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Doce campanadas para robar una tonelada de hachís

Un grupo de encapuchados asalta la Aduana de Huelva

Instalaciones del Servicio de Aduanas de Huelva de donde han robado droga.
Instalaciones del Servicio de Aduanas de Huelva de donde han robado droga.Julián Pérez (efe)

Una banda de ladrones robó cerca de 1.000 kilos de hachís de la sede del Servicio de Aduanas en Huelva mientras sonaban las doce campanadas de Nochevieja. Minutos antes de la medianoche del lunes unos 10 ladrones acudieron encapuchados al céntrico edificio de Aduanas junto al Puerto onubense, y aprovecharon la algarabía por el cambio de año para acceder al edificio donde se almacena la droga aprehendida a los narcotraficantes por Vigilancia Aduanera. Los robos de droga en los depósitos judiciales se han sucedido en Andalucía durante los últimos cuatro años, y unos 1.800 kilos de hachís, cocaína y heroína han regresado al mercado negro después de ser incautados.

Los miembros de la banda accedieron al inmueble en dos vehículos todoterreno de alta gama, uno de ellos con un remolque para transportar los 31 fardos que se llevaron. La sede de Aduanas es un edificio histórico en pleno centro de Huelva, que carece de personal de vigilancia y solo cuenta con cámaras de seguridad. Ayer no se había practicado ninguna detención en relación con este caso.

Entre ocho y 10 personas participaron en el robo, según la grabación de las cámaras del edificio que anoche analizaba la policía. En esos momentos no se encontraba ningún funcionario en el inmueble, y los investigadores de la Policía Judicial y la Policía Científica se centran en averiguar de qué manera accedieron al edificio los cacos, que actuaron con gran eficacia y presteza. “Fue superrápido. Creemos que los fardos se cargaron en un par de minutos. Porque el protocolo funcionó y las alarmas saltaron”, afirmaron fuentes del caso.

Una vecina alertó a la policía, pero cuando los agentes llegaron al lugar ya no había rastro de la banda. “Llevaban pasamontañas y les veíamos entrar y salir del edificio cargando algo en dos todoterrenos de alta gama”, relató. “Le dije a mi marido que bajara las persianas porque nos dio miedo”, añadió. El patio del edificio, ubicado en la plaza 12 de octubre, tiene una verja sin medidas de seguridad aparentes, con un cartel que avisa del control de las cámaras de seguridad. Solo un edificio de viviendas linda con la sede de Aduanas, donde trabajan 40 personas. Fuentes del caso apuntaron ayer que para acceder al almacén donde se guarda la droga es necesario atravesar hasta tres puertas. “No se ha reducido la seguridad en el edificio. Nunca ha contado con vigilantes de seguridad”, alegó un portavoz de Aduanas.

El alijo de unos 1.000 kilos que se llevaron los ladrones podría llevar en el almacén de Aduanas desde el pasado septiembre y el juez ya había autorizado su destrucción, según fuentes del organismo, dependiente de la Agencia Tributaria. Los ladrones cogieron los 31 fardos y huyeron con rapidez, ya que dejaron abandonados otros alijos de hachís que se acumulan en el almacén. Andalucía carece de momento de un horno para incinerar la droga, por lo que los alijos se eternizan y pasan meses a la espera de que el Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado (CICO) autorice un traslado con miles de kilos de droga hasta Asturias para su destrucción. Tras los cinco grandes robos sucedidos desde 2008, hace un mes el Gobierno anunció que construirá un horno para incinerar los alijos en Cádiz después de que el pasado otoño desaparecieran 290 kilos de cocaína del depósito judicial gaditano. Fuentes policiales se lamentaban ayer de este nuevo episodio que desprestigia la seguridad en las sedes oficiales, cuyas medidas han demostrado su ineficacia en repetidas ocasiones.

Este tipo de robos tienen difícil resolución y la experiencia lo demuestra: solo una de las cinco sustracciones registradas en los depósitos judiciales andaluces tiene a sus supuestos responsables procesados.

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La clave para evitar este tipo de robos es una reforma legal que obligue al juez instructor a quemar la droga incautada. Porque el pasado otoño y tras la alarma generada por el robo en el depósito de Cádiz, el Gobierno firmó un protocolo con el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), la Agencia Estatal de Medicamentos y la Fiscalía General del Estado para que el plazo de destrucción de las sustancias no supere los dos meses. Pero la última palabra sigue en poder de los jueces, que por el afán de proteger las garantías de los narcotraficantes detenidos, rechazan la destrucción de la droga, y esta se eterniza durante años en los depósitos judiciales. Los narcos lo saben y aprovechan la carencia de medidas de seguridad.

Casi 1.800 kilos de droga sustraídos en Andalucía

El robo de una tonelada de hachís en Huelva ha sido el último episodio de una sucesión de sustracciones de droga en los depósitos judiciales andaluces. Los ladrones aprovecharon el despiste de fin de año para asaltar las viejas instalaciones de la sede de Aduanas en Huelva, construida en los años 40. Llueve sobre mojado y Andalucía acumula ya cinco robos que desde 2008 han devuelto al mercado negro 1.774 kilos de droga que ya habían sido aprehendidos por las Fuerzas de Seguridad en la comunidad.

El más llamativo fue la sustracción en pleno corazón de la policía en Andalucía, los calabozos de la Jefatura Superior de Sevilla, de 154 kilos de cocaína y heroína a manos presuntamente de un exagente de la Udyco que está ahora procesado. Dos años antes fueron 20 kilos de cocaína de la Jefatura Superior de Valencia, sustraídos por dos policías. Y en 2009 a la Guardia Civil de O Grove (Pontevedra) le sustrajeron del cuartel 12 kilos de cocaína tras unos fallos insólitos en la cadena de custodia.

Pero en Andalucía, puerta de entrada de la inmensa mayoría del hachís consumido en España, pero también con un continuo tráfico de cocaína y heroína, los casos se han multiplicado en los últimos años.

En el Puerto de Málaga una banda dio el mayor golpe hace un año y se llevó 300 kilos de cocaína del depósito judicial. Fue un robo limpio y los ladrones lograron evitar que las alarmas saltaran. El almacén disponía de siete cámaras interiores y cinco exteriores que los ladrones inutilizaron. Mientras que el expolicía de la Udyco de Sevilla ha sido procesado, por el robo ocurrido en Málaga aún no hay detenidos.

La pasada primavera el Instituto de Toxicología de Sevilla sufrió otro robo de 30 kilos de cocaína, y pese a las detenciones de varios trabajadores sospechosos, la fiscalía solicitó recientemente el archivo provisional del caso. Por último, el pasado octubre del depósito judicial de Cádiz los ladrones sustrajeron 290 kilos de cocaína gracias a una alarmante falta de medidas de seguridad. Tras un muro con fácil acceso a un patio, solo un ventanal con nula protección impedía el paso a los ladrones hasta los numerosos fardos de droga acumulados. Tras dos meses de investigación, de momento no hay detenidos.

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