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Miles de vecinos reclaman la rehabilitación de El Cabanyal

La manifestación denuncia la degradación premeditada del barrio valenciano. “Me quitan la casa, quieras o no, y no me la devuelven”, lamenta una vecina

Ferran Bono
Una vecina contraria al plan municipal observa el paso de la manifestación.
Una vecina contraria al plan municipal observa el paso de la manifestación.JOSÉ JORDÁN

Hay predominio de mujeres en la cabeza de la manifestación. Son mayores y fuertes. Aguantan bajo un sol más estival que primaveral portando la pancarta que abre la marcha multitudinaria que clama por la rehabilitación. Llevan años luchando por sus casas y por su barrio y contra el plan municipal de prolongar la avenida de Blasco Ibáñez a través de El Cabanyal. Un proyecto impulsado por la alcaldesa, Rita Barberá, del PP, que afecta a 1.650 viviendas, y que arrasaría la casa de Manoli Concepción, de 68 años.

Esta vecina habla mientras camina por delante de unos miles de ciudadanos que este domingor volvieron a exigir la rehabilitación de la zona. Sostiene que el mantenimiento del plan del Ayuntamiento 16 años después de su anuncio obedece a “que tienen algo que ganar y seguro que los pobres que perder”. Ahora bien: “No esperaban encontrarse con una piedra como se han encontrado en El Cabanyal, una piedra con la que han tropezado. Creían que sería muy fácil, pero aquí hay gente muy preparada y que quiere defender lo suyo”, añade.

“Aquí los afectados somos todos si se parte el barrio. Aquellos que piensan que no les afecta porque la avenida no toca su casa están equivocados”, apunta Vicentica Martínez, de 74 años, que comparte un extremo de la pancarta con Lorenzo Crespo, de 79, que critica la prepotencia con que actúa el Ayuntamiento. Muy cerca, Nuria Marí, de 69 años explica por qué ha vuelto a salir a la calle: “Porque me quitan la casa, quieras o no, y no me la devuelven. La alcaldesa dice muchas cosas, pero así está el barrio”.

El barrio está muy degradado, fundamentalmente, en la zona afectada por la prolongación. Solares, casas abandonadas o derruidas por la piqueta municipal, menudeo de drogas... Una pancarta de la marcha lúdica y reivindicativa, con manifestantes de edades muy diversas, recogía una lista de cosas que “sí necesita el Cabanyal”, y las que no, como las “avenidas”: “Un instituto de secundaria, un centro de día, guarderías, más limpieza...”.

Una degradación que ha sido consecuencia de una política planificada para torcer la oposición al proyecto, según viene denunciando desde hace 16 años la plataforma Salvem El Cabanyal, organizadora de la marcha junto a la Associació de Veïns Cabanyal-Canyamelar. La convocatoria de ayer llevaba por lema Per un nou pla al Cabanyal amb participació ciutadana. Durante el recorrido, se pudo ver a algún vecino colgar una pancarta en su balcón a favor del plan, pero la mayoría eran en contra.

Maribel Doménech, de Salvem, explicó que, cuatro años después de la orden ministerial que paralizó los derribos, “no hay ningún movimiento ni intención de asumir la responsabilidad de poner fin a la degradación” que sufre la zona. “Hemos escrito para que nos recibieran el Ayuntamiento, la Generalitat o el ministerio”, señaló a Europa Press.

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El 31 de octubre, el Gobierno, del PP, acordó retirar el recurso de inconstitucionalidad que pesaba sobre la ley autonómica con el compromiso del gobierno municipal de adaptar el plan y hacerlo compatible con la protección del barrio. Además, el Consell debía modificar la citada ley, promulgada para permitir el proyecto municipal en El Cabanyal, que es Bien de Interés Cultural. El Ayuntamiento asegura que está pendiente de un dictamen del Ministerio de Cultura y la Generalitat, que está trabajando en ello.

Al final de la marcha, Faustino Villora, de Salvem el Cabanyal, llamó a la movilización hasta que no se rehabilite el barrio y denunció la política antisocial del Ayuntamiento. Vicente Guallart, presidente de la asociación de vecinos, instó a Barberá a “que se ponga a trabajar en un plan de rehabilitación que lleve beneficios a todos”.

La oposición en pleno

Los partidos de la oposición participaron ayer en la manifestación con una elevada representación. Incluso se dejó ver por la marcha el expresidente de la Generalitat, el socialista Joan Lerma. Destacados cargos municipales compartían pancarta, como los portavoces municipales Joan Calabuig (PSPV), Joan Ribó (Compromís) y Amadeu Sanchis (EUPV), además de otras formaciones políticas (UPyD o Esquerra Republicana) y dirigentes sindicales (CC OO, Intersindical y UGT). Más atrás, cada formación ocupó un espacio propio. Se vio al secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, a la senadora y exministra de Cultura Carmen Alborch, a la coordinadora de EUPV, Marga Sanz, al diputado nacional por esta coalición Ricardo Sixto, o al portavoz parlamentario de Compromís, Enric Morera.

La manifestación transcurrió sin incidentes en un ambiente festivo y reivindicativo. Hubo quien recordó la definición de “algarada” con que Rita Barberá definió la convocatoria de la manifestación.

F. B., Valencia

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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