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3.000 trabajadores del naval exigen carga de trabajo para Navantia

Este verano entregan a Australia el último megabuque sin que se haya logrado firmar ni un sólo contrato para Galicia

Foto: atlas | Vídeo: VIDEO: ATLAS

Sin barcos en la grada, los trabajadores de Navantia en la ría de Ferrol se pusieron este mediodía a cortar la primera chapa de un flotel imaginario para PEMEX ante la delegación local de Hacienda. Fue una acción simbólica en el epicentro de otra jornada más de movilizaciones para urgir al Gobierno central a que ponga fecha al inicio de una obra requetepublicitada por el PP en todos sus foros pero que nunca se acaba de concretar.

El flotel, una especie de buque hotel que sirve para alojar a los trabajadores de las plantas petrolíferas, es el último salvavidas que les queda a los obreros de la ría gallega, que ha visto como se destruían casi 2.000 empleos entre las compañías auxiliares desde septiembre del 2011. Este verano entregan a Australia el segundo y último megabuque sin que el grupo naval haya logrado firmar ni un sólo contrato militar para Galicia en los seis últimos años y con la demanda unánime del dique flotante bailando sin rumbo por los despachos de Santiago a Bruselas. Soplete en ristre y con el buzo puesto, varios operarios improvisaron este mediodía un taller al aire libre en la misma puerta de la sede ferrolana de Hacienda, en Telleiras, vigilados muy de cerca por varios furgones antidisturbios de la Policía Nacional. Colocaron la chapa sobre una mesa de soldadura y fingieron hacer el corte que les gustaría estar ejecutando en pocos días. Significaría que el flotel comprometido por la Xunta empieza a materializarse al fin.

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No eran unos obreros cualquiera: emulaban, con caretas, al ministro Cristóbal Montoro y al presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, sin corbata y con el mono azul del naval ferrolano. Con este gesto, la plantilla reprochó a Montoro que hace un mes afirmase rotundo en el Congreso que “en marzo se cortarían chapas” en la ría de Ferrol. Navantia es una empresa pública controlada por la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) que depende del Ministerio de Economía y Hacienda que pilota Montoro.

A la protesta de este mediodía se sumaron 3.000 operarios de Navantia y sus auxiliares en Ferrol y Fene, que caminaron desde sus factorías hasta las oficinas de Hacienda para agruparse en la rotonda del Diapasón, que enlaza los barrios de Esteiro, Caranza y Ultramar. El paro laboral, el segundo este mes dentro de un calendario común a todos los astilleros de Navantia en España, comenzó a las 10:30 y terminó dos horas más tarde con el grueso de la plantilla desandando el camino de regreso a los astilleros.

Los sindicatos están cada vez más convencidos de que la dirección de Navantia prepara un duro reajuste laboral. “Si vienen a por nosotros, aquí los esperamos”, sentenció Ignacio Navieras, portavoz del Comité. Por su parte, el presidente de la Xunta pidió "un mayor esfuerzo" a los responsables de Navantia para conseguir contratos. "Son personas que cobran sueldos públicos, llevamos catorce meses sin nuevos pedidos y los resultados hasta ahora son escaso y nulos", afirmó Feijóo.

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Además los sindicatos no ocultan su enfado por las declaraciones que el presidente de Navantia, José Manuel Revuelta, realizó al diario ABC en una entrevista que hoy se publica en la edición gallega en las que afirma que el Estado no está para sostener empresas deficitarias. “Es un impresentable (Revuelta)”, manifestó Navieras, que instó a al PP a “cesar a estos impresentables” y apostar por Navantia “de una vez por todas”. “Debe trabajar más y hablar menos”, le reprochó también al presidente de Navantia el alcalde ferrolano, José Manuel Rey, del PP. Los obreros tampoco le perdonan al presidente del grupo naval que se echase un siesta –la foto circuló por las redes sociales y la publicó un diario local- en un sofá de la Casa del Astillero el mismo día (28 de enero) que vino a la ciudad a comunicar la negativa de Bruselas al dique aduciendo problemas legales para financiarlo con dinero público.

La consulta ni quiera llegó a plantearse formalmente. Así lo reveló esta semana la Comisión Europea en respuesta al PSOE. Únicamente se realizó un tanteo informal y no vinculante. El dique flotante, una plataforma marina para reparar grandes buques, sigue siendo una incógnita aunque la Xunta le dedica una a partida de 5 millones de euros a un proyecto que costaría 170.

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