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Detenidos 61 integrantes de una banda que robaba pisos en la región

La organización era dirigida por un peligroso delincuente desde Italia

F. Javier Barroso

La Policía Nacional ha desarticulado a un grupo especializado en robar viviendas en la región. Los 61 integrantes, en su mayoría de nacionalidad georgiana, colocaban señales y plásticos en las puertas de las viviendas para comprobar que no había moradores. Después, utilizaban ganzúas para abrir las cerraduras sin dejar ningún tipo de señal. Una vez en el interior se hacían con todos los objetos de valor, en especial, los de fácil transporte. La banda era dirigida desde Italia por un individuo con un amplio historial delictivo, que incluye secuestro, asesinato premeditado y compra ilegal de armas.

Ganzúas y llaves maestras utilizadas por la organización para robar.
Ganzúas y llaves maestras utilizadas por la organización para robar.Policía Nacional

Plan Domus, 1.000 arrestos

El delito que más creció en 2016 en la región madrileña fue el robo con fuerza en el interior de vivienda. Hasta agosto, 7.845 familias habían recibido la visita de los ladrones en su casa, lo que suponía un 4,6% más. Desde marzo de 2016, la Jefatura Superior de Policía de Madrid puso en marcha la llamada Operación Domus para reducir esta criminalidad. El plan ha terminado con más de un millar de detenidos, según informaron fuentes policiales. Con las joyas intervenidas se hará en breve una exposición para que puedan ser reconocidas y entregadas a sus propietarios.

La llamada Operación Aikon 2 continúa una desarrollada a mediados del año pasado con la detención de medio centenar de inmigrantes georgianos procedentes de una organización criminal mafiosa. Pese a la desarticulación, los agentes de la Brigada Provincial de Madrid detectaron que el grupo se estaba rehaciendo. Varios de los detenidos en aquella ocasión estaban contactando con otros compatriotas.

Las pesquisas policiales permitieron descubrir que uno de los investigados era un zedamxedveli (controlador), una figura intermedia de la organización que actuaba de enlace entre los mandos de la banda y los estamentos más bajos.

Poco a poco, los agentes fueron desenmarañando todo el colectivo y comprobaron que había hasta nueve células diferentes que actuaban de la misma forma. La mayor parte de su trabajo lo desarrollaban en la Comunidad de Madrid pero también actuaban en zonas como Málaga, Sevilla, Barcelona, Sabadell, Alicante y Barakaldo (Bilbao).

Los ladrones colocaban plásticos y cartones en las puertas de entrada de las viviendas. De esta forma, comprobaban si estaban habitadas o sus moradores se habían ausentado durante varios días. Después, con unas simples ganzúas que se pueden comprar en cualquier ferretería y cuyo coste no supera en muchos casos los 15 euros, abrían los accesos a las viviendas.

Los robos solían ser muy rápidos y se centraban en los objetos más valiosos, en especial dinero en efectivo, joyas, pequeños electrodomésticos y aparatos electrónicos. La organización estaba perfectamente estructurada. Parte de los integrantes se dedicaba a vender los objetos a través de los contactos que tenían no solo en Georgia sino también en otros países como Alemania e Italia. De hecho, en este último país se encontraba la dirección de la organización. Utilizaba el alias de Steymberg, un individuo conocido como el ladrón de ley o máximo responsable, que fue expulsado de Georgia en 2014 por secuestro y asesinato.

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Este hombre contactaba con los cinco encargados de mantener la estructura y la logística. Eran los que más conocían España, ya que algunos tenían tenían un trabajo legal como instalador de pladur en Sevilla —el lugarteniente del “ladrón de ley”— o como vigilante de seguridad en Madrid. Su función era justificar unos ingresos legales e intentar pasar desapercibidos.

Los lugartenientes recepcionaban y ayudaban a los miembros operativos. Les facilitaban alojamiento y vehículos. Además, gestionaban la caja común a la que todos los integrantes de la banda aportaban algún dinero y después la enviaban a otros países.

La policía ha efectuado 26 registros domiciliarios en Madrid, Sabadel, Móstoles y Baracaldo, en los que ha detenido a 61 personas (ocho de ellas de nacionalidad española), acusados de robos con fuerza en casa habitada, falsedad documental, contrabando, receptación, organización criminal y blanqueo de capitales. El Juzgado Central de Instrucción decretó el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza de 37 de ellos. Los agentes decomisaron 33.000 euros en efectivo, ocho vehículos, 7.100 cajetillas de tabaco, numerosas piezas de joyería provenientes de robos y útiles como ganzúas, llaves falsas y bombines para practicar robos.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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