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El conductor que chocó con Cifuentes: “Es un sitio con mala visibilidad”

Jaime O. G. J. asegura a EL PAÍS que el carril bus impide apreciar que vienen más vehículos, una denuncia en la que coinciden los motoristas

Foto: atlas | Vídeo: carlos rosillo. atlas
F. Javier Barroso

Jaime O. G. J., el conductor que chocó contra la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, se muestra receloso tras el accidente. Prefiere mantenerse en una posición discreta, pero reconoce que está “muy afectado”. “Estuve en la policía tres horas en las que me hicieron pruebas y me pidieron datos. Los agentes han redactado un atestado muy completo”, intenta zanjar la conversación. Eso sí, acto seguido reconoce que la peligrosidad del carril bus por el que circulaba en su scooter la delegada: “Son golpes absurdos que pasan y que tienen consecuencias graves. Es un sitio de mala visibilidad, en el que se circula en paralelo a la Castellana y en el que hay que torcerse incluso para mirar si viene alguien”.

El conductor mantiene que permanece en contacto con la familia de Cifuentes. “Es una situación muy desagradable que marca muchísimo”, resume. La delegada del Gobierno en Madrid continuaba ayer ingresada en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del hospital La Paz con pronóstico grave. Cifuentes continuaba con “ventilación mecánica y contusión pulmonar y soporte vasoactivo”. Según las explicaciones del equipo médico, la pasada madrugada se le practicó una intervención para cauterizar la herida que sufría en una arteria. Se le detectaron asimismo bajadas ocasionales de tensión de las que está siendo tratada.

Fuente: elaboración propia.
Fuente: elaboración propia.EL PAÍS

La afirmación de Jaime sobre la peligrosidad del carril-bus para usuarios de motos es refrendada por las asociaciones de motoristas, que coinciden en subrayar el riesgo de emplear estas vías en tramos con cruces pese a estar autorizados. El uso se aprobó en 2009, durante el segundo mandato de Alberto Ruiz-Gallardón. Era una de las 30 medidas de un plan estratégico de seguridad vial específico para motos que incluía entre otras la reducción de la superficie pintada en las calzadas, la eliminación de quitamiedos y facilitar los aparcamientos.

En algunas zonas, como en el paseo de la Castellana, el problema reside en que los conductores tienen que sobrepasar el carril-bus para cambiar de dirección o para pasarse a los carriles laterales. En esos casos, la visibilidad que tienen es prácticamente nula cuando se trata de vehículos de dimensiones reducidas como las motos. “Cuanto más pequeña sea la moto, mayor peligrosidad existe. Los coches tienen nervios y montantes para sujetar el techo del vehículo y eso impide que tengan una buena visibilidad porque se frena la visión periférica”, explica el director de Seguridad Vial de Mutua Motera (20.000 asociados) y guardia civil de Tráfico durante 28 años, Juan Carlos Toribio. Esa falta de visibilidad se ve agravada además por la profusión de árboles, señales y farolas que dificultan ver con claridad lo que se mueve por esa parte de la vía.

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Los motoristas aseguran que prefieren evitar circular por este carril y hacerlo por los centrales. Mantienen que, aparte de la peligrosidad, no se avanza con tanta rapidez en caso de que se encuentre algún autobús circulando por el mismo. A eso se une las manchas de gasóleo y de aceite que a veces expulsan estos vehículos pesados y que se pueden convertir en auténticas trampas mortales para los moteros. “La ciudad en general no está hecha para las motos, sobre todo en los giros y los cruces. La gente se mete directamente a la derecha y, cuando golpea a algún motorista, siempre dice lo mismo, que no le ha visto”, explica el secretario de la asociación Caballeros Azules y policía municipal de la capital, Javier Martín. Este sufrió un accidente similar al de Cristina Cifuentes en la plaza de Cuzco. El coche en esta ocasión se dio a la fuga.

La opción principal para usar este carril es evitarse los atascos, que en vías principales como la Castellana o el paseo del Prado, suelen ser frecuentes en horas punta. Muchos moteros reconocen que lo utilizan como “vía de escape”, según comenta Emilio Serrano, el responsable del foro www.motos.ws, que cuenta con 35.000 seguidores. “Circular entre coches tampoco está permitido. Si te ve la policía puede multarte, pese a que en muchos semáforos tenemos delante una zona reservada para las motos”, explica Serrano, que califica que Madrid “es una locura para circular en moto”. El responsable del foro mantiene que hay muchos elementos que, tras el accidente con el turismo, aumentan las consecuencias del siniestro. Se trata del mobiliario urbano, como supuestamente le pasó a Cristina Cifuentes. Esta chocó con una señal que había en la zona, lo que pudo producir sus lesiones. “La ciudad no está diseñada para los moteros. Un choque a 30 o 50 kilómetros contra esas señales puede resultar mortal”, resume Serrano.

De la misma opinión es Juan Carlos Toribio, de Mutua Motera: “Los motoristas son especialmente vulnerables en el marco urbano. Como se trata de vehículos de bajo consumo, mucha agilidad y fácil estacionamiento, ha subido mucho su uso en los últimos años, sobre todo con la crisis”, añade.

En la capital hay empadronadas 144.514 motos y 45.059 ciclomotores. A esas cifras hay que sumar las de los trabajadores y visitantes que utilizan este medio de transporte para llegar a la capital.

Los datos del Ayuntamiento no muestran puntos negros en la Castellana

El Ayuntamiento asegura que no tiene datos exactos del número de accidentes que se registran en estos carriles-bus, y en especial en el paseo de la Castellana, ya que solo disponen de datos globales en los que se han visto implicadas motos. Afirman que no los tienen considerados como puntos en los que se registren muchos accidentes o siniestros.

La situación de Madrid contrasta con la de Barcelona. Esta ciudad ha rechazado que se pueda utilizar el carril-bus por las motos. Los usuarios de los vehículos de dos ruedas lo utilizan de todas formas porque la Guardia Urbana no suele multar a los infractores. Acostumbra a hacer la vista gorda, salvo que el conductor cometa alguna infracción grave. Se ha presentado varias veces al pleno, pero siempre ha sido rechazado porque se consideraba que aumentaba la peligrosidad.

También reclaman que haya señales que adviertan de que por el carril por el que van a cruzar también circulan vehículos más pequeños que los autobuses, como son las motos. “En esos sitios, los motoristas siempre tenemos que ir con mucha más prudencia, más en guardia y eso no siempre ocurre. A eso se une que mucha gente abusa porque va en un vehículo más grande”, reconoce el presidente de Muévete por Madrid en Moto, un colectivo con más de 4.000 seguidores, Ángel Soria.

Soria reconoce que los mejores carriles-bus por los que puede circular un motorista son los protegidos por las aletas de tiburón (protecciones de color azul), ya que ahí el conductor tiene más visibilidad. Otro punto en el que coinciden las asociaciones de moteros es en que faltan campañas de concienciación, tanto para conductores como para motoristas. “El problema es que muchos conductores todavía nos ven mal. Piensan que somos los mensajeros y realmente los moteros somos otra cosa”, añade Soria.

La protección que lleve el motorista también es un problema en el que inciden los expertos en la materia. Además de llevar el casco, una buena chaqueta que frene o evite la abrasión en el asfalto y con refuerzos junto con guantes y botas apropiados harán que las consecuencias sean mucho menores.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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