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Los empresarios catalanes piden evitar el choque institucional

Las corporaciones piden a Rajoy y Puigdemont agotar la vía del diálogo ante la convocatoria de un referéndum unilateral

Lluís Pellicer
Junqueras sostiene el ejemplar de una obra de Camilo José Cela que le regaló el presidente de la Fundación La Caixa, Isidro Fainé.
Junqueras sostiene el ejemplar de una obra de Camilo José Cela que le regaló el presidente de la Fundación La Caixa, Isidro Fainé.Marta Pérez (Efe)

Los empresarios reclaman a los Gobiernos central y catalán que agoten la vía del diálogo a las puertas de que el Ejecutivo de Carles Puigdemont consume su desafío de convocar el referéndum de forma unilateral. Sin embargo, tras el último discurso de Mariano Rajoy en Sitges, son más pesimistas. La mayoría de los empresarios consultados confían en el pacto, pero dudan de que este se produzca antes del temido choque de trenes.

Isidro Fainé, presidente de Fundación La Caixa y Gas Natural, regaló el pasado viernes al vicepresidente de la Generalitat de Cataluña, Oriol Junqueras, un ejemplar de Barcelona, Madrid. Madrid, Barcelona. La entrega de esa edición especial que junta dos libros de viajes de Camilo José Cela con motivo del centenario del nacimiento del escritor (cumplido el año pasado) venía a ser una invitación a unir puentes. Era, en realidad, el enésimo mensaje de diálogo que los empresarios lanzan a los Gobiernos catalán y central a las puertas de que el Ejecutivo de Puigdemont consume su desafío de convocar un referéndum de independencia y anuncie la pregunta que iría en la papeleta.

Rajoy y la equidistancia

El pasado 25 de mayo, el Círculo de Economía, presidido por Juan José Brugera (Colonial) y en cuya junta hay ejecutivos de CaixaBank, Banco Sabadell, Puig o Roca, pidió a Carles Puigdemont que se ajustara a la ley, acudiera al Congreso a explicarse y no se enrocara en su máxima de “referéndum o referéndum”. De la frialdad con la que fue acogido el presidente catalán da cuenta que solo recibiera una pregunta del público, frente a la multitud que respondieron Mariano Rajoy, el ministro Luis de Guindos u Oriol Junqueras.
Los empresarios también pidieron a Rajoy, el 27 de mayo, “encauzar el conflicto” con “diálogo” y “transacción”es decir,buscando una tercera vía. Lejos de aceptar el envite, Rajoy comparó la propuesta de Puigdemont con el Brexit y lanzó un mensaje al auditorio: “La equidistancia está muy bien, pero no en todo ni en todas las facetas de la vida”. Esa rotundidad pidiéndoles que se mojaran creó ciertomalestar entre muchos asistentes, según cuentanvarios de ellos.

La frialdad con la que los empresarios recibieron a Mariano Rajoy y Carles Puigdemont en la última reunión del Círculo de Economía en Sitges muestra su hartazgo de la situación actual. “Són faves comptades”, resume un asistente a las jornadas. Los directivos catalanes han intentado en los últimos años el acercamiento, sin éxito, entre ambos Ejecutivos con foros o reuniones más o menos discretas en Barcelona y Madrid.

“Nadie se mueve un ápice. Puigdemont no quiere renunciar al referéndum y va hacia un salto al vacío que no compartimos y así se lo hemos dicho, pero Rajoy tampoco se ha movido con una oferta atractiva para desactivar el soberanismo”, lamenta un financiero que acudió a Sitges. Este ejecutivo lamenta también el escaso efecto que tuvo el anuncio de Rajoy sobre la lluvia de millones en infraestructuras ante el empresariado en marzo. “Hubiera sido más eficaz con un acuerdo previo con la Generalitat, y más aún si ese dinero no iba a llegar de inmediato como luego vimos en los Presupuestos”, añade.

Helena Guardans es presidenta de Sellbytel, un grupo de outsourcing (externalización de proyectos) con sede en la Diagonal y con más de 3.000 empleados, más del 80% de los cuales son extranjeros. Sus clientes también son grandes multinacionales, la mayoría foráneas, y sostiene que sí le preguntan por la situación política. Guardans se define “optimista”, por lo que no ve otra salida que no sea mediante un “acuerdo entre las dos partes que responda al interés de todos”. “Y el interés de todos entiendo que no es solo el del 50%”, señala. A la empresaria las palabras de Rajoy en Sitges, pidiendo a las corporaciones que dejen la “equidistancia” y lo apoyen, le sorprenden. “Los empresarios lo hemos dicho muy claro, a una parte y a la otra: ‘dialogad, dialogad, dialogad y abrid puertas”, recuerda.

