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Esencia fallera

Manolo García firma el monumento municipal, de madera, en el que ironiza sobre los proyectos que “nunca fueron”

El artista de la falla municipal, Manolo García, en su taller.
El artista de la falla municipal, Manolo García, en su taller.JOSÉ JORDÁN
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Manolo García no utiliza el ordenador. El boceto que apunta cada detalle de la falla más representativa de la ciudad de Valencia, la de la Plaza del Ayuntamiento, adquiere forma sobre un plano dibujado a lápiz. Este carpintero de profesión, hoy uno de los artistas falleros más reconocidos del gremio, empezó de aprendiz en 1972 con los maestros Manuel y José Martínez Molla. Su taller sigue estando en el epicentro de la creación de los monumentos falleros, la Ciudad del Artista Fallero del barrio de Benicalap de Valencia, huele a madera y está repleto de estructuras grandes, maquetas y de listones finos, las varetas, que caracterizan sus obras.

El artista vuelve a plantar en la Plaza del Ayuntamiento por cuarto año consecutivo. Entre sus colaboradores, nombres con solera en el mundo de las fallas como Paco Miralles, Manolo Algarra, Manolo Martín, Julio Monterubio y el diseñador José Aguilar. La falla municipal de 2017 tiene como lema: Valencia, Ca la Trava. Como explica el artista, “es una visión irónica de los problemas que tenemos los valencianos para hacer cualquier cosa. Siempre nos ponen muchas pegas, pero al final levantamos lo que haga falta”. Por eso la plantà fue al tombe. Dos grúas y unas 300 personas levantaron la figura central de más de 40 metros de alto, la torre de telecomunicaciones encargada por el gobierno de Joan Lerma al arquitecto valenciano Santiago Calatrava en 1991 que jamás vio la luz “precisamente por las trabas”, señala Manolo García.

A los pies del monumento, un niño, copia del hijo de Paco Miralles, la mira en toda su magnitud. “Vamos a intentar que se salve de la quema” bromea Manolo García. “Es una falla distinta a las que estamos acostumbrados a ver". No tendrá ninots alrededor: “montamos las escenas sobre una pasarela de 20 metros de largo donde están representadas muixeranga, gegants i cabuts o la corrupción”, añade. Otra de las novedades que presenta el monumento municipal este año es la colaboración de las fallas de toda la ciudad. “Estamos pensando en pedir a todas las comisiones una silla con su nombre. Queremos recuperar el cant de l’estoreta velleta, aquel acto tradicional donde los niños pedían a los vecinos muebles viejos para alimentar la hoguera”, prosigue.

Valencia: Ca la Trava es el primer monumento que se planta con las fallas declaradas Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Manolo García ha aprovechado el evento para impregnarla de su sello personal: “Yo creo que esta va a ser la falla más comentada de la historia de las fallas. De las que he hecho otros años, me gustan todas, el David o Leonardo da Vinci , pero esta es totalmente diferente y se ajusta más a o que yo hago”. Con respecto a si este nuevo estatus va a repercutir en el trabajo de los artistas fallero añade: “No sé si nos va a servir a los artistas, puede que salga alguna cosa para fuera, pero para nosotros poco. Yo creo que alguien no lo ha hecho bien. Tendríamos que ser conocidos en todo el mundo y cuando sales fuera saben más de la Tomatina que de las Fallas, una pena”.

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