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¿Por qué tiembla Jaén?

Los 2.000 seísmos en cuatro meses y las dudas de los científicos alarman a vecinos de La Loma Los municipios aceleran planes de emergencia mientras la población es tratada contra la ansiedad

Ginés Donaire
Una furgoneta del Instituto Geográfico Nacional en Torreperogil, Jaén.
Una furgoneta del Instituto Geográfico Nacional en Torreperogil, Jaén.JOSÉ MANUEL PEDROSA

“A esto no se acostumbra una nunca, un día sí y otro también. No paran los estruendos”. Carmen Díaz, de 63 años, muestra las grietas de la fachada de su vivienda, en pleno centro de Torreperogil (Jaén), provocadas por la inusual sucesión de pequeños terremotos desde mediados del pasado mes de octubre. Unos temblores, que los científicos llaman enjambre sísmico, que han alterado la vida cotidiana en los municipios de la comarca jiennense de La Loma y que tienen sobresaltados a los vecinos.

Desde el pasado 20 de octubre se han registrado en el entorno de las poblaciones de Torreperogil y Sabiote más de 1.800 seísmos, que llegan casi a 2.000 si se tienen en cuentan los localizados en otros municipios de la provincia. Es verdad que muchos de ellos apenas han sido sentidos por los vecinos y que el mayor de todos fue de una magnitud de 3,6 en la escala Richter el pasado 5 de febrero, pero su persistencia en el tiempo y el hecho de que, cuatro meses después de iniciada la serie, no haya aún una respuesta científica clara es algo que tiene intrigados a los expertos y con los nervios a flor de piel a los vecinos.

“Es imposible dormir por la noche, cuando menos te lo esperas te despierta un fuerte zumbido”, asegura Ildefonso Peña en pleno paseo de Torreperogil, donde los ciudadanos se agolpan a diario para compartir sus sensaciones, y también sus miedos. Cuanto mayor es la frecuencia de seísmos, más gente prefiere dormir fuera de sus casas. Algunos optan por refugiarse en sus coches lejos de las viviendas, o en casas de familiares en otros pueblos cercanos.

Los Ayuntamientos se muestran impotentes para responder a la inquietud de sus vecinos. “Se está haciendo lo que hay que hacer, que es pedir toda la información y adoptar todas las medidas preventivas”, decía el pasado jueves la alcaldesa de Torreperogil, Josefa Caballero, en uno de los muchos actos públicos con sus vecinos. De momento, este municipio y el de Sabiote están acelerando sus planes municipales de emergencia y también preparan simulacros con los escolares y otros colectivos.

Claro que, por más mensajes a la tranquilidad que se dan, mayores muestras de zozobra y temeridad dan los vecinos. Los consultorios médicos han disparado el número de atenciones por crisis de ansiedad, cefaleas, náuseas o trastornos del sueño y del apetito. “Los estados de ansiedad son ya casi permanentes”, reconoce el director del centro de salud de Torreperogil, Francisco Cabanillas. De hecho, esta última semana, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) desplazó a la localidad un equipo de psicólogos para dar a los vecinos pautas contra el estrés y la ansiedad derivada de los terremotos.

La presión de los alcaldes para que el Gobierno se involucre en este tema ha dado como resultado la constitución esta última semana de un grupo de expertos al más alto nivel sobre la actividad sísmica en La Loma. El grupo, que está coordinado por el director de la Red Sísmica Nacional del Instituto Geográfico Nacional, Emilio Carreño, está además integrado por expertos del Instituto Geológico y Minero de España, el Instituto Andaluz de Geofísica, el Colegio Oficial de Geólogos y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, además de profesores especialistas de las Universidades de Jaén y Navarra.

