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“Madrid odia Valencia”, dice Mehta, antes de su apoteosis en el Palau de les Arts

El director recibe una histórica ovación en su despedida con 'Turandot' Unos días antes, el músico volvió a reclamar en Barcelona más dinero para la ópera

Ferran Bono

Si apoteosis es el ensalzamiento de una persona con grandes honores y alabanzas o el final brillante de algo, especialmente de un espectáculo, lo que sucedió el pasado domingo en el Palau de les Arts de Valencia se ajusta a la perfección a la definición. Fue una auténtica apoteosis de Zubin Mehta que culminaba una extraordinariamente emotiva función de Turandot. El músico de Bombay recibió una ovación de entre 17 y 18 minutos en la que puede ser su última actuación en el Palau de les Arts. Al menos, como presidente del Festival del Mediterrani y batuta habitual del teatro de la ópera valenciano.

Los músicos de la orquesta del Palau le arrojaron flores, antes de subir también al escenario, donde la intendente Helga Schmidt le entregó un gran ramo bajo una lluvia de brillante confeti. En pie, el público no dejaba de aplaudir, como ya había hecho a lo largo de la representación. Esta vez no hubo abucheos, como el pasado miércoles, a los representantes de la Generalitat (tan solo asistió la directora genera de Cultura, Marta Alonso, que pasó desapercibida y aplaudió como todos); solo proclamas sobre la excelencia del director y algún ruego para que reconsidere su decisión de desligarse del Palau de les Arts ante la falta de respuesta del Gobierno valenciano a su petición de conocer el presupuesto y los planes de futuro del coliseo.

Se le veía emocionado a Mehta. No cesaba de compartir los bravos con los cantantes, con los músicos, con los niños del coro... Además del reconocimiento a su labor artística durante siete años, con hitos indiscutibles como la dirección de la tetralogía de Wagner, el músico ha logrado establecer un especial vínculo con el público y la orquesta, que se explica también por su carácter abierto. 

Y por su coherencia. Mehta no ha dejado de reclamar ayudar y defender públicamente la excelencia de la programación del Palau de les Arts. Y de denunciar el agravio comparativo que supone el escaso presupuesto que le destina el Gobierno de España (397,840 euros para 2014), en comparación con el consignado para el Teatro Real (8,7 millones) o el Liceo (6,5 millones). Lo hizo cuando gobernaba el socialista José Luis Rodríguez Zapatero y también ahora que lo hace el PP, de la mano de Mariano Rajoy. El Ministerio de Cultura no ha entrado en la fundación del Palau de les Arts, a pesar de los reiteradas peticiones de la Generalitat.

La última denuncia de Mehta fue de hace unos días, del pasado jueves. Adoptó una actitud callada en Valencia tras anunciar a los músicos su rechazo a asumir la dirección musical de la orquesta, pero sí atendió a la televisión catalana TV-3 en Barcelona, con motivo de un concierto en el festival de Pedralbes. Allí, como en otras ocasiones anteriores, criticó la diferencia de financiación del Palau de les Arts con el Liceu de Barcelona, sin menoscabo de que le pareciera bien la cuantía de este último: 'Si nosotros tuviésemos el dinero que Madrid le da al Liceo seríamos muy felices. No sé por qué Madrid odia Valencia". Y esbozando una media sonrisa, añadió: "Tal vez Valencia debería hacer un movimiento independentista".  

En algunos corrillos formados en los descensos de Turandot se comentaba la torpeza de la Generalitat por no plantear alguna fórmula de colaboración con Mehta, dada su vinculación con Valencia, su proyección internacional y su disposición a ajustar su cotización, según fuentes del Palau, que insisten en que ya se rebajó el salario hace dos años. Se incide en que es posible seguir contando con Mehta, a pesar de los graves problemas financieros de la Generalitat, y convertir la formación musical en marca de la Comunidad Valenciana.

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Posible salida en cascada

Y se lamenta, sobre todo, la posibilidad de que la marcha de Mehta pueda suponer la salida de más músicos de la estimada orquesta y de la propia Helga Schmidt. El riesgo de echar por la borda siete temporadas que han contado con títulos de una elevada calidad, y que han conformado un proyecto cultural de primera magnitud, desde una ciudad sin apenas pasado operístico.

Desde la Generalitat se recuerda el esfuerzo inversor realizado, 169,7 millones de euros desde 2005. Esta cifra incluye todas las transferencias que la Generalitat ha destinado para el funcionamiento del Palau de les Arts (programación y nóminas), menos los ingresos obtenidos por la venta de entradas, por los patrocinios y las escasas ayudas de otras instituciones. Si a esta cifra se suma el coste de construcción de la ópera, 478 millones de euros, la Generalitat habrá gastado 648 millones de euros en poco más de 10 años en el contenido y el continente del Palau de les Arts. En los tres primeros años, Lorin Maazel (primer director musical) cobró 4,5 millones de euros, y Zubin Mehta, 2,5 millones.

Desde la Consejería de Cultura se reitera el propósito es mantener el nivel de la ópera y ha encomendado a Schmidt la búsqueda de un director musical para la orquesta, además de que negocie con Mehta una colaboración futura e improbable, hoy en día. La Generalitat ha confirmado en su puesto a la intendente.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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