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La patronal catalana pide a Mas que deje la consulta y negocie el concierto

“No queremos un choque de trenes”, afirma el presidente de los empresarios, Gay de Montellà

Artur Mas y Joaquim Gay de Montellà, el pasado noviembre.
Artur Mas y Joaquim Gay de Montellà, el pasado noviembre. EUROPA PRESS

Las grandes empresas catalanas han decidido plantarse ante el desafío soberanista del presidente de la Generalitat, Artur Mas. Si la patronal Fomento del Trabajo advirtió antes y después de las elecciones contra un pacto entre CiU y ERC, ayer su presidente, Joaquim Gay de Montellà, fue más allá al rechazar la celebración de una consulta que enfrente a los Ejecutivos central y catalán, cree antipatía en el resto de las comunidades y divida a la propia sociedad catalana. “No queremos un choque de trenes. Ni una sociedad catalana fraccionada”, avisó el jefe de los empresarios a Mas, a quien instó a dar marcha atrás y negociar con el Gobierno de Mariano Rajoy la consecución del concierto económico.

A Convergència i Unió, tradicionalmente cercana a las demandas de la patronal, le llueven las críticas de los empresarios. El editor José Manuel Lara fue el primero en arremeter contra Mas por su proyecto independentista, pero luego ninguna patronal tragó con los acuerdos fiscales con ERC. Y, de hecho, los grandes empresarios catalanes ya se reunieron con Mas para pedirle un pacto con el PSC o el PP que evitara un acuerdo con los republicanos. Eso no fue posible, y ayer, en el foro Primera Plana, Gay de Montellà lamentó ante el nuevo consejero de Empresa y Empleo, Felip Puig, las medidas “desacertadas” adoptadas por el nuevo Ejecutivo, que en su opinión “añaden nuevas dificultades a la actividad empresarial”. Algunas de esas subidas impositivas, como el tributo sobre los depósitos bancarios, han sido suspendidas por el Tribunal Constitucional.

Ahora, no obstante, los grandes empresarios ven con inquietud cómo Cataluña se sitúa en la antesala de una consulta sobre la independencia. El presidente de Fomento recordó que la patronal ya manifestó sus “dudas” sobre “la convenciencia de iniciar con una crisis económica tan severa un proceso de cambios institucionales tan importantes”. Aun así, confió en que todas las propuestas “se conduzcan desde el diálogo” y que se respete de forma “escrupulosa” la “legalidad”, en referencia a que un eventual referéndum debería estar dentro de la Constitución. En cualquier caso, la patronal exigió “respeto” y “lealtad institucional recíproca” entre los Ejecutivos de Barcelona y Madrid.

Los grandes empresarios sí creen, en cambio, que el Gobierno de Mariano Rajoy debe abrir la mano con la propuesta del concierto económico de Mas. Y ayer Gay de Montellà instó a ambos Ejecutivos a sentarse de nuevo a negociar ese modelo de financiación para Cataluña, aunque para ello sea necesario un “proceso político” para “consensuar una reforma” de la Carta Magna que ponga fin al déficit fiscal de “entre el 8% y el 9%” que arrastra Cataluña respecto al Estado. “Cataluña necesita una buena financiación, porque si no las empresas catalanas sufrirán”, aseguró el jefe de Fomento.

A pesar de las reticencias de los empresarios, los partidos catalanes intentarán hoy redactar una declaración de soberanía que una los votos de todos los partidos que, sobre el papel, defienden el derecho a decidir: CiU, ERC, PSC, ICV-EUiA y la CUP. Todos han presentado su propia propuesta (CiU y ERC, siguiendo su alianza parlamentaria, lo han hecho conjuntamente), e intentarán plantear una unitaria para votarla en el pleno del próximo día 23. Juntos, suman 107 diputados, superando holgadamente los dos tercios (fijados en 90 escaños) de la Cámara catalana.

Mas desea obtener el máximo consenso para la declaración, que entiende como el inicio formal de su proceso soberanista. CiU, ERC, ICV y la CUP están cercanas a un acuerdo, pero el PSC se resiste a aceptar que el texto incluya referencias a la “soberanía jurídica y política del pueblo catalán”. Los socialistas entienden que la soberanía es compartida con España y Europa, y el resto de los partidos defienden que apoyar el derecho a decidir es sostener que la soberanía radica en el pueblo catalán. El texto original de CiU y ERC ya rebajó sus postulados, eliminando cualquier referencia al Estado propio. Pese a los esfuerzos para sumar a los socialistas al consenso, fuentes parlamentarias dudan de un acuerdo definitivo hoy.

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Las dos entidades ciudadanas que siguen el proceso soberanista, la Asamblea Nacional Catalana (organizadora de la manifestación de la Diada) y la Asociación de Municipios por la Independencia, avalaron ayer la propuesta de CiU y ERC, pero lamentaron que las referencias al Estado propio hayan desaparecido.

 

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