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50 ultras protestan contra la condena a los asaltantes de Blanquerna

Los Mossos impiden que se enfrenten con una contramanifestación

Alfonso L. Congostrina
Manifestantes sujeta una pancarta que pide la absolución de los condenados
Manifestantes sujeta una pancarta que pide la absolución de los condenadosC. Ribas

La protesta contra la sentencia del Tribunal Supremo —que elevó hasta cuatro años las penas impuestas por la Audiencia de Madrid a los 14 asaltantes del Centro Cultural Blanquerna durante la celebración de la Diada de 2013—, ha reunido este sábado apenas a medio centenar de manifestantes de la extrema derecha en Barcelona. La cita era a las 10.30 de la mañana en la parada del metro de Arc de Triomf. El destino, la sede del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Ataviados con banderas de España y pancartas reclamaban la "unidad nacional. España una y no 51".

Cuando han llegado ante el TSJC han comenzado las proclamas en contra de la decisión judicial y en favor de los condenados. También han desplegado emblemas y banderas de Democracia Nacional, Falange y Alianza Nacional. Entre los asistentes había miembros de la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Barcelona, el sociólogo y politólogo fundador de Somatemps, Javier Barraycoa, y ultras que participaron en la marcha de Montjuïc, el pasado 12 de octubre, y que amenazaron a periodistas que cubrían el acto.

Tras el discurso de una portavoz de Democracia Nacional en defensa de los condenados, ha tomado la palabra uno de los encausados, Sergio Reguilón, secretario nacional de comunicación de Falange. El falangista ha defendido, como sostuvo ante la Audiencia de Madrid, que se limitaron a realizar un escrache y ha criticado la condena. Mientras, sus compañeros desplegaban pancartas que rezaban: Defender a España no es un crimen, Gloria eterna a los 14 de Blanquerna y Blanquerna Style.

Durante la protesta no ha habido ningún incidente ya que los manifestantes habían diseñado un equipo de seguridad que impedía que ellos mismo se enzarzaran con los pocos valientes —una docena— que les insultaban ante el TSJC. La escena ocurría bajo la atenta mirada de los agentes Mossos d’Esquadra y de su equipo de mediación, que han supervisado la marcha y han mantenido a unos y otros separados durante la protesta.

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