Repetidores de cine

Nerea Martínez sintió un bajón enorme cuando se vio obligada a repetir curso. No sabía cómo enfrentarse a ello, a sus padres, a sus amigos. “Es un momento muy complicado porque sientes una enorme frustración”, dice esta alumna del Instituto Rey Pastor de Moratalaz mientras, en una esquina del barrio, una tarde fuera del horario escolar, prepara la cámara para rodar la secuencia tres del corto de ficción In Crescendo. En quince minutos de cine, Nerea Martínez y sus compañeros de primer curso de bachillerato artístico, plasmarán toda su rabia y sus miedos en una película que quieren sea exacto reflejo de lo que casi todos ellos vivieron en carne propia con las malditas repeticiones.

A lo largo de un curso escolar y como si de otra asignatura académica se tratara, los estudiantes de este instituto experimentarán y conocerán de primera mano la grandeza del cine y sus enormes posibilidades educativas. Este proyecto forma parte del programa Cine en curso, desarrollado en España desde hace doce años gracias a Nuria Aidelman y Laia Colell, con el objetivo de descubrir a los estudiantes el cine a partir de prácticas cinematográficas y el visionado de películas de autor de todos los tiempos y culturas diversas. En este curso escolar, el programa se está llevando a cabo en tres centros escolares de Madrid, cinco de Galicia y 24 de Cataluña. En la producción de los cortos, ya sean documentales o de ficción, todos los alumnos son los responsables, con la ayuda de un cineasta, de las distintas fases para su realización, desde la escritura del guion, el rodaje o el montaje final.

La secuencia tres de In Crescendo ha reunido en esa esquina de amplias calles de Moratalaz a más alumnos de los convocados. Es tal el entusiasmo de la clase por esta nueva asignatura que, aunque ese día no toque llevar el micrófono del sonido, mirar la lente de la cámara o hacer de script, ahí están apoyando el trabajo de sus compañeros. Silvio Aguilar tiene 19 años y es repetidor. “Mi sensación de rabia cuando tuve que repetir fue tremenda. Me sentí tonto e impotente, pero tampoco se acaba el mundo. Si no hubiera repetido no estaría haciendo esta película”, dice Aguilar, acompañado de Luis Carlos Rabadán y Michael Acosta. Decidieron poner rostro a ese desengaño académico en su compañera Paula Siles, una de las pocas no repetidoras de la clase y que protagoniza el filme. “El primer miedo, la primera vez es la peor”, asegura la ayudante de cámara, en un intento de buscar en el rostro de Siles, cabizbaja y con unos cascos que le aíslan del exterior, ese temor vivido por casi todos ellos.

Al final del curso, In Crescendo quedará en el recuerdo como algo más que una película, Es una experiencia vital, en la que estos alumnos han contado con la ayuda del cineasta Jonás Trueba y de las profesoras Aurelia Sanz y Pilar Rodríguez. Para Jonás Trueba (Madrid 1981) este es su cuarto año de experiencia con Cine en curso, cuyas películas se proyectarán próximamente en sesiones de Barcelona, Santiago y Madrid. “Para mí, es una suerte haber caído en este proyecto, que es profundo y único en su ambición. La transmisión del cine es algo que me interesa mucho”, asegura el director de Los exiliados románticos o Los Ilusos. “Los cineastas estamos aquí para acompañarles. Lo interesante no es que hagan una película sin más, sino que reflexionen sobre los planos que quieren rodar, sobre la luz o el lugar donde poner mejor la cámara. Claro que yo haría, a lo mejor, otros planos, pero muchas veces me sorprenden porque te superan con su intuición y su inocencia más pura”, asegura Trueba, cuya labor va mucho más del aula. Han visionado películas desconocidas para ellos -Los 400 golpes (François Truffaut) o Elephant (Gus Van Sant), entre otras, y han estudiado fragmentos de otras ellas, en un gran proceso de diálogo sobre lo que ofrece el cine. En definitiva, trozos de vida que les interpelen, asegura Trueba, quien también fue repetidor.