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El objetivo final de este grupo es elaborar unas conclusiones fiables sobre el origen de los seísmos, algo que se antoja ahora muy complicado a tenor de la disparidad de hipótesis. Una de ellas, la del geólogo navarro Antonio Aretxabala apunta como causa probable a la hidrosismicidad, o un incremento de la presión de los acuíferos subterráneos por las intensas e históricas precipitaciones de los últimos meses en esta zona de la cuenca del Guadalquivir. “Eso ha hecho que aumenten las tensiones y se provoquen fracturas enormes en las fallas, dando lugar a pequeños seísmos, constantes y que se sienten tanto porque no son muy profundos”, asevera Aretxabala. Su teoría se ha reforzado esta semana tras localizarse varios seísmos con epicentro cercano al pantano del Giribaile.

Pero el Grupo de Riesgo Sísmico y Tectónica Activa de la Universidad de Jaén (UJA) concede poca credibilidad a esa hipótesis. Los técnicos argumentan que cuando comenzó la serie sísmica, el embalse no registraba tanta cantidad de agua. Su llenado se produjo dos semanas después de los temblores. Para el geólogo Mario Sánchez, que realiza a diario trabajos de campo para medir las posibles fracturas en el subsuelo, los terremotos se producen claramente en el basamento. Y valora que el Instituto Geográfico Nacional (IGN), que tiene desplazada a Torreperogil una unidad móvil sísmica, haya localizado el llamado mecanismo focal, que ha permitido establecer por primera vez las características de una falla generadora de uno de los eventos de la serie sísmica.

El director de la Red Sísmica Nacional, Emilio Carreño, se abona a la tesis de que la presión de los sedimentos sobre la corteza terrestre estaría originando pequeñas fracturas sobre las rocas de basamentos a cuatro kilómetros de profundidad.

Lo que expertos y alcaldes niegan es que los terremotos están provocados por el llamado fracking, o fractura hidráulica realizada por la empresa Oil & Gas Company que tiene la concesión de la Junta de Andalucía para la localización de hidrocarburos y gas natural en la provincia de Jaén. “Eso hay que negarlo rotundamente porque no tienen permiso para eso y no se ha visto ningún movimiento de máquinas”, zanja el alcalde de Sabiote, Luis Miguel López. En todo caso, la denuncia presentada por una plataforma ciudadana por la posible comisión de un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente ha sido admitida a trámite por un Juzgado de Úbeda.

Sea como fuere lo que es seguro es que la comarca de La Loma no es una zona de alto riesgo sísmico. Eso sí, los archivos históricos han constatado la existencia de documentos por los que, en el siglo XVIII, los alcaldes ya mostraban su inquietud al rey Fernando VI por los temblores de tierra. Además, en el siglo pasado, en la provincia de Jaén, el seísmo más importante fue el 10 de marzo de 1951, con una duración de 17 segundos que provocó daños en la catedral jiennense y en otros templos de la provincia. En 1964 se registró otro que se sintió en varios municipios jiennenses.

Un enjambre sísmico

Los Ayuntamientos aceleran sus planes de emergencia y preparan simulacros de evacuación entre los escolares. Mientras, en los consultorios médicos se desbordan los casos de ansiedad y estrés, y los psicólogos ofrecen pautas de comportamiento. Una comisión de expertos impulsada por el Gobierno intenta aclarar las causas del llamado enjambre sísmico, atípico por su frecuencia y por producirse en una zona que no es de especial riesgo.

La alcaldesa de Torreperogil, Josefa Caballero, dice: “Estamos ayudando a la población a convivir con los terremotos, pero es importante que la situación no nos controle a nosotros”. Su colega de Sabiote, Luis Miguel López, abunda al respecto: “Es comprensible la preocupación que hay entre los vecinos, pero hay que tener tranquilidad y dejar trabajar a los expertos”. A pesar de la grieta detectada, no hay riesgo para visitar el castillo renacentista de Sabiote, apunta el regidor local. Los edificios más vulnerables son los antiguos con muros de adobe, pero hasta ahora solo han aparecido pequeñas grietas. También el colegio se cerró unos días por precaución.

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