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Miedo a la inestabilidad

Guardans coincide con la inquietud que el Círculo de Economía trasladó tanto a Puigdemont como a Rajoy sobre las repercusiones que puede tener una escalada de la tensión política entre ambos Ejecutivos. “Estamos en un momento económico clave, en el que salimos del pozo y en el que la prioridad es hacer las inversiones necesarias para no quedar fuera del mapa”, añade la directiva.

De momento siguen llegando nuevos proyectos a Cataluña, en especial al área metropolitana de Barcelona. Y la capital catalana opta a algunos de gran calado, como la sede de la Agencia Europea del Medicamento, para el que la colaboración institucional es clave. En este caso, según todas las Administraciones, por ahora se está dando a la perfección. Pero las multinacionales advierten de que la inestabilidad puede tumbar la confianza de los inversores en cualquier momento. Albert Peters, presidente del Círculo de Directivos de Habla Alemana —que reúne a más de 200 ejecutivos de corporaciones centroeuropeas—, propone la misma receta que el resto de empresarios: el diálogo. “En Alemania se acaba de sacar adelante una reforma constitucional con 13 puntos, entre los cuales hay nuevas reglas para un pacto fiscal de los Länder. No entendemos por qué aquí no se puede hacer lo mismo”, remacha.

En el tejido empresarial también hay sectores soberanistas. La patronal de pymes Cecot, por ejemplo, es partidaria del referéndum. Antoni Abad, su presidente, lamentó que “no haya oferta para Cataluña de ningún tipo”, lo cual, opina, no contribuye a la “distensión”. Peters dice no comprender qué impide negociar sobre los 46 puntos que Puigdemont planteó a Rajoy en Madrid, pero tampoco comprende por qué Cataluña se dirige a una situación parecida a la del 9-N, en 2014.

La preocupación, y también la fatiga, se incrementan a la vez que el tiempo se agota. “Muchos no acudieron a Sitges a ver a los políticos porque les parece que ya no son nada permeables a lo que se les pueda decir. La percepción que nos quedó a quienes fuimos es que, pese a que saben que hay que reorientar la situación, las dinámicas son imparables. Es posible que haya un acuerdo, ¿pero antes o después del choque?”, se pregunta otro de los presentes en Sitges. “Espero que antes se hayan buscado salidas”, agrega. Pero para ello, considera el empresario, hace falta hablar. Y algo más, sostiene Guardans: “En este país ahora necesitamos liderazgo, responsabilidad y creatividad”.

La Generalitat dice que el plan de ruptura no frena inversiones

Fuga de sociedades

El Gobierno catalán defiende que el proceso independentista no ha frenado la inversión extranjera en Cataluña. Los miembros del Ejecutivo así lo exponen en todos los foros económicos y de igual forma lo recordó el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en la última reunión del Círculo de Economía en Sitges. Según el Ministerio de Economía, el año pasado la comunidad captó 4.857 millones de euros, con un leve descenso del 1,3%, en línea con lo que sucedió en el conjunto de España.

“No estamos viendo ninguna afectación. De momento, la situación política no hace que los empresarios varíen su toma de decisiones”, sostiene David Garrofé, secretario general de la patronal Cecot, que reúne a empresas de las comarcas industriales del Vallès Oriental y Occidental. Tampoco las exportaciones han echado el freno: crecieron el 17% hasta marzo, en el que fue el mejor trimestre de la historia para las ventas exteriores de España. El ministro de Economía, Luis de Guindos, coincide en que hasta ahora no ha habido ningún impacto. Pero ello se debe, a su juicio, a que los inversores ven “imposible” la independencia. Eso sí, cifró el impacto de una eventual secesión en un deterioro de hasta el 30% de la economía

Sí es cierto, sin embargo, que tras las elecciones autonómicas del 27-S y la posterior declaración independentista del 9-N de 2015 algunos grupos empresariales (Derby Hotels y Vall Companys) decidieron trasladar su conglomerado a Madrid, aunque la mayoría de ellos alegaron que lo hacían por motivos fiscales. Otros (Indukern, Almirall y Pronovias) advirtieron de que se irían en caso de secesión unilateral.

“La situación de conflicto no es buena para ninguna de las dos partes porque la incertidumbre no permite que haya confianza”, subraya Albert Peters, presidente del Círculo de Directivos de Habla Alemana. Peters sostiene que las inversiones no han bajado porque el cuadro macroeconómico del conjunto de España, y también el catalán, son buenos, pero se pregunta si podrían ser superiores si no existiera ese conflicto político.

De hecho, los empresarios del Círculo de Economía advirtieron tanto a Puigdemont como a Mariano Rajoy que la situación política puede poner en aprietos el despegue económico. Y no se refirieron solo al conflicto territorial. Los empresarios fueron explícitos: “La corrupción puede truncar esa incipiente recuperación”.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Economía de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera. Ha sido corresponsal en Bruselas entre 2018 y 2021 y redactor de Economía en Barcelona, donde cubrió la crisis inmobiliaria de 2008. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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