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La falta de subestaciones eléctricas frena el AVE entre Barcelona y Figueres

El consejero Vila explica que si solo pasan dos trenes a la vez es por problemas eléctricos

Dani Cordero

El tramo de la línea de alta velocidad entre Barcelona y Figueres, estrenado el pasado 8 de enero, funciona en precario. Lo ha reconocido hoy en el Parlamento el consejero de Territorio, Santi Vila, quien ha indicado que la falta de un adecuado suministro eléctrico impide que los convoyes circulen a su máxima velocidad y que haya más de dos a la vez realizando el trayecto.

El tramo, que sirvió para que el Gobierno central diera muestras de su apoyo a la inversión en infraestructuras en Cataluña, depende actualmente de dos únicas subestaciones eléctricas. Según ha explicado Vila, este hecho “solo garantiza la posibilidad de pasar dos trenes circulando simultáneamente y que, además, no puedan coincidir nunca en el mismo punto intermedio”. No solo eso, sino que la precariedad de la línea ocasiona “unas limitaciones de velocidad que se tendrían que poder revisar si queremos optimizar esta infraestructura”. Esa precariedad en el suministro es un hecho que Adif siempre ha negado.

El operador galo SNCF había previsto dos convoys para unir de forma directa Barcelona-París mientras que Renfe había apostado por crear otros dos servicios comerciales entre la capital catalana y Toulouse. Ninguno de ellos se ha puesto en marcha todavía a la espera de que se pueda completar el mapa de instalaciones hidráulicas que estaba previsto inicialmente para alimentar ese tramo de la red del AVE.

Actualmente, los 131 kilómetros existentes entre Barcelona y Figueres por la línea de alta velocidad únicamente cuentan con dos patas de apoyo eléctrico. Una es la subestación de Sant Celoni y la otra, improvisada, la de Baixàs, cedida por TP Ferro, el consorcio privado hispanofrancés que explota el túnel del Pertús –el que utiliza el AVE para atravesar los Pirineos-. Pero otras dos subestaciones están pendientes de ponerse en marcha: la de Riudarenes y la de Santa Llogaia, esta última vinculada a la polémica línea de muy alta tensión (MAT), de 400.000 kilovatios (KW). Esta conexión no estará lista, como muy pronto, hasta finales de 2014.

Es por ello que Vila ha defendido en sede parlamentaria las virtudes de esta línea, después de que el diputado de la Candidatura d’Unitat Popular (CUP), Quim Arrufat, cuestionara la importancia de la MAT para poner en marcha el AVE, cuando este está funcionando sin que la línea eléctrica esté dando servicio. El consejero de Territorio y Sostenibilidad ha defendido la MAT como una solución a “los problemas estructurales históricos de falta de garantía de suministro en las comarca de Girona”.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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