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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Inocencia y pasión bajo la Luna

El elenco femenino del Béjart Ballet de Lausane destacó sobre el masculino en la inauguración de Festival de Peralada

El Béjart Ballet de Lausanne, en una de las coreografías.
El Béjart Ballet de Lausanne, en una de las coreografías.

La noche del jueves el Festival Castell de Peralada (Girona) inauguró su 31 edición con la actuación del Béjart Ballet de Lausane, que reunió a los fervientes admiradores del genio marsellés del que se cumplen diez años de su desaparición. El flamante consejero de Cultura de la Generalitat de Catalunya, Lluís Puig, tampoco se perdió la velada.

Béjart Ballet Lausanne

T’M et variation… coreografía de Gil Roman y música de Thierry Hochstätter & JB Meier; Béjart fête Murice fragmentos de coreografías de Maurice Béjart y música de diversos compositores. Festival Castell de Peralada.

Auditori Parc del Castell. Peralada (Girona) 6 de julio

La magia del escenario de Peralada da a las actuaciones de danza una dimensión añadida. La Luna estaba entre neblina, parecía un paisaje de un ballet romántico. Todo estaba preparado para vivir una noche inolvidable. Sin embargo, en esta ocasión el Béjart Ballet de Lausane no logró que la noche se convirtiera en única como paso hace dos años. Béjart no solo ideaba coreografías geniales , sino que también convertía a sus bailarines, especialmente a los hombres, en magníficos intérpretes con una personalidad escénica apabullante. El elenco masculino del Béjart Ballet de Lausane es muy joven. Sus miembros tienen técnica, pero no personalidad escénica. En cambio, el elenco femenino tiene mayor personalidad y fuerza, algo chocante, ya que en la compañía de Maurice la parte fuerte eran siempre los hombres.

La noche empezó con una coreografía del actual director de la compañía, Gil Roman, titulada t’M varations… que, según palabras de su autor, es la respuesta a las cartas que cada día le escribía Béjart y que él no contestaba. Es una pieza coral que permite el lucimiento individual y colectivo de la compañía y en la que destacó la maravillosa bailarina catalana, Elisabet Ros, que deslumbró por su sinuoso movimiento de brazos, su impecable técnica y su gran expresividad. Ella tiene todas las condiciones que Béjart exigía a un intérprete. La coreografía de Roman es un recorrido por diferentes estados de ánimo, de la inocencia a la pasión, de la caricia a la brusquedad, de la rebeldía a la comprensión, que refleja con acierto el baile de los intérpretes.

Fue divertida la secuencia en que todo el elenco femenino baila en albornoz con una zapatilla de puntas atada en la cabeza. Una música idónea para esta coreografía es la percusión que interpretan en el escenario Thierry Hochstätter y JB Meier.

La segunda parte del programa Béjart fête Maurice incluía diversas coreografías del creador. Así se pudo ver 1789... et nous, que se estrenó en París en 1989 con motivo del bicentenario de la revolución francesa con música de la Sinfonía número 1 (cuarto movimiento) de Beethoven y que resultó ser un atractivo trabajo coral. El famoso paso a dos de Héliogabale ou l’anarchiste couronnes (1977) con música del Taxad fue bailado de forma convincente

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“Respondo a las cartas de Béjart con mi coreografía”

Federicho Matetich y la española Carme Andres. Elisabet Ros, junto a Julien Favreau, volvieron a deslumbrar en el paso a dos I Chambre séparé, un fragmento de Wien, Wien nur du allein, (1981) con música de Webern (cantada por la mítica soprano Elisabeth Schwarzkopf). Dinámico fue el solo interpretado por Masayoshi Onuli, Und so weiter, un fragmento de Gaîte Parisienne( 1978) con música de Offenbach, el ballet autobiográfico de Béjart que consagro como intérprete al bailarín español Víctor Ullate.

En esta segunda parte resultó muy atractiva el Fragment Dibouk, estrenada en Jerusalem en 1988 con música tradicional judía, el baile de Bejárt y el folclore israelí se entrelazan en una danza muy expresiva. La noche terminó con un fragmento de la IX Sinfonía de Beethoven interpretado por toda la compañía. Este fragmento, poco conocido, restó fuerza al final del programa.

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