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La huelga de tres días en la EMT de Valencia empieza con incidentes

La empresa denuncia daños en autobuses de la flota Los sindicatos cifran el seguimiento de la protesta en el 100%

Autobuses de la EMT, este jueves, en una calle del centro de Valencia.
Autobuses de la EMT, este jueves, en una calle del centro de Valencia. JORDI VICENT

Más de 45 autobuses amanecieron este jueves con las ruedas pinchadas y las máquinas registradoras estropeadas, según lamentó la directiva de la EMT. El comité de empresa, por su parte, defendió que el 100% de la plantilla había secundado los paros parciales y había cumplido los servicios mínimos estipulados “escrupulosamente y con toda la legalidad”. Estas discrepancias no impidieron que el primer día de huelga que la empresa de transporte realiza hasta el domingo se notara entre la población.

Los trabajadores —que se quejan de una reducción salarial de un 10%, de deudas de 2.000 euros desde enero y del empobrecimiento del servicio debido a los recortes— mermaron a la mitad el tránsito, lo que provocó que la gente tuviera que esperar el doble. Salvo en las horas acordadas (de seis a diez de la mañana y de 18.00 a 22.00), el funcionamiento fue normal. El responsable del comité, Vicente Moreno, criticó que se aprovechase el aumento “en estas fechas” del servicio de autobuses y no descartó presentar reclamaciones.

De los 320 autobuses que circulan habitualmente solo funcionaron unos 160, la mitad. Forrados por pegatinas con críticas al PP o con alusiones a los impagos de la alcaldesa, la jornada fue acompañada por el reparto de panfletos explicativos en las proximidades del circuito de fórmula 1. La empresa cifró el gasto producido por los incidentes en algo menos de 20.000 euros, sumados a los 30.000 acumulados desde que empezaron las protestas.

Los bomberos, por su parte, que habían amenazado con paros durante las carreras de fórmula 1, desconvocaron la propuesta y declararon que “aunque pensamos en continuar, no se trata de perjudicar a la población ni que se convierta en una cuestión política”.

Según aclaró Javier Amar, portavoz de los bomberos en el Sindicato Profesional de Policías Locales y Bomberos (SPPLB), habían aconsejado asistir al gran premio porque “hay reivindicaciones" que pueden conseguir de forma interna”. También insistió en que el sindicato tiene previstas otras acciones para el futuro y que esta decisión no significa, “ni mucho menos”, un “retroceso” en sus quejas, sino una forma de “encauzar las propuestas y dirigirlas hacia los verdaderos responsables" del servicio.

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