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El PSdeG pide visitar Meirás por los incumplimientos de los Franco

La diputada Concepción Burgo advierte de que teléfono de reservas de este Bien de Interés Cultural no está operativo

Una visitante fotografía el pazo de Meirás (siglo XVIII) en julio de 2011.
Una visitante fotografía el pazo de Meirás (siglo XVIII) en julio de 2011.GABRIEL TIZÓN

El PSdeG ha registrado una petición en la Mesa de la Comisión de Cultura para que se realice una visita institucional al Pazo de Meirás, situado en Sada (A Coruña), ante "el incumplimiento de la Ley de Bienes de Interés Cultural (BIC)" que establece que se debe permitir una visita pública gratuita "cuanto menos" cuatro días al mes. A través de su diputada en el Parlamento gallego Concepción Burgo, los socialistas solicitan que todos los miembros de la Comisión de Cultura de la Cámara gallega visiten las instalaciones de la antigua residencia veraniega del dictador Francisco Franco, que todavía pertenece a su familia.

Una familia que, para Burgo, "no hizo otra cosa que poner impedimentos", por lo que "no pueden permitirse actitudes que parezcan un trato de favor" a los descendientes del dictador por parte de la Consellería de Cultura.

Así, ha denunciado que "nunca hubo normalidad" en las visitas que, por ley, la familia está obligada a permitir y que, incluso, la cartera de Cultura de la Xunta "llegó a pagar con dinero público" la empresa de seguridad "que los Franco exigieron para abrir el pazo". De este modo, Burgo ha apuntado que en estos momentos "es imposible visitar" el complejo, ya que, cuando se llama al teléfono que se ofrece en la web para solicitar cita, "suena un mensaje diciendo que ese número no existe".

Además, en caso de que sí atiendan al teléfono, responden que "el cupo de visitas está agotado". "Siempre está agotado, se llame cuando se llame, en un claro impedimento para no permitir la entrada", ha censurado.

El pasado mes de febrero trascendió que la Xunta pediría explicaciones a la familia Franco por la cantidad de denuncias de personas a las que había sido imposible visitar el pazo que perteneció anteriormente a Emilia Pardo Bazán. Ya entonces se comprobó que el teléfono de la empresa contratada para gestionar las visitas obligatorias por ley al BIC no estaba operativo.

Aquellos días, ante la polémica y las amenazas de multa que se cernían sobre los herederos del dictador fascista, su hija Carmen Franco declaró al medio digital La Voz Libre que no sabía de qué se trataba y que debía de ser "un problema técnico". Además achacaba los problemas que pudiera haber al gobierno local de Sada, un equipo que no deja de tener como objetivo último la recuperación del pazo para el pueblo. “Seguramente es un tema técnico ajeno a nosotros, y en invierno hay pocas visitas", recogía en boca de la propietaria oficial de la mansión el digital. "Yo creo que detrás de todo esto existe un interés del alcalde del pueblo, que es de Podemos, de gestionar ellos el pazo. Eso me parece a mí”.

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