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Un silencio atronador clama justicia para las víctimas del metro

La asociación de familiares exige a la Generalitat respuestas y responsables del accidente

Miles de personas han acompañado a las familias de las víctimas del metro de Valencia en el séptimo aniversario del siniestro.Foto: reuters_live | Vídeo: EL PAÍS-LIVE

No están solos. Miles de valencianos hicieron este miércoles posible el multitudinario acto con que la Asociación de Víctimas del Metro del 3 de Julio (AVM3J) conmemoró el séptimo aniversario del accidente de metro más grave de España. Clamaron justicia para las víctimas y exigieron al Consell de Alberto Fabra que diga la verdad sobre un suceso que se saldó con 43 muertos, 47 heridos y ningún responsable político.

“Es duro vivir así, sin poder cerrar la herida que produjo vuestra pérdida, pero tenemos que continuar”, manifestó Rosa Garrote, miembro de la AVM3J, por la mañana en la ofrenda de flores que cada año se deposita encima de la curva donde descarriló el convoy de la línea 1.

Por tercer mes consecutivo tras la emisión del programa Salvados, la plaza de la Virgen se llenó de gente. Unos vestían la camiseta negra característica de la asociación de víctimas, otros portaban carteles con la palabra justicia estampada. Beatriz y Rosa Garrote agradecieron el respaldo y afecto de tanta gente. “No podéis imaginaros lo que significa para nosotros ver la plaza llena. Sentir que no estamos solos”, dijeron.

Garrote mostró desde el escenario donde después se sucedieron lecturas y actuaciones musicales, una baliza. “Venimos y vendremos cada día 3 para seguir denunciando que si hubieran programado una baliza como esta”, remachó Garrote alzando el dispositivo, “el tren se habría frenado”. Y añadió con la voz quebrada por la emoción: “Seguiremos viniendo a decirles que no vamos a consentir que digan que el accidente era evitable”.

Durante cinco minutos, el silencio de la plaza repleta de gente fue atronador. Un emocionado aplauso le puso fin y pronto se oyeron gritos pidiendo ¡Justicia! Luego pidieron la dimisión del Consell y la de Juan Cotino, presidente de las Cortes Valencianas. A Cotino, entonces consejero de Agricultura, los familiares le reprochan el haber visitado sus casas para ofrecerles empleo y averiguar supuestamente por una posible denuncia contra la Generalitat. “Cotino, dimisión. Cotino, dimisión”, gritaron.

Artistas valencianos se unieron a la conmemoración del aniversario. El escritor Alfons Cervera leyó un texto propio en el que destacó que personas como “Alberto Fabra o Juan Cotino no hacen más que ensuciar el paisaje de la política valenciana”, dijo, mientras los concentrados coreaban: “¡Fuera, fuera!”.

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Collas de dolçaines y tabalers tocaron la Processó de la memòria, hubo muixeranga y cantaron Pau Alabajos, Miquel Gil y bailarines como Antoni Aparisi, entre otros representantes del mundo de la cultura.

En la plaza, ciudadanos de pie se unieron al aniversario. “Después del programa de televisión [Salvados], han venido muchas más personas”, aseguró Mari Carmen Benlloch, una de las fieles durante estos años de soledad y silencio. No conocía ninguna de las víctimas.

Amparo tampoco tenía relación con ninguno de los fallecidos o heridos pero su hijo iba a coger el tren que descarriló. “Lo perdió y cogió el siguiente. Pero lo borré de mi memoria y ahora estoy aquí”, explicó. Ayer fue la segunda vez que acudió a la plaza.

Pilar Manjón, presidenta de los afectados del 11-M en Madrid, acompañó a la asociación. “Siempre hemos estado muy hermanados y este año teníamos que venir especialmente porque tenemos esperanza en que el fiscal haga un informe positivo y por fin se investigue lo ocurrido”, manifestó Manjón.

La que ha sido el rostro de las víctimas del atentado en Madrid reclamó una verdadera comisión de investigación del descarrilamiento, donde se depuren las responsabilidades políticas. “Cuando se hace justicia no se cierra la herida, pero sí se echa un bálsamo importante sobre ella”, concluye.

El presidente Alberto Fabra, que a diferencia de su predecesor, Francisco Camps, recibió a la asociación de familiares pero se niega a revisar la investigación del suceso, envió el “afecto y cariño de toda la Comunidad”. “No dejaremos de estar al lado de ellos”, aseguró al día siguiente de que el PP impidiera en el Congreso de los Diputados una declaración institucional de apoyo a las víctimas. Al acto de la plaza de la Virgen acudieron representantes de todos los partidos de la oposición.

Siete años de agravios

C. V., Valencia

La Asociación de Víctimas del Metro del 3 de julio carga a sus espaldas con siete años de indiferencia oficial. Los familiares atesoran en su memoria agravios difíciles de olvidar. Está la comisión de investigación parlamentaria donde se vetaron unos testimonios y se adulteraron otros. También una investigación judicial tan acotada que eludió cualquier teoría que no fuese el exceso de velocidad.

En esa misma lista está que Francisco Camps, presidente de la Generalitat cuando ocurrió el trágico descarrilamiento, no recibiera a la asociación de víctimas ni una sola vez, y está que su sucesor, Alberto Fabra, lo hiciera nada más llegar al cargo pero para repetirles que el accidente estaba cerrado y no lo revisaría.

Otros gestos feos. El Consell y el Ayuntamiento de la capital inauguraron en julio de 2007 un monolito en memoria de los fallecidos a espaldas de la Asociación de Víctimas. El evento se comunicó solo a algunas familias mediante una carta entregada por la Policía Local. Fue una verdadera afrenta al resto.

En 2010, el canónigo de la catedral de Valencia prohibió a la asociación que el sacerdote Honori Pascual oficiase la misa de recuerdo a las víctimas en la capilla del Santo Cáliz. Después de aquello, el oficio religioso se celebra en la Iglesia de San Lorenzo, frente a las Cortes.

Y otra espina más. El intento de la Generalitat de borrar de la memoria el nombre de la estación de Jesús, símbolo del accidente. Primero la rebautizaron como Joaquín Sorolla y, ante la indignación social, añadieron su nombre original. Por eso, cuando alguien se refiere al apoyo de las Administraciones públicas a los familiares, la asociación aprieta los dientes y sigue adelante.

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