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La catáfora reaparece en Selectividad y no coge a los estudiantes por sorpresa

Unos 32.000 alumnos arrancan este martes las pruebas de acceso a la universidad en Cataluña

Jessica Mouzo
Alumnos hacen la prueba de selectividad en la facultad de ingeniería de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Alumnos hacen la prueba de selectividad en la facultad de ingeniería de la Universidad Autónoma de Barcelona.MIRIAM LÁZARO

Una para saber y otra para aprender. La catáfora, el mismo recurso lingüístico que pilló desprevenidos a los alumnos de Selectividad en 2015 en la primera pregunta del examen, ha vuelto a aparecer en las pruebas de acceso a la universidad (PAU) de este año en Cataluña. Esta vez, no obstante, los estudiantes iban preparados. “Lo teníamos previsto y lo habíamos trabajado mucho”, explica Andrei, del instituto La Salle Bonanova de Barcelona. Según el diccionario de la Real Academia Española, la catáfora es “la relación de identidad que se establece entre un elemento gramatical y una palabra o grupo de palabras que se nombran después en el discurso”, por ejemplo, el vínculo entre las palabras ‘esto’ y ‘que renunciaba’ en la frase ‘lo que dijo es esto: que renunciaba…’.

Unos 32.055 estudiantes estaban llamados a las aulas para someterse a los exámenes de acceso a la universidad en Cataluña, que arrancaban este martes. A las 9 de la mañana, los estudiantes se estrenaban, como de costumbre, con el examen de lengua castellana. “Si has estudiado mucho, es muy fácil. Ha sido corto”, describía Cristina Sueiras a la salida de la primera prueba en el tribunal 21, ubicado en la facultad de Biología de la Universidad de Barcelona (UB), Apenas una hora después de iniciar el examen, comenzaban a salir a cuentagotas los primeros estudiantes.

Doble corrección en catalán

Debido a los cambios normativos que puso en marcha hace unos meses el Instituto de Estudios Catalanes -fulminó los acentos diacríticos-, el examen de lengua catalana se someterá a una doble corrección y, en cualquier caso, los alumnos podrán emplear la normativa antigua y la nueva. La Generalitat sostiene que los alumnos no tienen por qué estar plenamente adaptados a las novedades lingüísticas y mantendrá la moratoria de la doble corrección en la prueba de catalán -y en todas aquellas que se realicen en esta lengua- durante los próximos cuatro años.

“Lo sabía”, celebraba una profesora cuando vio que en el examen volvía a aparecer la controvertida catáfora. La primera pregunta de la opción A, pedía localizar una catáfora y una anáfora en el texto (un fragmento de El oro de los sueños, de José María Merino). “La opción A era la más fácil. Lo de la catáfora ya lo habíamos previsto”, comentan un grupo de seis alumnos de La Salle Bonanova a la salida del examen. El recurso lingüístico ha triunfado: todos han elegido la opción A, donde también se demandaba un ejercicio de expresión escrita empleando comparaciones e hipérboles y reescribir un texto de narrador protagonista a narrador omniesciente.

Y aunque la catáfora y la anáfora triunfaron entre la mayoría de los alumnos del tribunal 21, también hubo quien escogió la opción 2. “La catáfora la dimos en clase pero me ha generado las mismas dudas, como si fuese la primera vez. Teníamos que buscarla en el texto y no era nada fácil”, reconoce Mirem Agote. El agujero negro en la opción B del examen de lengua castellana fue, sin duda entre los estudiantes, la descripción de los rasgos lingüísticos de los textos jurídicos. “Los más difíciles” de entre todos los tipos de textos estudiados, decían los chavales. “Los textos jurídicos eran muy complicados, lo más difícil de todo”, lamentaba Mara Rappanello, que precisamente quiere estudiar Derecho en la Universidad Pompeu Fabra (UPF). Tendrá que ponerse las pilas en ese campo, ha reconocido.

Selección de materias

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Una de las novedades más controvertidas en las PAU de este año ha sido la selección de materias al examinarse. La Selectividad tiene una parte general obligatoria con cinco exámenes y otra específica para subir nota. Hasta el año pasado, en la parte general, los alumnos se sometían a cuatro pruebas comunes (castellano, catalán, una lengua extranjera e historia de España o de la filosofía) y una propia de la modalidad, a elegir entre una veintena de materias de todos los bachilleratos. En la parte específica, los alumnos también podían elegir una de las 20 asignaturas de todas las modalidades.

Sin embargo, este año, la Generalitat ha acotado las asignaturas propias de la modalidad a elegir en la parte general. Los alumnos solo podrán optar entre cuatro opciones: historia y fundamentos del arte, matemáticas, latín o matemáticas aplicadas a las ciencias sociales. En la parte especifica, no obstante, se mantiene la selección entre las 20 materias.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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