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Oleada de robos en los coches junto al campus de la Rey Juan Carlos en Vicálvaro

Algún comerciante se queja de la falta de vigilancia en la zona

F. Javier Barroso

Los vecinos de las calles colindantes al campus de la Universidad Rey Juan Carlos de Vicálvaro están acostumbrados a que sus coches amanezcan con alguna ventanilla rota. Es la primera señal de que les han robado en el interior del vehículo y de que se han quedado sin la batería, el verdadero objetivo de estos robos. Los estudiantes también sufren estas sustracciones por las noches cuando aparcan fuera de las instalaciones universitarias. Los vecinos se quejan de que, pese a ser detenidos, los autores quedan en libertad a las pocas horas.

El campus de la Rey Juan Carlos se encuentra en el paseo de los Artilleros. Se trata de un recinto cerrado con vallas, que cuenta con un aparcamiento restringido en el interior, por lo que los alumnos muchas veces tienen que estacionar fuera. Los problemas por robos se dan en las calles limítrofes, según explicaron ayer algunos alumnos. Los ladrones se centran en vehículos de gama media o alta, a los que fracturan alguna ventanilla para hacerse con los objetos de valor. Los alumnos muchas veces no denuncia por miedo a represalias.

Algunos estudiantes han creado incluso grupos de mensajería para alertarse de los robos que se producen en los alrededores. “Sí hemos oído que habían robado en coches que estaban fuera del campus y hemos visto restos de cristales caídos en el suelo de los aparcamientos. Sobre todo se centran en los coches que estaban más alejados”, explicó ayer un alumno.

Sin cámaras de vigilancia

Las sustracciones también llegaron a las bicicletas cuando los estudiantes las aparcaban fuera del campus. Los ladrones iban con unas cizallas a horas en las que había menor afluencia de personas, en especial a primera hora de la tarde o cuando ya anochecía. “Sabían que las cámaras no enfocaban en determinadas zonas y se llevaban las bicis sin ningún problema”, reconoció ayer otro alumno. Este problema ya se ha solucionado con la apertura de un aparcamiento para las bicis que ya está vigilado.

Los vecinos y comerciantes de la zona también se quejan de los robos en los vehículos. Estos se producen de madrugada, cuando prácticamente no hay movimiento en algunas calles, como la de Calahorra. Esta vía se encuentra en la parte trasera del campus. Los ladrones sustraen las baterías de los coches, cuyo precio en el mercado negro oscila entre 15 y 25 euros. “Si en una noche se hacen con tres o cuatro baterías, ya tienen 100 euros sin problemas. El problema lo tiene el dueño, que tiene que comprar una nueva y reparar la ventanilla”, afirmaba un comerciante de la zona. “La propia policía nos ha dicho que muchas veces los ladrones quedan en libertad antes de que ellos terminen de hacer las diligencias”, añadía este empresario.

Fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid explicaron que no tienen denuncias por robos en el interior de vehículos junto al campus de Vicálvaro.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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