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El taxi clama otra vez “contra el intrusismo” aunque con menos movilización

El sector no ha prestado servicios de 10.00 a 14.00 horas, y una manifestación ha recorrido el centro de Barcelona

Josep Catà
Manifestantes en la protesta de los taxistas en Barcelona.
Manifestantes en la protesta de los taxistas en Barcelona.Joan Sánchez

Los taxistas han vuelto a la carga en Barcelona con la tercera movilización en lo que va de año para protestar contra el intrusismo laboral. Este miércoles, la asociación más activa en los últimos meses, Elite Taxi, había convocado, junto a las demás asociaciones y sindicatos del sector, un parón de 10.00 a 14.00 horas y una manifestación por el centro de Barcelona que ha coincidido con protestas en las principales ciudades de España. Aunque el parón, según los sindicatos, "ha sido total", en la marcha a pie hasta la Delegación del Gobierno en Barcelona, donde se han reunido representantes del sector con políticos, había menos manifestantes que en las ocasiones anteriores.

Durante las cuatro horas del parón solo los taxis adaptados, los que dan servicio a las personas con discapacidad, han hecho los servicios mínimos. Los convocantes han preparado piquetes para disuadir a los taxistas que quieran trabajar en las principales paradas de taxi, como el Aeropuerto de El Prat o la Estación de Sants. "No habrá grandes piquetes porque el sector está muy movilizado y sabe que es importante acudir a la manifestación", explica Carlos Fernández, del sindicato STAC.

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Según los convocantes, la huelga ha tenido un seguimiento generalizado, pero se han podido ver por la ciudad taxis que, aunque llevaban la luz verde apagada, circulaban por las calles. A las 10.00 horas, el sector se ha empezado a concentrar en la parada del autobús que lleva al Aeropuerto. Lentamente, se han ido sumando conductores hasta que a las 11.00 una comitiva de unos 500 taxistas ha emprendido la marcha por el Paseo de Gracia hasta la Delegación del Gobierno, en la calle Mallorca. "En la última hubo casi el doble de gente", reconocía uno de los manifestantes bajo la lluvia que ha caído a lo largo de la mañana.

Después de dos horas de manifestación, los taxistas han llegado a la Delegación del Gobierno, donde han entrado unos representantes para entregar la documentación que explica cuáles son sus reivindicaciones. Esperando a que salieran los portavoces, y con la concentración disolviendose poco a poco a causa de la lluvia, algunos taxistas han cogido el micrófono para explicar su situación. "Yo me he enmarronado y me he metido a autónomo, ahora pago impuestos como todos y quiero que se cumplan mis derechos", reivindicaba un conductor.

La concejal de Movilidaddel Ayuntamiento de Barcelona, Mercedes Vidal, ha mostrado su apoyo al sector del taxi en huelga este miércoles: "Las falsas economías colaborativas no pueden ser competencia de un servicio regulado como es el taxi. Estamos buscando todas las maneras posibles para revertir la situación, y somo partidarios de que la proporción de licencias VTC respecto a las de taxi se mantenga".

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Los conductores de los clásicos coches negros y amarillos se sienten atrapados ante la llegada al mercado de aplicaciones móvil como Uber o Cabify, que aseguran que constituyen "una competencia desleal para el sector". Así que no es extraño que la de este miércoles haya sido la tercera gran protesta que se convoca en lo que va de año: en enero, una gran marcha lenta colapsó las rondas de la capital catalana durante toda la mañana; en marzo, una gran manifestación hizo ruido ante el Parlament y ante el Ayuntamiento gobernado por la alcaldesa Ada Colau, donde se registraron algunos incidentes.

El taxi ha conseguido arrancar un compromiso de defensa del sector por parte de Ada Colau y del Área Metropolitana de Barcelona. No obstante, parece que no es suficiente, y ahora acuden al Gobierno central, del que esperan una muestra de apoyo ante lo que consideran "el intrusismo de los conductores con licencia VTC". Estos permisos, regulados en la Ley de Transporte en una proporción de una VTC por cada 30 licencias de taxis, ya existían antes. Son las licencias que usan los chóferes de lujo y de coches que alquilan las empresas.

Sin embargo, las aplicaciones de móvil también utilizan estas licencias y la gran demanda de las mismas ha puesto en alerta al sector del taxi. De momento, hay cerca de 3.000 licencias VTC paradas en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña a la espera de ser concedidas a empresas y conductores. Si finalmente es así, los taxistas creen que esto supondrá un agravio para el sector. Consideran que la actividad de los conductores de las apps ya no es la del taxi de lujo, sino que se parece cada vez más al taxi tradicional, y denuncian que, de forma encubierta, captan clientes por la calle, lo cual está prohibido y reservado solo para los taxistas.

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Sobre la firma

Josep Catà
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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