_
_
_
_
_

Puigdemont suscribe un acuerdo con Isla de Francia entre protestas de la extrema derecha y la izquierda

El presidente catalán habla en la universidad Science Po de París sobre el futuro de Cataluña

Gabriela Cañas
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ayer, en París.
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ayer, en París. JORDI BEDMAR

El presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, está de visita oficial en Francia. Su agenda, en un país fuertemente centralista, es corta. El acto más importante, la firma de un acuerdo de cooperación con la región Isla de Francia, ha generado el rechazo de la extrema derecha y la extrema izquierda, minoritarias en el Consejo Regional. La primera porque considera que la única ambición del acuerdo es “crear un contrapoder regional en favor de los territorios más ricos”. La segunda, porque cree que se atenta contra la unidad nacional.

Esta visita oficial, la primera que realiza Puigdemont a Francia, se malogró en marzo pasado por el accidente de autobús ocurrido en Ferginals (Tarragona), en el que murieron trece estudiantes. El acuerdo que suscribirá mañana martes con la región Isla de Francia consiste en reforzar la cooperación en materia de innovación, educación y residuos urbanos. Isla de Francia, cuya capital es París, es la región más rica del país, con el 31% del PIB francés. Cataluña representa el 20% del PIB español, de ahí la crítica de la extrema izquierda. El Frente Nacional recuerda, por su parte, que “los acuerdos de cooperación internacional son competencia del Estado”.

Puigdemont llegó el domingo a París y ofreció en la sede del Gobierno catalán en la capital francesa una recepción para la colonia catalana a la que se convocó solo a los medios catalanes y a la Agencia EFE. En ella, Puigdemont se quejó de tener a la diplomacia española en contra. “Tenemos un ministro que envía a gente pagada por nosotros al mundo a despotricar de nosotros”. Agentes españoles organizaron antes del verano reuniones con altos funcionarios españoles destacados en París para explicarles cómo deben actuar frente a iniciativas internacionales catalanas.

Tanto la extrema derecha como la extrema izquierda en el Consejo Regional de Isla de Francia son grupos minoritarios con 11 y 21 parlamentarios respectivamente de un total de 209. El acuerdo lo firmará oficialmente Puigdemont con la presidenta de la región, Valérie Pécresse, del partido conservador Los Republicanos. Es la máxima autoridad política con la que se encontrará el presidente catalán. No se reunirá con el primer ministro Manuel Valls, nacido en Cataluña, pero muy contrario al proyecto soberanista. La Generalitat no ha pedido audiencia. “No pedimos que ningún país nos reconozca por ahora. Eso ya lo haremos”, advirtió ayer Puigdemont. “Queremos que nos conozcan, que puedan preguntarnos para explicar todas las dudas”.

Esta tarde, Puigdemont se ha explicado ante unas 200 personas, la mayoría jóvenes estudiantes, en una repleta sala de la prestigiosa institución Science Po. Durante su conferencia titulada "Quel avenir pour la Catalunya en Europe?" ("¿Qué futuro para Cataluña en Europa?"), Puidemont ha asegurado que el proyecto independentista "es la revolución democrática más potente de Europa", a la vez que se ha quejado de las condiciones en que se desarrolla el proceso. "Cataluña está indefensa jurídicamente" y ha calificado de inadmisible y contraria a la voluntad democrática de los catalanes la querella de la Fiscalía contra Carme Forcadell. Ha terminado su presentación, siempre en francés, afirmando la vocación catalana de pertenecer a Europa y tener en ella una voz propia.

Después, durante el debate, Puigdemont ha tenido que responder a cuestiones especialmente críticas con el proceso de independencia. Jóvenes franceses, holandeses y españoles han puesto en duda la legitimidad del proceso, han criticado el alto endeudamiento de Cataluña o han preguntado por qué Cataluña rechaza la solidaridad con el resto del Estado español y abraza sin embargo la solidaridad europea. Puigdemont ha señalado que la legitimidad política y jurídica del proceso la otorga la voluntad del pueblo catalán y ha asegurado que, a nivel europeo, el referéndum escocés va a cambiar todo porque "todos querrán que Escocia siga perteneciendo a la Unión Europea".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El debate ha terminado como su conferencia; señalando la aspiración catalana a establecer unas buenas y prósperas relaciones con España. "No queremos desentendernos de España, pero necesitamos una relación más equilibrada", ha concluido el presidente de la Generalitat, que durante toda su exposición ha apostado por la negociación con el Gobierno español y por lograr un mayor apoyo social a su proyecto dentro de Cataluña. "Nuestro proyecto", ha dicho, "no es nacionalista". Para explicar esta aparente contradicción ha asegurado que el suyo es un plan de "profundización democrática".

 

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_