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Un conflicto vecinal envuelto en una bandera arcoíris

Un bar de Chueca asegura sufrir homofobia mientras los vecinos denuncian ilegalidades, incumplimientos e insultos por parte del propietario

Fachada del bar en el barrio madrileño de Chueca.
Fachada del bar en el barrio madrileño de Chueca.

El bar Noma, en el barrio de Chueca, denunció este lunes que la bandera del Orgullo que colgaba de su fachada había sido arrancada. La denuncia llegaba días después de que el mismo establecimiento manifestase haber recibido demandas por parte de la comunidad de vecinos relacionadas, según el responsable del negocio, con la enseña. Por su parte, los vecinos del inmueble afirman que las denuncias no tienen nada que ver con la homofobia sino con problemas de seguridad relacionados con las dimensiones de la enseña. "Las quejas no implican de ninguna manera algún tipo de odio", dicen los vecinos. Al parecer, entre la comunidad de propietarios y el responsable del negocio hay un conflicto larvado desde hace años.  

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Los propietarios e inquilinos de esta comunidad cuentan que la pelea no tiene nada que ver con la homofobia: “En esta comunidad no somos homófobos”, explican varios vecinos que piden anonimato. "Con este señor hay un problema de calado", añaden. Aunque en el vecindario conviven heterosexuales y homosexuales, la asociación Arcópoli mostró su apoyo al establecimiento afirmando que se trataba de una actuación homófoba. Por su parte, el propietario del bar, Juan Rabanal, sospecha que la denuncia ha partido de un vecino con el que ha tenido problemas anteriormente, evidenciando un conflicto "que se arrastra desde hace años", añaden.

Las obras de la panadería

Además del bar Noma, Rabanal abrió hace unos años una panadería en otro local de la misma finca. "Realizó una serie de obras irregulares sin comunicarlo a los vecinos", cuenta Mauro Fernández, administrador de la propiedad. Rabanal admite que los primeros problemas con la comunidad se desataron por este motivo.

Tras esas obras, un inquilino bajó a “hacer un requerimiento” al hostelero. A partir de ese momento, según el administrador, se sucedieron las amenazas y las críticas de Rabanal a este vecino. Por estos hechos, la comunidad denunció al propietario del bar. "En realidad, han tenido lugar varios episodios de insultos y encontronazos entre los inquilinos y el propietario", señala Fernández, "ha amenazado repetidamente a varias personas, entre ellas el conserje del edificio". El administrador afirma que no le consta que ningún vecino denunciase al bar por la bandera, aunque él sí contactó con el propietario del local para que la retirase por miedo a que, estando esta muy cerca de los focos, pudiera arder.

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