, pese a los recortes sociales y a una fuerte subida de impuestos.

¿Qué sucedió? Que Botella tuvo que pedir prestados 350 millones adicionales para pagar facturas (que, en esta ocasión, había dejado sin abonar ella), y otros 334 millones para salvar de la quiebra a una empresa municipal y asumir el hundimiento irremediable de otra (consecuencia de la gestión de Gallardón).

Botella ha prometido que la deuda en diciembre de 2014 será de 6.204 millones. Es decir, más o menos la que dejó Gallardón, pero después de haber pagado en estos tres años casi 4.000 millones de euros a los bancos.

En 2012, uno de cada cuatro euros del Ayuntamiento se dedicaba a pagar deuda. En 2013, fueron uno de cada tres euros. El dinero para los bancos se ha sacado de los servicios a los ciudadanos, denuncia Lissavetzky. Y de gasto social: en 2012, se ejecutaron 119 euros por habitante, frente a los 129 de Barcelona, los 147 de Bilbao o los 186 de Sevilla.

Los recortes han servido, eso sí, para pagar las facturas en los 30 días legales. Pero, según la liquidación del cuarto trimestre, aún se deben 16 millones de euros de trimestres o años anteriores, como ha recordado la concejal socialista Noelia Martínez.

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