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Los recortes devuelven a Cataluña al nivel de gasto social de hace seis años

El Gobierno de Mas destina 1.982,5 euros por habitante a educación, salud y bienestar Los ajustes desde 2009 superan los 9.800 millones

Lluís Pellicer

Las elevadas dosis de austeridad que se ha aplicado el Gobierno de la Generalitat han supuesto que Cataluña haya perdido más de un lustro en políticas sociales, en las que siempre había ido rezagada respecto al conjunto de la Unión Europea. El gasto del Ejecutivo catalán en el corazón del Estado de bienestar —sanidad, educación y protección social— se ha ido deteriorando a medida que las tijeras han ido entrando en esas partidas. El último paquete de recortes acordado en el Consejo de Política Fiscal y Financiera devuelve a Cataluña a niveles de gasto por habitante similares a 2006. En total, el Gobierno de Artur Mas destinará a esas tres partidas 14.999,34 millones de euros, el 9,5% menos que el año pasado. Eso supone que el gasto por habitante en esos servicios básicos desciende hasta 1.982,5 euros por habitante, algo por encima de los 1.903 euros que se destinaban hace seis años.

El Gobierno catalán fue el primero en emplearse con los recortes de gasto. Las sucesivas medidas de austeridad aplicadas a través de cinco planes desde 2009 suman 9.808 millones de euros. El 25% de esa cantidad corresponde a los programas que puso en marcha el tripartito, mientras que el resto se están aplicando por el Gobierno de CiU. El Ejecutivo de Artur Mas afrontó el año pasado un recorte del gasto del 10% en los presupuestos. Fue algo inédito en Cataluña. Desde la aprobación de sus primeras cuentas en 1978, de 278 millones de pesetas (1,6 millones de euros) de la época, estas no habían hecho sino crecer.

A pesar de que ningún plan de austeridad de momento ha conseguido ahorrar, ni de lejos, el 100% de lo que se proponía —en la recta final del año el gasto acaba disparándose—, sí han acabado suponiendo una cuantiosa reducción del gasto en políticas sociales. En especial los aplicados en los dos últimos años, que se han traducido en cierres de servicios de urgencias, quirófanos, recortes en las becas comedor y el desmantelamiento de prestaciones que estarán sujetas a disponibilidades presupuestarias.

Los nuevos recortes que ha provocado la caída de las transferencias del Gobierno central por las menores previsiones de ingresos han dado la puntilla a ese retroceso. A la espera de cómo se traduce la reducción de subvenciones a familias y transferencias a empresas públicas que ha emprendido el Ejecutivo de Artur Mas para compensar la disminución de esos fondos y una vez contabilizados los recortes que implican los decretos de Educación y Sanidad del Gobierno de Mariano Rajoy, la partida para educación, sanidad y servicios sociales de la que dispondrá este año la Generalitat se queda en 14.999,34 euros.

Esa cantidad es similar a la que se destinaba en el año 2007, con la diferencia de que entonces en Cataluña residían 355.000 ciudadanos menos, de acuerdo con los datos del Instituto Catalán de Estadística, por lo que el retroceso que notan los ciudadanos es todavía mayor.

Si bien el retroceso de las tres principales partidas devuelve el gasto social catalán a niveles de 2006 —el primer año en el que se desgranaron los presupuestos por programas y políticas—, en algunos casos, como el área de sanidad y de cultura, los recortes han ido mucho más allá (véase gráfico adjunto). Así han quedado las principales partidas:

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'Tijeretazo' incluso en empleo

El tijeretazo catalán ha sido generalizado en prácticamente todas las partidas. Si al principio el Gobierno de CiU lo hizo a través del gasto, este año ha optado por una combinación de subida de aumento de los ingresos a través de la subida de tasas e impuestos y privatizaciones y de recorte del dispendio. Aun así, del plan de ahorro de más de 4.500 millones que el consejero de Economía y Conocimiento, Andreu Mas-Colell, llevó al Consejo de Política Fiscal y Financiera de esta semana, el 70% se fía a la bajada del gasto disponible para la Administración catalana. Parte de esa rebaja proviene del recorte salarial del 5% a los empleados públicos de la Generalitat, pero también afecta a los ámbitos sanitario y educativo.

No obstante, una de las partidas que se verán más afectadas este año es la que se dirige a fomentar el empleo. Los presupuestos de la Generalitat preveían dedicar 647 millones, lo cual supone 773 euros por parado. Esa partida ha ido variando en los últimos años y, a pesar de irse incrementando, tocaban menos fondos por parado a medida que el desempleo ha ido creciendo. Sin embargo, el Ejecutivo catalán, que tiene transferidas las políticas activas de empleo, se ha topado con una reducción drástica de los fondos procedentes del Gobierno central para ese fin. Esa rebaja ha sido del 56%, lo cual ha puesto patas arriba la estrategia de la Generalitat para este año en empleo, desde la formación hasta el dinero para subvencionar los centros de trabajo que emplean a personas discapacitadas.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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