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Casi la mitad de los barceloneses cree que el turismo está llegando al “límite”

Ya son más los ciudadanos que creen que se está tocando techo que los que quieren la ciudad siga captando viajeros

Protesta contra los pisos turísticos.
Protesta contra los pisos turísticos.Gianluca Battista

El tirón de Barcelona como destino turístico no cesa. Los hoteles de la ciudad albergaron el año pasado 7,49 millones de viajeros, el 5,5% más que en 2015. Pero ese crecimiento, que no tiene en cuenta los turistas que optan por apartamentos o albergues, hace que el 48,9% de los ciudadanos opinen que “se está llegando al límite de capacidad para dar servicio al turista”, según un informe del Ayuntamiento. Por primera vez, quienes creen que la actividad está tocando techo superan a quienes señalan que la ciudad debe atraer más viajeros.

La marca Barcelona sigue en plena forma. La ciudad cerró otro año de récord. El volumen de pernoctaciones aumentó el 5,5%, hasta los 19,5 millones y el ingreso medio por habitación ocupada se disparó un 11,6%, hasta los 113,69 euros. El gasto de los viajeros también siguió subiendo: 101,5 euros por persona y día en hoteles y 406,6 euros fuera del establecimiento. El año pasado, y a pesar de la devaluación de la libra, los británicos desplazaron a los estadounidenses como principales visitantes de la ciudad. Y pese a que la mayoría (47%) llegaban por primera vez, un 37,2% repetían y habían estado tres o más veces en la capital catalana.

Los números del Informe de actividad turística 2016 muestran que el sector turístico sigue gozando de buena salud. Pero la percepción de los vecinos se deteriora, en especial en los barrios con mayor concentración de visitantes. El documento, que se presentará en la Comisión de Economía y Hacienda el 18 de abril, señala que una abrumadora mayoría de los barceloneses (el 86,7%) considera que el turismo es “beneficioso” para la ciudad. Sin embargo, el 48,9% ya cree que se está llegando al límite. “Hay una mayoría de vecinos y vecinas que valoran positivamente el turismo pero que también muestran la necesidad de que disminuyamos el impacto que el turismo genera en la ciudad”, aseguró el concejal de Empresa y Turismo Agustí Colom.

Las percepciones de los vecinos van por barrios. En las zonas con más actividad, la opinión es que ese sector está al límite. En el Gòtic piensan así más del 70%, y en la Barceloneta, la Sagrada Família, Sant Antoni y Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera o la Vila Olímpica lo hacen más del 60%. En cambio, la opinión es justo la contraria en Nou Barris, Horta Guinardó, Sant Andreu y buena parte de Sant Martí (salvo el Poblenou). Sus vecinos creen que Barcelona debe seguir captando más turistas.

Precios más altos

La mayoría de vecinos (el 78,6%) piensa que en su barrio no hay demasiados alojamientos turísticos, salvo, de nuevo los del Raval, el Gòtic, la Barceloneta o el Poblenou. En esas áreas también hay quejas de que la presencia de turistas hace que los precios suban.

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Colom defendió que el Ayuntamiento trabaja “en un plan estratégico” para 2020 “con medidas para reducir este impacto” y a la vez para poder “aprovechar la riqueza y el empleo que genera el turismo”. El 43,9% de los ciudadanos, según el barómetro, valora de forma positiva la gestión municipal respecto a esta actividad en Barcelona. El 23,6% lo suspende, sobre todo por la mala gestión de los apartamentos (15,7%), por falta de efectividad (14,2%), por permisividad con los viajeros (12,9%) y por la paralización de las licencias de hoteles y terrazas (12%).

Según el documento, el sueldo medio del sector es de 14.944 euros anuales, el 52% del salario medio de la ciudad. Y pese al crecimiento de la actividad, los sueldos han caído un 10,3% en los últimos cinco años.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Economía de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera. Ha sido corresponsal en Bruselas entre 2018 y 2021 y redactor de Economía en Barcelona, donde cubrió la crisis inmobiliaria de 2008. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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