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Duelo artístico entre indios y bandoleros en el Thyssen de Málaga

La muestra 'La ilusión del Lejano Oeste’ recala junto a los forajidos andaluces del siglo XIX

Carmen Thyssen y el comisario de la exposición Miguel Ángel Blanco, en la exposición 'La ilusión del Lejano Oeste'.
Carmen Thyssen y el comisario de la exposición Miguel Ángel Blanco, en la exposición 'La ilusión del Lejano Oeste'.Jorge Zapata (EFE)

¿Existe alguna relación entre la forma de vida de los indios americanos y la de los bandoleros que se escondieron en las sierras andaluzas en el siglo XIX? Salvando la distancia física y cultural, para el artista Miguel Ángel Blanco se trata de “mundos paralelos” cuya vinculación artística no se ha puesto suficientemente en valor. Él intenta evidenciarla en la nueva exposición temporal del Museo Carmen Thyssen de Málaga, La ilusión del Lejano Oeste, un montaje que explora la historia de la conquista americana y busca explicar las bases sobre las que se construyó el mito del far west.

“Del salvaje oeste al feroz sur”, ha recalcado Blanco, comisario de una muestra que ha pasado por el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid y el Espacio Carmen Thyssen de Sant Feliú de Guíxols, en Girona, antes de recalar en la pinacoteca malagueña. La “singularidad” en este caso es que el gran tema central, el de los artistas que se sintieron fascinados por las tribus nativas del Oeste, sus jefes, sus costumbres y las grandes llanuras, se confrontan con algunos de los lienzos más destacados de la pintura costumbrista andaluza centrada en la figura de los bandoleros.

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La afición del barón Heinrich Thyssen-Bornemisza por el Oeste americano llenó su colección, igual que la de su mujer, Carmen Thyssen, de obras surgidas de las expediciones artísticas de autores como George Gatlin, Frederic Remington, Karl Bodmer o Albert Bierstadt, gran representante del paisajismo americano. De estos fondos se nutre principalmente la exposición de Málaga, que cuenta con préstamos del Museo Antropológico de Madrid, del Museo Naval, del Prado o del Museo del Bandolero de Ronda, entre otros.

“Somos los únicos que tenemos pintura americana fuera de Estados Unidos. Es un orgullo. Son grandes pintores con una luz impresionante”, ha resaltado este viernes la baronesa Carmen Thyssen, que ha presentado la muestra junto al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y la directora artística de la pinacoteca, Lourdes Moreno. La ilusión del Lejano Oeste, que se puede visitar desde este sábado hasta el próximo 19 de marzo, incluye más de un centenar de óleos, esculturas, mapas, grabados, material documental y objetos antropológicos que utilizaban los indios americanos.

Es el caso, por ejemplo, de la maza comanche, los mocasines hidatsa y la pipa sioux que se exhiben junto a 41 grabados que recrean escenas de guerra, de caza de búfalos o de enterramientos, junto a imágenes de los jefes indios y sus llamativos tocados. Antes de eso, al inicio del recorrido, un apartado cartográfico recuerda a través de varios mapas cómo la colonización estadounidense estuvo precedida de expediciones españolas desde Florida y Nueva México. “Los españoles fueron los primeros europeos en cruzar el Misisipi”, ha precisado Blanco.

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El Romanticismo del siglo XIX influyó en la representación de la naturaleza, algo que se puede contemplar en las obras de los pintores de la Escuela del Río Hudson (los paisajistas norteamericanos) que poco a poco se adentraron en el Oeste para plasmar esas tierras vírgenes. Y en el carácter indómito de los pasajes al oeste del Misisipi establece el comisario de la exposición la relación con la vida al margen de la ley de los bandoleros y forajidos que se escondían en las sierras andaluzas.

“Era una forma de vivir: tirarse al monte, atracar diligencias, la violencia”, ha explicado Blanco sobre la simetría entre ambos universos. El Museo del Prado ha prestado para la ocasión Bandoleros (Eugenio Lucas, segundo tercio del siglo XIX) y Vista del castillo de Gaucín (Genaro Pérez Villaamil, 1849), un cuadro recién restaurado en el que el paisaje traslada, sin duda alguna para el comisario, al Gran Cañón del Colorado. Hay cuatro lienzos de Manuel Barrón, representante del costumbrismo andaluz, entre ellos, Emboscada a unos bandoleros en la cueva del Gato (1869) y Contrabandistas en la Serranía de Ronda (1849).

La exposición se completa con portadas de periódicos americanos de la época y un vistoso y enorme penacho de jefe indio que pertenece a la colección del barón.

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