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Los falsos narcos que vendían arroz por cocaína

A juicio seis integrantes de una banda que organizaba en Pontevedra operaciones ficticias de narcotráfico para asaltar a los compradores

Agentes de la policía nacional identifican a un sospechoso.
Agentes de la policía nacional identifican a un sospechoso.SAMUEL SÁNCHEZ

El último golpe de los seis compinches que simulaban operaciones de droga para estafar a los compradores acabó a tiro limpio cuando la víctima se negó a pagarles y recibió por ello dos proyectiles en el abdomen. Su ingreso en el hospital alertó a la policía, que seguía el rastro de la banda desde el norte al sur de Galicia, y uno tras otro fueron cayendo los falsos narcotraficantes que actuaban con pasamontañas, guantes y armas de distinto calibre, dando a sus clientes arroz por cocaína.

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La policía descubrió en Ponteareas (Pontevedra) el arsenal de pistolas semiautomáticas y munición que empleaba el grupo para perpetrar los timos. Todos los detenidos, excepto uno, tienen antecedentes por narcotráfico, tenencia de armas y amenazas, y venían actuando desde al menos un año antes de ser capturados. Ahora serán juzgados a partir de este lunes en la Audiencia de A Coruña, acusados de integración en grupo criminal, asesinato y robo en grado tentativa, tenencia de armas y depósito de municiones, con el agravante de reincidencia y de empleo un disfraz para cometer los asaltos.

La Fiscalía pide para los acusados, que se encuentran en prisión provisional, penas que van desde los diez años y nueve meses y 26 años y medio de cárcel y solicita la expulsión de uno de ellos que estaba en situación irregular en España y la prohibición de entrada por cinco años.

El jefe del grupo se encargaba de contactar con los traficantes y concretar la cantidad y precios de la droga que supuestamente iba a entregarles. “Personalmente se desplazaba en su vehículo por toda la geografía gallega, al tiempo que impartía instrucciones al resto de los acusados”, describe en su escrito de acusación el ministerio fiscal.

A principios de diciembre de 2014, el grupo estaba planificando el asalto a un traficante del municipio coruñés de Corcubión. El jefe envío a dos de sus hombres al domicilio de la víctima en la cercana localidad de Muxía para cerrar los términos de la operación y al día siguiente se lanzaron a ejecutar el asalto.

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Uno de ellos vivía en Páramo (Lugo) y el otro en Ponteareas (Pontevedra), donde guardaba el arsenal que utilizaban todos los miembros de la banda para actuar. Los dos se encontraron en Santiago y de camino hacía el punto de encuentro con el comprador, en el norte de Galicia, pararon antes en un establecimiento chino donde se aprovisionaron de varios gorros pasamontañas y guantes para no ser identificados por la víctima que les esperaba con el dinero.

Al llegar, uno de ellos bajó del coche y se dirigió a la entrada de la vivienda y gritó: “Dame todo lo que tienes”. Como el comprador se resistió a entregarles el dinero recibió un primer proyectil en el abdomen pero, en ese momento, la víctima sacó una pequeña pistola del tamaño de un llavero con la que disparó, alcanzando a uno de sus agresores. Cuando los dos asaltantes escapaban, un segundo disparo realizado con una pistola semiautomática marca Walther P38 del calibre 9 mm Parabellum volvió a impactar en el cuerpo de la víctima, que quedó malherida en el suelo.

Con las órdenes de registro de un juzgado de Ribeira que también investigaba las fechorías de la banda, la policía encontró el zulo con cinco pistolas y más de 140 cartuchos de munición en una casa en la localidad de Xinzo, en Ponteareas, y otras pruebas contra los asaltantes. Entre ellas, paquetes de arroz de un kilo de peso que aparentemente parecían fardos de cocaína.

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