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Los trabajadores de Roca desmontan su campamento tras 129 días de protesta

El jueves Roca empezó a notificar los despidos a los 249 empleados afectados por el ERE

Acampada de los trabajadores de Roca, en diciembre pasado.
Acampada de los trabajadores de Roca, en diciembre pasado.Álvaro García

Los empleados de Roca de la fábrica que la empresa tiene en Alcalá de Henares han comenzado a desmantelar tras 129 días de protesta el campamento que levantaron frente a la planta el pasado diciembre contra los despidos planteados por la empresa. El pasado jueves, Roca empezó a notificar los despidos a los 249 empleados afectados por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), más del 70% de la plantilla. Además de los trabajadores de la fábrica madrileña, también pierden su empleo otros 227 operarios de la planta de Alcalá de Guadaira.

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El desmontaje del campamento terminará hoy mismo y la sensación entre los trabajadores es de "tristeza, incomprensión y angustia ante el futuro", en palabras del secretario general de UGT en Madrid, José Ricardo Martínez, quien ha dicho que "el ejercicio de protesta y de defensa durante 129 días es suficiente tras haber pasado mucho, por lo que ahora queda solamente esperar a los procesos judiciales".

Martínez ha destacado, en su opinión, el comportamiento ejemplar de los acampados. "Tengo la certeza de que podrían haberse hecho las cosas de otra manera, ha sido, desde el principio, una cerrazón indecente por parte de la empresa. Los trabajadores llevan años poniendo de su parte para la sostenibilidad en este proyecto", ha explicado. "el Gobierno de España tendría que haber intervenido en el mantenimiento de esta empresa y haber tomado medidas para que pudiera haber tenido la viabilidad necesaria".

El fabricante de radiadores y sanitarios, presente en 135 países, tiene 76 plantas y más de 21.000 empleados en todo el mundo. La fábrica en la localidad madrileña abrió hace 60 años y a primeros de marzo, y tras dos meses de negociaciones infructuosas, presentó un ERE que, según la empresa, está justificado por la caída continuada de ventas en España desde 2007 lastrada por la caída del sector de la construcción debido a la crisis económica.

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