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Madrid levanta las restricciones al tráfico tras tres días de intensa polución

La capital desactiva el protocolo contra la contaminación por lo que el miércoles se podrá circular con normalidad

Contaminación sobre Madrid vista desde La Pedriza.Vídeo: SATI BURGOS / ATLAS
Pablo León

Tras tres jornadas de restricciones al tráfico —limitación de la velocidad y prohibición de aparcar en la almendra central, pero evitando limitar el acceso de vehículos a la almendra central—, la calidad del aire ha mejorado en Madrid. Por ello, el Ayuntamiento desactiva el protocolo contra la contaminación que estaba aplicándose desde el domingo pasado, después de que saltaran las alarmas en varias estaciones de medición de la ciudad. Este miércoles no habrá ninguna restricción al tráfico en la capital. A pesar de ello, el Consistorio se mantiene alerta: si el aire empeora, el protocolo se reactivará.

Después de tres jornadas bajo la amenaza de la contaminación, Madrid puede respirar un poco mejor: el Ayuntamiento desactiva el protocolo contra la contaminación, lo que significa que el miércoles se podrá circular con normalidad por la capital por primera vez desde el pasado domingo. Debido a la alta concentración de óxidos de nitrógeno (NOx) -compuestos químicos gaseosos que generan, principalmente, los motores diésel-, el lunes se superaron los niveles de contaminación establecidos; se daban las condiciones para aplicar el escenario 3 del protocolo municipal, que prohíbe el acceso a la almendra central a la mitad de los vehículos en función de que la numeración de su matrícula sea par o impar. Esta medida se añadía a las activadas los días anteriores, cuando se prohibió aparcar en el centro y se limitó la velocidad a 70 kilómetros por hora en la M-30 así como en sus accesos.

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Finalmente, el Consistorio no puso en marcha la medida por la “excepcionalidad” de la situación: el protocolo se habría activado en día festivo y coincidiendo con la operación retorno del puente de Todos los Santos. A pesar de ello, el Ayuntamiento pidió a los ciudadanos colaboración y avisó de que si el aire seguía igual de contaminado, este miércoles se aplicarían las medidas más duras del protocolo. “[Este martes] Se respetó bastante la prohibición de no aparcar —en algunos barrios rozó el 85%-90% de cumplimiento— y la gente cogió poco el coche, porque la ciudad estuvo bastante despejada”, contaba un técnico municipal. “La gente está más concienciada”, añadía.

La boina de contaminación de Madrid no es nueva. Desde 2010 la capital no cumple la normativa europea sobre calidad del aire; solo en 2014 no rebasó el límite anual de 40 microgramos por metro cúbico de NO2 (dióxido de nitrógeno, el compuesto principal sobre que se realizan mediciones). Por esos incumplimientos, en junio del año pasado la Comisión Europea inició un proceso sancionador a España. “El gobierno local va a adoptar todas las medidas necesarias para cumplir con la legalidad y para tener una ciudad con aire saludable”, declaró entonces la edil de Medio Ambiente, Inés Sabanés.

Antes, en 2013, Europa ya había pedido al Ayuntamiento “medidas de reducción de la contaminación más estrictas”. Fue la respuesta que dio a la entonces alcaldesa Ana Botella (PP) cuando esta pidió una prórroga para cumplir con la calidad del aire. “Aunque las restricciones al tráfico ya estaban recogidas en normativas anteriores y los límites se superaron, no se aplicaron”, apostilla el Consistorio.

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El primer protocolo municipal contra la contaminación fue aprobado por el equipo de Botella en marzo de 2015: “Era más laxo”, apuntan desde Ecologistas en Acción. El pasado febrero, ese protocolo se endureció. Por un lado se redujeron los umbrales de contaminación a partir de los cuales saltaban las alarmas: el Ayuntamiento activa ahora el preaviso cuando dos estaciones de una misma zona superan los 180 microgramos por metro cúbico de NO2 durante dos horas consecutivas. Antes la alarma saltaba al pasar los 200 microgramos. Por otro lado, se adelantaron los plazos de adopción de medidas.

“Salvado por [el día de Todos] los Santos”, decía este martes con alivio Gustavo Martín, de 34 años, al conocer que no se aplicaba el protocolo. Vive en el centro de la capital y regresaba de viaje. “Es una medida que, evidentemente, nos afecta a todos los ciudadanos”, relataba, “pero no me parece mal. La contaminación es un problema grave y aunque no se vea, se siente”. Otros madrileños mostraban desconcierto y contrariedad al enterarse de que este miércoles se podía aplicar la restricción. “¿Qué voy a hacer si estoy todo el día con el coche para arriba y para abajo?”, se preguntaba María Isabel Navas, empresaria de 56 años.

Anoche, el Ayuntamiento de la capital, que creó un gabinete para seguir de cerca la evolución de la calidad del aire, certificó que los niveles de contaminantes se habían reducido. Se podía desactivar el protocolo.

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

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