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CDC acentúa el soberanismo sin renunciar al PP

La ‘hoja de ruta’ obvia los pactos y expresa la aspiración de lograr “una nación plena”

Una manera de ser, una manera de fer (Una forma de ser, una forma de hacer). Ese es el lema con el que CDC renovará sus votos en Reus el próximo fin de semana, en su 16º congreso. En el logotipo de la cita, ser y hacer son lo mismo, pero las ponencias que definen la estrategia (ser) y la acción de Gobierno (hacer) son radicalmente distintas.

La ponencia política e ideológica dirigida por el portavoz del Gobierno, Francesc Homs, define la Convergència más soberanista. Aunque mantiene la clásica ambigüedad del partido, en el texto se apuesta por que Cataluña sea “una nación plena”. La acción en la Generalitat va por otro lado, una estrategia que prácticamente se soslaya en la principal ponencia del congreso. El camino que ha tomado CiU de la mano del PP, que ha facilitado todas las leyes de calado que ha aprobado el Gobierno catalán, no figura en su estrategia. Tampoco el precio de los pactos: los populares exigen que se silencie la “transición nacional” que proclamó Artur Mas en su discurso de investidura e influir en TV-3, la pieza que nunca lograron cuando Jordi Pujol más los necesitó.

Pero CDC ignora esta realidad y centra su hoja de ruta en dar contenido a la acallada “transición nacional”, a la que confiere un tono marcadamente soberanista, aunque con ciertos matices. “El catalanismo de ahora debe tener otros objetivos: alcanzar la nación plena a través del ejercicio del derecho a decidir, ser un país puntero económicamente, hacer que Cataluña forme parte del mundo globalizado sin intermediarios”. Los redactores deslizan que a la comunidad le iría mejor si fuera un Estado: “Pese a ser un país de unas dimensiones pequeñas, su nivel de riqueza y el Estado del bienestar de que dispone nos sitúan entre los punteros del área europea, sobre todo si Cataluña fuese un país independiente”.

El pacto fiscal se plantea como una estación previa a la independencia

Es el mismo discurso que abandera Jordi Pujol, guía espiritual del partido, cuando subraya que Cataluña debe escoger entre ser residual o independiente. Los diseñadores de la estrategia de CDC incluyen una velada crítica al PSC, sin citarlo: “O bien dejamos que los falsos federalistas nos liquiden poco a poco, o bien iniciamos el camino hacia la plena soberanía. Retórica o movimiento, esta es la disyuntiva”.

Con todo, el partido todavía está lejos de apostar sin ambages por la secesión. La obsesión de Convergència, su meta desde 1978, es ocupar la centralidad política, situada en el soberanismo tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto. Sin embargo, CDC mantiene que la meta que congrega a mayor número de catalanes es el pacto fiscal, un modelo económico que supone una suerte de estación previa a la apuesta por la independencia. Gran parte de los centenares de enmiendas que han recibido los redactores de la ponencia piden ir más allá y reclamar la independencia sin matices. El PP está vigilante para que CDC no eleve el tono en demasía.

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La renovación del partido supondrá que Oriol Pujol, hasta ahora número dos CDC, ejercerá el máximo cargo, la secretaría general. Pujol ya actuaba de hecho con ese rango, como adjunto al actual secretario, Artur Mas, que pasará a ser presidente del partido, y en Jordi Pujol recaerá la presidencia honorífica.

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