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El 10% de los motoristas de Barcelona invade el carril contrario

Un estudio del RACC revela que un 22% conduce en zig-zag El 50% de los muertos en carretera en la ciudad iba en moto

Una de cada diez motoristas invade el carril del sentido contrario para adelantar en las colas de los semáforos, el 22% cambia de carril constantemente (haciendo zig-zag) entre el resto de vehículos, uno de cada tres no señaliza con los intermitentes la intención de giro en los cruces y una cuarta parte sale antes de que el semáforo se ponga en verde. Estos son algunos de los comportamientos de los motoristas en la ciudad de Barcelona que revela un estudio del Real Automóvil Club de Cataluña (RACC). Todos ellos, aunque cada menos frecuentes, “favorecen el riesgo de accidente”.

En los últimos años, el peso de la moto respecto al automóvil ha sido cada vez mayor en la ciudad.  Mientras el número de coches se ha reducido en 50.000 unidades desde 2007, el parque de  vehículos de dos ruedas ha aumentado en más de 30.000. En Barcelona circulan más de 300.000  motocicletas y ciclomotores. Una tendencia que, según el RACC, reduce la congestión de la circulación y favorece la movilidad. A pesar de la mayor cantidad de motos en la calle, el número de muertos en accidente en estos vehículos se ha reducido a la mitad en los últimos cinco años. “Hay menos muertes, pero en los últimos tres años ha habido un repunte en el número de heridos graves”, apunta el estudio.

Aun así, el pasado año hubo 11 fallecidos por accidente de moto, el 50% del total de víctimas mortales que hubo en la ciudad por siniestros en la carretera. A finales de septiembre, Barcelona vivió una semana trágica cuando cuatro personas perdieron la vida en accidente de tráfico cuando circulaban en moto. El estudio del RACC revela también que, a pesar de que los motoristas cometen cada vez menos imprudencias, el parque móvil está envejecido. El 45% de las motos tiene más de siete años. Un problema que eleva el riesgo de accidente, ya que los vehículos viejos no incorporan sistemas de seguridad como el ABS, y agrava los altos índices de contaminación que sufre Barcelona. Estos vehículos envejecidos cumplen con normas antiguas de polución (EUI y EUII) establecidas por la Unión Europea, por lo que emiten más cantidad de partículas de óxidos de nitrógeno a la atmósfera. Por este motivo, el RACC pide un plan PIVE (ayudas para la compra de vehículos nuevos) para la motos.

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