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Similar proyecto, similares empresas

Tokiko e Hiriko confluyen en un grupo de personas que estuvieron y están al frente de los dos proyectos relacionados con el negocio de los coches eléctricos

Echave, Durao Barroso, De Andrés y Javier Maroto en Bruselas
Echave, Durao Barroso, De Andrés y Javier Maroto en BruselasEL PAÍS

Hiriko fue un fracaso empresarial pero un avance tecnológico que pocos quieren desaprovechar. Personas vinculadas al proyecto de coche eléctrico Hiriko, que se quedó a las puertas de la homologación previa a la fabricación y su comercialización, se han reagrupado en una reciente empresa, Tokiko Engineering, para buscar inversores a los que pueda interesar la base de un coche eléctrico. El Gobierno y quienes estuvieron involucrados en el proyecto coinciden en que este no puede caer en saco roto en su vertiente de desarrollo tecnológico porque tuvo unos resultados calificados de “exitazo” por las empresas del proyecto. La matriz, una asociación sin ánimo de lucro llamada Afypaida y encabezada por Jesús Echave, resaltó que lleva dos años negociando con empresas de Hiriko para lograr lo que el proyecto no consiguió, la industrialización y comercialización de los coches eléctricos.

También uno de los miembros de Denokinn, otra asociación sin ánimo de lucro que coordinó a las compañías del consorcio Hiriko, dijo que habría resultados en poco tiempo. El mensaje en la comisión de investigación que analiza en el Parlamento las ayudas a este proyecto fue claro: la parte de investigación y desarrollo del proyecto fue un éxito. ¿Y el resto? Falló el mercado, que no compraba ni compra coches eléctricos, dijeron, y hubo hasta un complot de las petroleras y las grandes fabricantes de vehículos. De la mala gestión a la que han hecho alusión los trabajadores también en la comisión no hubo referencias. El reto está ahora en rentabilizar lo que aún hoy tiene valor, el conocimiento adquirido y las patentes. Las empresas diferencian las cinco patentes logradas, por un lado, propiedad de Afypaida.

Socios de Tokiko

Por otro, todo el desarrollo tecnológico conseguido durante el proyecto Hiriko, que queda en manos de cada una de las empresas que conformaron el universo del proyecto. Las ayudas autonómicas recibidas, la convocatoria Etorgai, establecían subvenciones por proyectos que después se repartían entre las compañías implicadas en cada idea. En el caso de 2010, por ejemplo, a Hiriko se le pagaron 817.128 euros, la mitad a Afypaida y el resto repartido entre Guardian y Maser Mic. Empresas como esta última han ido ahondando en el conocimiento adquirido durante la evolución de sus trabajos en Hiriko. La consejera de Desarrollo Económico, Arantza Tapia, se reconoció en noviembre de 2013 “preocupada” por la venta del saber hacer logrado. Apostó, después de asegurar que el prototipo está a las puertas de su homologación para poder venderlo en EE UU o Japón, por una inversión para comercializar el vehículo “por alguna de las empresas que existen”. “No estoy hablando de una venta del mismo a un tercero, porque desde luego si se produjera eso seríamos los primeros en personarnos”, matizó a preguntas de EH Bildu. La razón: la “licencia se adquirió con dinero público”.

Tapia aceptó seguir con el proyecto pero rechazó una venta a terceros

Con Hiriko en la nebulosa del proceso concursal, los responsables de algunas de las empresas que trabajaron en el coche eléctrico que no pasó de dos prototipos se han reagrupado en otra compañía creada el 21 de mayo de este año bajo el nombre Tokiko, con un capital de 4.500 euros. Esta compañía tiene como objetivo ofrecer el desarrollo tecnológico de un coche eléctrico bajo pedido, con una base de vehículo sobre la que después un inversor aporte el diseño de la carrocería y otros aspectos, indican fuentes del consejo de administración de Tokiko. “Nada que ver con Hiriko, que era crear el coche entero”, aseguran. Tokiko está en sus orígenes, señalan, en busca de clientes. En esta recientemente creada compañía están presentes responsables de la coordinadora de Hiriko Denokinn —el presidente de Tokiko, Carlos Javier Fernández Isoird, enlace con el MIT en Hiriko—, el secretario de las empresas creadas para comercializar el coche eléctrico Iñigo Urkidi (vinculado a Denokinn), y dos de los tres hermanos Iriondo, Jesús María y Carlos Javier, ambos de la empresa Maser Mic que también formaba parte del consorcio Hiriko.

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También hay responsables de otra empresa que tuvo contacto con Hiriko pero que no formó parte del consorcio ni recibió ayudas públicas. En el proyecto no aparece Echave. Fuentes peneuvistas aseguran que los inversores con los que lleva dos años hablando Afypaida para dar salida a su parte del proyecto, fundamentalmente las patentes, son Maser Mic, hoy unida a otros exHirikos a través de Tokiko, y Sapa, otra de las empresas del consorcio del fallido proyecto. En Maser Mic se limitan a señalar que “conversaciones hay muchas”. Y fuentes del consejo de administración de Tokiko muestran su extrañeza sobre ese hipotético vínculo debido a que las relaciones finalizaron muy deterioradas entre Maser Mic y Afypaida, después de la irrupción en el proyecto Hiriko de Armando Gaspar, que cambió el concepto que tenían las empresas del consorcio y se centró en crear vehículo que se comercializara. Fue EH Bildu quien sacó a relucir el nombre de la nueva empresa. El parlamentario de la coalición, Igor López de Munain, acusó a los comparecientes de Hiriko de que con Tokiko “las mismas personas que participaron en el expolio de 16 millones de euros ahora son quienes montan una empresa parecida para comercializar coches eléctricos”. En definitiva un proyecto similar, reestructurado en empresas también similares, y en el que riman hasta los nombres.

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