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Susana Díaz convoca al PSOE a emprender “una ola de cambio”

La presidenta: “Salimos unidos y bien cosidos para estar a la altura de lo que España necesita”

Lourdes Lucio

Como mujer de partido que es, la nueva líder del PSOE de Andalucía, Susana Díaz, no pierde de vista la savia que nutre a las organizaciones políticas: los votos. Las elecciones europeas de mayo del próximo año serán la primera cita para medir el estado de salud de todas las formaciones políticas. Pero para el PSOE también supondrá una especie de prueba de esfuerzo y resistencia ante lo que ocurrirá casi con toda probabilidad después de los comicios al Parlamento Europeo: las primarias para elegir al candidato socialista a la presidencia del Gobierno. La fecha de las primarias se decidirá en un comité federal a finales del presente año, pero ella ya ha dicho que debe ser después de elegir a los eurodiputados.

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Para Díaz serán sus primeras elecciones como responsable del PSOE de Andalucía, la federación que tradicionalmente siempre ha aportado más apoyos a la bolsa nacional y la primera oportunidad para romper la racha de tres derrotas consecutivas desde las locales de 2011. Su receta para abordar estas elecciones es la que aplica la escuela sevillana del PSOE, un partido muy a pie de calle, muy de agrupación: se trata de asumirlas “como si fueran municipales” para que los ciudadanos puedan “mirar a Bruselas, y no a Berlín”. Según su análisis, ahí puede empezar “la ola de cambio” que necesita el país, según aseguró en la clausura del congreso extraordinario del PSOE en el que también intervino el secretario general federal, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Este no aludió a los comicios europeos, sino a las elecciones generales previstas para dentro de dos años, cuando su partido “repondrá todos los derechos” que el Gobierno del Partido Popular “está quitando”.

En muy poco tiempo, Susana Díaz, que apenas lleva tres meses de presidenta de la Junta y dos días de secretaria general, ha hecho creer a los suyos que el PSOE puede volver a ser lo que fue. Y pretende contagiar esa creencia a todas las federaciones del partido, la mayoría de ellas con secretarios generales sentados en los bancos de la oposición, salvo el de Asturias.

El proyecto común que se llama España necesita un PSOE unido y necesita a los socialistas catalanes
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También Rubalcaba cree que el aire ha cambiado para el PSOE en las dos últimas semanas y que ahora corre una brisa a favor. “Hemos hecho dos semanas muy buenas. Primero definimos nuestro proyecto político, después reafirmamos con el PSC nuestro proyecto compartido y, finalmente, hemos hecho un congreso en Andalucía para salir más fuerte y más unido”, opinó para reafirmarse en su frase de que “el PSOE ha vuelto”.

Lo primero que Díaz quiere exportar al resto de España es la unidad del partido, como ella ha logrado desde que inició, en julio, la carrera en las primarias sin urnas celebradas en Andalucía. Una muestra de esta cohesión fue el apoyo que logró en su elección como secretaria general, del 98,6% y el de la ejecutiva regional, del 96,9%. “Salimos unidos, pero sobre todo bien cosidos para estar a la altura de lo que España necesita”, afirmó.

Díaz está trenzando alianzas y complicidades con el resto de los barones socialistas. Lo hizo en la reciente Conferencia Política del PSOE cuando abortó que esta cita se convirtiera en un debate sobre si se debía establecer ahí la fecha de las elecciones primarias. La andaluza contribuyó en la Conferencia a no desestabilizar al secretario general, al que apoya porque es “su obligación”, como ha recordado estos días. Pero lo que vaya a hacer en un futuro no lo ha dicho y no lo dirá hasta que lo considere oportuno.

La presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz.
La presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz.Jesús Ochando (EFE)

La opinión muy mayoritaria en el PSOE andaluz es que Alfredo Pérez Rubalcaba debe dar un paso atrás y propiciar el relevo generacional como ha ocurrido en Andalucía, pero desde la federación andaluza no aplicarán la técnica del empujón para precipitar los acontecimientos. Tampoco va a haber pronunciamientos por ahora a favor de los posibles pretendientes a las primarias, un proceso al que Susana Díaz no aspirará como ha afirmado en varias ocasiones, aunque el PP andaluz no se lo cree.

Díaz volvió a hacer guiños al Partit del Socialistes de Catalunya (PSC). Lo ha hecho desde que se estrenó en la presidencia de la Junta de Andalucía. “El proyecto común que se llama España necesita un PSOE unido y necesita a los socialistas catalanes”, le dijo al líder del PSC, Pere Navarro, quien asistió a la clausura del congreso extraordinario sentado en la primera fila y que fue muy aplaudido por los asistentes. “Llévate la garantía de que los socialistas andaluces vamos a estar contigo”, le aseguró la sevillana. En los pasillos del congreso, Navarro sostuvo que los socialistas tienen un “proyecto federal”, de una “España que está unida en mejores condiciones de lo que lo está ahora”.

La secretaria general del PSOE andaluz evitó en todo momento hablar de la necesidad de relevo generacional que el día anterior defendieron tanto su antecesor en el cargo, José Antonio Griñán, como el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Habló más como presidenta de la Junta que como líder del PSOE.

De nuevo la autocrítica estuvo presente en su discurso, sobre todo, en lo relativo al alto desempleo que sufre la comunidad (en torno al 36%). Cree necesario “abrir en canal” el sistema productivo y “revisar todo lo que haga falta para que funcione con eficacia”.

Díaz se quejó de la falta de respuesta del Gobierno de Mariano Rajoy para rebajar las cifras del paro. “Sola no puedo”, reconoció. También se lamentó de la falta de respuesta de Rajoy a su propuesta de un pacto por la regeneración política, una iniciativa que no se “entendió” en su partido, en referencia a las reticencias mostradas por Alfredo Pérez Rubalcaba.

Díaz se quejó de la falta de respuesta del Gobierno de Mariano Rajoy para rebajar las cifras del paro

Díaz también mostró discrepancias con sus socios de Izquierda Unida, a los que no citó. “Los socialistas no queremos titulares a cuenta de los más débiles”. Era una alusión clara a la propuesta de IU de pagar a los más necesitados un mínimo de luz y agua, como reclamaban en las puertas del congreso un grupo de personas. Esta propuesta aún está en estudio y ha cosechado críticas hasta desde Comisiones Obreras que la considera “una ocurrencia” y propia de “la beneficencia”.

Tras varias semanas donde ha exhibido más su papel como mujer del partido, Díaz aseguró que como presidenta de la Junta “se va a tirar a la carretera” y también va a ir “mucho” a Madrid. En el partido deja una ejecutiva de su total confianza, más joven que la anterior, más reducida (31 miembros) y con 20 nuevas incorporaciones. Díaz ha situado en la presidencia del partido a Micaela Navarro —“un cañón”, según la definió— con la que sella la unidad en el PSOE con los antiguos críticos de la federación. Pero no tendrá un número dos que la sustituya. Este puesto lo ocupa en el organigrama el secretario de Organización, el gaditano Juan Cornejo, un hombre de aparato pero sin mucha proyección pública.

En este congreso, Díaz enterró otra de las liturgias de los socialistas: la de cerrar la ejecutiva de madrugada. El acuerdo lo tenía cerrado antes de las diez de la noche del sábado. “No la hice pública porque me habrían tachado de cesarista”, presumió.

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