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Muchas pruebas pero ningún móvil en el crimen de la niña Asunta

La menor fue sedada con Diazepan, un medicamento que tomaba su madre

Rosario Porto llegando a su piso de Santiago
Rosario Porto llegando a su piso de Santiago ÓSCAR CORRAL

Los investigadores siguen reuniendo evidencias que confirmen la presunta implicación de los padres de la niña Asunta en su muerte, según fuentes próximas a la investigación. El cadáver de la menor, de 12 años, fue hallado la madrugada del pasado domingo en un camino rural de Teo (A Coruña). Las pesquisas se centran en acreditar la supuesta implicación de Rosario Porto y su ex marido, Alfonso Basterra, sin que por el momento hayan encontrado el móvil del crimen.

Los análisis han determinado que la niña fue drogada con diazepan, un gran depresor del sistema nervioso central con propiedades sedantes, ansiolíticas, amnésicas y anticonvulsionantes, un medicamento que habitualmente tomaba su madre. Además, la Guardia Civil tiene las grabaciones de una cámara de tráfico que refuerza las sospechas contra la progenitora. Y, por último, todo apunta a que los trozos de cuerda hallados cerca del cadáver de la menor tienen gran similitud con un rollo del mismo material hallado en la vivienda rural de Teo donde Rosario Porto fue vista la noche de la aparente desaparición de Asunta.

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La Guardia Civil irrumpió en la calle compostelana del Doutor Teixeiro, donde está el domicilio de Porto. Los investigadores se abrieron paso entre los periodistas y curiosos que esperaban para ver en directo a los padres de la criatura y gritarlos: ¡asesinos, asesinos!” Los padres de la chiquilla, imputados ambos (ella, en concreto, por homicidio) volvieron esposados a Santiago tras pasar la noche en los calabozos de la Comandancia de A Coruña y estuvieron presentes en el registro de la vivienda. Si el día anterior, peinar la propiedad que la madre heredó cuando murieron sus progenitores, se prolongó durante ocho horas, ayer no duró más de cinco el registro de otras dos viviendas relacionadas con la vida de Asunta. Primero le tocó al céntrico piso en el que esta vivía con su madre, en la calle Doutor Teixeiro, y a continuación los detenidos volvieron a entrar en los coches camuflados para recorrer tan solo 25 metros. Esa es la distancia que separa el piso de Porto del domicilio al que se había mudado el padre de Asunta, Alfonso Basterra Camporro, cuando el matrimonio se separó. Este segundo registro, en la calle de la República Arxentina, fue mucho más breve. Fuentes de la investigación aseguran que estas diligencias aportaron datos “interesantes”, sin precisar más.

A las ocho de la mañana de hoy, la madre de Asunta pasará a disposición del juez José Antonio Vázquez Taín. Acabada su declaración, será el padre quien se someta al interrogatorio. Entre las pruebas que han trascendido, una de las más firmes es la grabación de una cámara de control de tráfico que la policía local tiene instalada en una rotonda con semáforos. En Santiago, este nudo de mucho tránsito se conoce como “la rotonda de la Galuresa”, por el nombre de una gasolinera próxima. La cámara, controlada por la Policía Local, recogió en torno a las ocho de la tarde del sábado la imagen del coche de Porto con su hija a bordo. Supuestamente salían de Santiago hacia la casa de campo de Teo. Este dato no encaja con el relato que hizo la madre cuando denunció la desaparición. Según ella, Asunta faltó de casa en algún momento entre las siete de la tarde y las 21.30. Había quedado estudiando en el piso de Doutor Teixeiro mientras ella acudía a hacer unas compras en un polígono de las afueras y luego se dirigía al chalé de Teo a recoger unos bañadores para ir a la playa el domingo. En torno a las 20 o 20.15, momento en que aparece recogida por la cámara, según su versión Asunta y ella no podían viajar juntas en coche.

RODRIGO SILVA
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¿Cuál fue el móvil del crimen? La Guardia Civil lo desconoce. Algunos medios informativos han dado pábulo a la hipótesis de que tras el crimen podría estar el hecho de que la pequeña Asunta era la heredera universal de la cuantiosa herencia de sus abuelos maternos, fallecidos entre 2011 y 2012. Sin embargo, las propiedades de los Porto fueron íntegramente legadas, ya en 1975, a su única hija Rosario, según asegura a EL PAÍS el abogado de esta, Juan Guillán. Por último, el Tribunal Superior de Justicia de Galicia afirma que no se están investigando “otras muertes” en relación con este caso, atajando así los rumores que apuntaban a que Porto podría tener algo que ver con la muerte de sus padres.

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